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Contacto positivo

Entrevista con Andrea Ramírez, profesora e investigadora en la Facultad de Medicina de Uniandes y co-investigadora en Covida.
centro de salud

Por Adriana Díaz

adiaz@uniandes.edu.co

Andrea Ramírez es médica de la primera promoción de la Facultad de Medicina y magíster en Salud Pública de la Escuela de Gobierno de Uniandes, y doctora en Epidemiología de la Universidad Federal de Pelotas (Brasil). Es profesora e investigadora en la Facultad de Medicina de Uniandes y co-investigadora en Covida.

Tu área de trabajo es la epidemiología ¿en qué línea?

En vigilancia epidemiológica de factores de riesgo modificables de enfermedades crónicas. Hago parte del Observatorio Global de Actividad Física, del grupo de movilidad y de otras redes de investigación, pues uno de los factores de riesgo de enfermedad son los estilos de vida poco saludables y la inactividad física. Con el COVID-19 hago una aproximación mucho más cercana a la epidemiologia de enfermedades infecciosas.

¿Hay epidemias de enfermedades crónicas?

Vivimos en pandemia de enfermedades crónicas desde hace tiempo: enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes entre otras. Hay varias cosas que se han naturalizado: tener sobrepeso toda la vida o tener hipertensión arterial siendo un adulto joven, por ejemplo. La sociedad tolera esas cosas porque no quiere comprometer sus libertades: de comer todo lo que quiere, de no hacer actividad física regular. Hay una idea de que como la medicina ha avanzado tanto, hay tratamientos para todo. La pregunta es si quiero vivir 100 años, pero los últimos 40 muy enfermo. Hay sistemas de vigilancia muy robustos sobre enfermedades crónicas y sus factores de riesgo que muestran, por ejemplo, años perdidos por discapacidad causada, por obesidad, tabaquismo, diabetes.

¿Y la epidemia de COVID?

Desde el punto de vista de población general, las cifras pueden parecer pequeñas si pensamos en que en Colombia hay 50 millones de habitantes, pero tener una enfermedad infecciosa que se transmite tan rápido en lugares como nuestro país es lo que más preocupa. Haber llegado a medio millón de contagiados con COVID-19 no es trivial. En nuestros contextos puede ser mucho más grave por condiciones de salud preexistentes en nuestra población como la malnutrición, por ejemplo. Este es un factor de riesgo para cualquier enfermedad. Algo crítico del COVID-19 son sus consecuencias: retrasos y deficiencias en los servicios de salud y su atención a las enfermedades crónicas o que requieren tratamiento regular, más pobreza y posiblemente más violencia.

¿Cuándo empiezas a preocuparte por esta epidemia?

En enero empezamos a ver las medidas que estaba tomando China, pero se veía muy lejano. Cuando vimos los primeros casos en Estados Unidos ya sabíamos que llegaría a Suramérica. El COVID-19 no tiene aún tratamiento y las vacunas en desarrollo todavía no están aprobadas.

¿Cómo te vinculas a Covida?

Llegué gracias a mi profesor y colega de la Facultad de Medicina Luis Jorge Hernández. Él es experto en Salud Pública y vigilancia epidemiológica, y hemos hecho varios trabajos juntos. Ha sido muy enriquecedor porque este proyecto ha logrado involucrar a muchas disciplinas y áreas de la Universidad. Además, ha resaltado lo que es la epidemiología y su gran utilidad para la salud de la población.

Además de ser co-investigadora del proyecto, realizas otras actividades en Covida

Dirijo el Centro de Contacto, que empezó con tres médicos y cuya capacidad se aumentará proximamente.[i] Lo que hacemos es seguimiento de síntomas a las personas cuyo resultado da negativo, a los 7, 14 y 21 días. A las personas que dan positivo para la infección, les hacemos acompañamiento y orientación en los días 7, 14 y 21, posteriores al resultado de su prueba, para ver cómo evoluciona la enfermedad y para darles educación, recomendaciones y acompañamiento. Además, hacemos el rastreo de sus contactos, para determinar cuántas personas en esa familia tienen Covid-19 y mirar determinantes del contagio y factores de riesgo. Esto hace parte del análisis y caracterización epidemiológica de la población.

¿Qué ha significado Covida para ti?

Tengo una motivación personal. Soy médica porque me encantan las personas. Así sea una de cien mil, si le cambiamos la historia de su enfermedad, quedo satisfecha. He notificado a algunos de los que han dado positivo para la enfermedad y para todos se vuelve un tema muy triste por la enfermedad, las consecuencias para sus familiares y porque no van a poder trabajar durante un tiempo, lo que compromete el ingreso de la familia. Es una población vulnerable ante cualquier problema de salud. Si bien no podemos darles dinero, les damos un acompañamiento que agradecen mucho. Diagnosticarlos oportunamente y darles recomendaciones para ayudarles a sobrellevar un proceso de tanta incertidumbre es un aporte muy valioso que hace Covida para la sociedad.

¿Cómo has vivido el desarrollo de un proyecto tan complejo?

Para mí ha sido un proceso de paciencia, soy acelerada y quisiera que algunas cosas fueran más rápidas, pero todos los días aprendo algo. Hay discusiones difíciles y hay que entender las particularidades de los diferentes grupos. No todos tenemos las mismas prioridades. Hay ideas geniales, pero implementarlas es difícil. Eduardo Behrentz está muy conectado con la realidad y eso ayuda mucho; además tiene mucha paciencia y es un gran líder.[ii] También ha habido muchas alegrías como la integración que hemos logrado con el equipo de trabajo y, sobre todo, saber que estamos ayudando a las personas.

¿Qué sigue?

Consolidar la toma de muestras y el rastreo de contactos de las personas que dan positivo. Quedan equipos de trabajo muy fuertes y para otro proyecto de este estilo sería mucho más sencillo organizar las cosas. El know how que se ha adquirido con Covida es impresionante. Las grandes universidades del mundo logran sacar adelante proyectos tan complejos como este porque se articulan y trabajan como un gran equipo.


[i]En el momento de publicación de esta entrevista, el Centro de Contacto cuenta con 12 personas haciendo seguimiento a los participantes en el proyecto Covida.

[ii] Eduardo Behrentz es Vicerrector de Desarrollo de Uniandes y coordinador general del proyecto Covida