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La misión emérita: imaginar a Los Andes para 2048

La misión emérita tiene un nuevo reto: pensar a la Universidad de los Andes en los próximos 25 años. Esto plantearon en un conversatorio.
Universidad de los Andes
futuro
2048
Raquel Bernal
Xavier Caicedo

Hay un ejercicio que parece sencillo, pero que no lo es: imaginar el futuro. Eso hicieron algunas de las mentes más ilustres de la Universidad de los Andes, el grupo de profesores eméritos. Ellos se dieron a la tarea de pensar a Los Andes para los próximos 25 años, en el venidero último cuarto de siglo, para completar el centenario.

¿Cómo será Uniandes en 2048?

De la mano de la profesora del Departamento de Humanidades y Literatura, Claudia Montilla, y con las preguntas de la Rectora Raquel Bernal, el grupo de profesores eméritos: José Rafael ‘Pepe’ Toro (Departamento de Ingeniería Mecánica), Manuel Rodríguez Becerra (Facultad de Administración), Margarita Botero (Departamento de Matemáticas) y Xavier Caicedo (Departamento de Matemáticas) intentaron responder esta difícil pregunta en un conversatorio que se realizó el 16 de noviembre, en el cumpleaños número 75 de la Universidad.

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En la foto: una aproximación gráfica del futuro de la Universidad de los Andes a partir de la inteligencia artificial de Photoshop y de la herramienta Leonardo.Ai

Predecir el futuro de Los Andes es complejo porque en los últimos 25 años, de acuerdo con la Rectora, se pasó de 27 a 44 pregrados; de 15 a 93 maestrías (9 de ellas virtuales); de 1 a 17 doctorados; de 7400 a 14500 estudiantes de pregrado y de 800 a 3700 estudiantes de posgrado. La Universidad creció en número, pero también en calidad en todos los sentidos: en 1998, el 27 % de la planta profesoral tenía doctorado, a 2023 el 77 %, la tiene. Asimismo, en reputación internacional, Uniandes adquirió más prestigió y notoriedad, en el Ranking QS, a finales del siglo XX, la ubicación en el escalafón era entre los puestos 450 a 500 a nivel mundial. En el más reciente ranking, Los Andes fue la universidad número 198 del mundo y la sexta de América Latina.

Ahora, el reto consiste en mirar hacia adelante para seguir avanzando. Una tarea en la que puede aportar la perspectiva de la misión emérita.

La misión emérita

Decía Claudia Montilla que el título de emérito, en su etimología, es muy poco glamuroso, pues hace referencia a “todo soldado veterano que ha terminado su labor, en su servicio activo, que es relevado de sus funciones y recibe un emeritum o pensión”.

Ahora bien, en el ámbito académico uniandino, la distinción emérita es la más alta a la que un profesor puede aspirar. En la actualidad hay 14 profesores eméritos en Los Andes y 13 de ellos se dieron a la tarea de pensar a Los Andes para 2048. Desde su visión y experiencia, analizaron la perspectiva a futuro de cómo serán: el pregrado, la investigación, la perdurabilidad de la institución y el impacto del trabajo de Los Andes a los problemas urgentes de Colombia y el mundo. ¿Qué dijeron al respecto?

La capacidad transformadora de siempre

El profesor Xavier Caicedo habló que hay que mirar al pasado para intentar predecir el futuro, pues la capacidad transformadora ha estado presente desde el origen de Los Andes y lo seguirá estando:

“En los últimos 25 años la Universidad ha superado todas las expectativas. Se ha alcanzado un desarrollo que jamás soñamos y los agentes de transformación son los profesores y los estudiantes… La historia nos dice que, si la Universidad sigue guiada por los mismos ideales, que son los ideales de los fundadores, su capacidad de impactar a la sociedad colombiana, inclusive, de trascender nuestra sociedad, es una capacidad muy grande”.

La excelencia en cinco aspectos fundamentales

Por otra parte, la profesora Margarita Botero detalló los aspectos fundamentales que debe seguir la Universidad para mantener la excelencia:

1. Tener claro qué quiere hacer: sus propósitos, su proyecto educativo.
2. Contar con los recursos: que van desde los profesores, los estudiantes, los recursos financieros, entre otros.
3. Saber qué hace y cómo lo hace, para no perder la esencia.
4. Mantener la coherencia entre lo que es y cómo lo logra.
5. Finalmente, autoevaluarse y revisar el contexto para no perder la pertinencia.

Todo resumido con un compromiso, casi sagrado, con los estudiantes, la ciencia y la sociedad.

Educar la libertad

El profesor Pepe Toro ahondó en el concepto de libertad y la necesidad de educar para la libertad. Algo que parece etéreo, pues no se mide en los escalafones, pero que es esencial.

“El concepto de libertad y educación siempre han estado atados. Siempre se ha dicho que la educación sirve para hacer un disfrute pleno de la libertad, a mí eso me ha impresionado… Me preocupa el hombre libre, eso no se enseña en las clases, eso está en la Universidad. Hay algo que está en la Universidad que cultiva el desarrollo de la autonomía del estudiante, de su espíritu crítico, de su capacidad de controvertir, de su capacidad de innovar, de generar conocimiento, eso está en la universidad. Esa es la excelencia que hay que cuidar. No está en los rankings, no está en ninguna parte, nadie sabe cómo evaluarla, pero yo creo que Los Andes ha logrado eso… Lo más importante es educar la libertad. Los Andes lo tiene, lo debe conservar, es lo más visionario de una institución”, detalló.

Enfrentar el desafío de la supervivencia

Finalmente, el profesor Manuel Rodríguez Becerra, habló del reto de sobrevivir ante la crisis ambiental. Una mirada que debería impulsar la Universidad en los próximos años, de pensar la sostenibilidad ambiental desde todas sus disciplinas. “¿Qué quiere decir la sostenibilidad ambiental y social aplicada desde la ingeniería, el derecho, las ciencias, las artes u otros campos?”, fue la reflexión que dejó para las diferentes facultades.

Reviva el conversatorio completo aquí