El plan favorito de los fines de semana de la  famila Guhl era caminar por los cerros orientales de Bogotá para observar la naturaleza. Guiados por su padre, Ernesto Guhl Nimtz, un geógrafo alemán radicado en Colombia, recorrían el piedemonte cuando los bosques estaban en muy buen estado de conservación. Tal vez en esas caminatas nació el interés del mayor de los cuatro hermanos, que más tarde se convertiría en uno de los ambientalistas más respetados en Colombia: Ernesto Gulh Nannetti

Además de las caminatas, el joven Ernesto ya tenía una muy cuidada colección de insectos y minerales. Pero antes de meterse de cabeza en el tema ambiental, decidió estudiar ingeniería civil en la Universidad de los Andes, en donde dejó huella como decano de la Facultad de Ingeniería y como vicerrector años después. El país también se benefició con su amplio conocimiento sobre los ecosistemas, pues ocupó el viceministro de Ambiente (1994 – 1997). 

En su trabajo público promovió que se adscribieran institutos de investigación al Ministerio de Ambiente, como el Instituto Alexander Von Hummboldt o el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi). Tras su fallecimiento en julio de 2022, varios amigos y ambientalistas recordaron su legado y sus reflexiones sobre la conservación del planeta. 

 

Ambiente y desarrollo productivo

La actual viceministra de Ambiente, Sandra Vilardy, recuerda de Guhl su escucha atenta y su preocupación por la biodiversidad y las comunidades que viven en los diferentes ecosistemas, sin dejar de lado el desarrollo productivo del país. “Él siempre estuvo en esa interacción continua con las regiones y esto lo hizo enriquecer sus reflexiones y sus aportes. Lo vemos en cada uno de sus libros, donde logra aportarle al pensamiento ambiental colombiano”. 

Ernesto Guhl creó el Instituto para el Desarrollo Sostenible, Quinaxi,  valorado por las múltiples actividades en temas de sostenibilidad. Manuel Rodríguez Becerra, profesor Emérito de Los Andes y primer ministro de Ambiente en Colombia, revive con sus palabras el entusiasmo de Guhl para que los estudiantes sintieran y conocieran las caractarerísticas de los territorios, y también su trabajo desde Quinaxi. “Particularmente en todo el tema de la región hídrica, que fue una conceptualización de Ernesto Guhl para entender mejor el territorio y para poder trabajar sobre él”, dice Rodríguez. 

Ernesto Guhl Nannetti, vicerrector, en su oficina de la Universidad de los Andes .


Otro aporte invaluable en que coinciden quienes compartieron con él, es el valor de su último libro Antropoceno: la huella humana. La frágil senda hacia un mundo y una Colombia sostenibles, una reflexión sobre esta nueva época geológica marcada por el impacto de las actividades del hombre. Para Vilardy, es un texto fundamental “que revisita la diversidad cultural y biológica, pero además lo ponen en ese reto del desarrollo diferencial en tiempos de cambio climático”.  

 “Ernesto dedicó los últimos años de su vida a dejar ese legado que, creo, es realmente importante para el futuro, no solamente para los ambientalistas o para los biólogos o para los ecólogos, sino en general", dice su hermano, Felipe Guhl, profesor Emérito de la Facultad de Ciencias de los Andes.   

En la memoria de los que conocieron a Ernesto Guhl Nannetti, quedará presente su paciente escucha y las profundas conversaciones, de un hombre que se preocupó desde muy joven por la vida de todos los seres vivientes del planeta.