Video: Daniel Álvarez


Gritos y saltos pueden ser reacciones comunes cuando aparece una cucaracha. Muchos corren despavoridos para alejarse del insecto, pero los científicos hacen lo contrario: buscan acercarse tanto como sea posible, incluso, para llegar a contar el número de espinas que pueda tener en las patas o la forma de sus genitales. Gracias a esa reacción se pudo encontrar una nueva especie en los terrenos de la Universidad de los Andes, que colindan con los cerros orientales de Bogotá. 
 


Los doctores en biología, Emilio Realpe, de la Facultad de Ciencias, y Melissa Sánchez, investigadora de la Universidad de Alabama, vieron la cucaracha en el pie de los cerros, en medio de troncos en descomposición. Sánchez, quien había tenido durante sus estudios de doctorado alguna relación con estos insectos, estaba alerta a observar sus características, por lo que sospechó que podía tratarse de una nueva especie y comenzaron el trabajo de comparación y descripción con la ayuda de colegas entomólogos.  

Además de su ubicación geográfica, llamó la atención sus características físicas en la zona genital y el color de los palpos (apéndices que tienen los insectos alrededor de la boca). Por último, y no un detalle menor, la caracteriza que se alimenta de madera. 

Foto: Daniel Álvarez
 

Termitas y cucarachas una misma familia 

 

Las cucarachas en las ciudades son símbolo de suciedad, por encontrarse especialmente en lugares con una limpieza descuidada. En estos sitios en particular se encuentra la especie germánica, que es una plaga en muchos lugares y que seguramente todos han visto en alguna cocina. Pero hay muchas variedades y la encontrada en Bogotá es del género Lamproblatta y es xilófoga, es decir, se alimenta de madera. 

Las termitas, que tienen la misma dieta, siempre se pensaron como una especie de insectos aparte por muchos años (isópteros). Pero explica Sánchez que en recientes estudios que incluyeron “datos moleculares genéticos, empezaron a mostrar que estaban emparentadas con las cucarachas”. 

Así se descubrió que las termitas se originaban de algunas cucarachas que tenían dos características: comían madera y eran gregarias, es decir, aunque no tienen una estructura social, sí se encuentran en grupos numerosos. 

La cucaracha encontrada en los cerros es una pariente cercana de las termitas y tiene una distribución neotropical de tierras altas. A diferencia de sus parientes más comunes y temidas, estas ayudan a reciclar el material vegetal.  
 

La importancia de descubrir especies 

 

Para Sánchez “describir una nueva especie es poder conocer un poco más la biodiversidad”. En este caso particular, el hecho de que pueda comer madera abre la posibilidad de estudiar su relación con otras especies como bacterias y protozoos que ayudan a degradarla. 

“Esos procesos son de coevolución. Siempre habían vivido con ella”, dice la bióloga y enumera algunas de las preguntas que surgen al descubrir y estudiar una nueva especie, que pueden llegar a “generar innovación en nuestro día a día”. 

Ya los investigadores han hecho los estudios de ADN y están haciendo un concurso para elegir el nombre de la nueva cucaracha, además de escribir los artículos que describen este insecto que ayuda a reciclar nutrientes en los cerros de Bogotá. 

Escrito por:

Mauricio Laguna Cardozo

Periodista