“No se tiene en cuenta el contexto, porque no es lo mismo hacer una acción en Bogotá que hacerla aquí”, fue una de las frases que más escucharon los investigadores en los municipios de Colombia durante el desarrollo de un estudio que busca contribuir a cerrar las brechas territoriales en temas de salud.


Hacia un nuevo modelo de salud pública” se trabajó en conjunto entre la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes y la Corporación para el Desarrollo de la Seguridad Social (Codess). En esta indagación el informe encontró una fuerte tensión entre los territorios y la Nación, a su vez que una alta dependencia del Sistema General de Participaciones, es decir de los recursos que la Nación transfiere a las entidades territoriales.


El trabajo incluyó una revisión exploratoria, un análisis normativo, consulta con expertos y en sus dos últimas etapas estudio de casos múltiples (región andina, caribe, pacífico y Orinoquía) y análisis georreferenciado del gasto en salud pública de los territorios. Uno de los hallazgos llamaba la atención sobre el exceso y la complejidad normativa, además de planes territoriales que no incluyen la evaluación como un tema predominante.

 


“Cuando se hacen análisis de la situación de salud, se contrata, pero no se usa. Realmente lo hacen para cumplir un requisito que solicita el departamento o la Nación”, explica Diego Lucumí, doctor en Comportamientos en salud y educación para la salud y director de Investigación y Consultoria de la Escuela de Gobierno, de Los Andes. 

 

El asunto es crítico cuando se habla de talento humano, en muchos municipios categoría 6, la persona encargada de salud, era también responsable de otros temas, lo que impedía el desarrollo pleno de sus funciones. En otros casos se detectó la necesidad de trabajar en temas de liderazgo y comunicación, pues a veces las relaciones personales entre funcionarios de alcaldías municipales y gobernaciones no fluía y eso afectaba la gestión.


En general, la investigación explica que hay altos niveles de rotación, pocos incentivos e insuficiencia de recursos. Frente a este tema se recomienda tener claros los perfiles laborales, crear mecanismos que retengan al personal, una remuneración adecuada y el fortalecimiento de procesos. Esto último teniendo en cuenta que en algunos territorios el porcentaje de gestión es bajo.

 


Diego Lucumí, profesor de la Escuela de Gobierno de Los Andes. 


Lucumí asegura que las funciones de salud pública no han tenido un desarrollo homogéneo, por un lado, la investigación, desarrollo e implementación de soluciones innovadoras fue calificada como deficiente, además de la escasa toma de decisiones basadas en evidencia. Mientras que las funciones con mayor reporte fueron las que corresponden al monitoreo y análisis de la situación de salud.


La investigación recomienda que un modelo de salud pública ideal debe ser pensado desde el territorio y tener la prevención en salud como una prioridad. “No debe quedar con una visión institucionalista, sino tener en cuenta el cambio de contexto, el modelo de salud, el cambio político y hasta el consumo en el territorio”, resalta el informe. Es necesario también dar paso a mecanismos efectivos para la participación comunitaria, adoptando relaciones más horizontales entre los actores del sistema.
 


Reviva la presentación de los resultados de la investigación.