COVID-19 en el Pacífico: "Un detonante en medio de un desastre crónico"
En conjunto con las comunidades y los gobiernos locales, académicos de la Universidad de los Andes hacen un llamado urgente a una respuesta integral en medio de la pandemia.La imagen de Indira Palomeque, una vendedora de pescado de la plaza de mercado de Quibdó, suplicando ayuda para sobrevivir en medio de la pandemia es la expresión de la complejidad del problema que afronta hoy el Litoral Pacífico. “Una comunidad que está al límite de sus posibilidades”, según Diego Lucumí, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes.
Para Lucumí, Ph. D. en Comportamientos en Salud y Educación para la Salud, de la Universidad de Michigan, la llegada del COVID-19 a esta región es como agregarle un detonante a un “desastre crónico”, que está poniendo en evidencia problemas estructurales e históricos de largo plazo.
Por eso en conjunto con la organización Manos Visibles y con comunidades de estos municipios, el grupo interdisciplinario de respuesta a la COVID-19 LPC envió una carta abierta a los gobiernos locales, nacional y a la misma sociedad para brindar sugerencias y salidas a la realidad que afronta esta zona.
El grupo interdisciplinario está compuesto por profesores de la Universidad de los Andes, expertos en salud pública, un investigador del Departamento de Salud Internacional de la Escuela Johns Hopkins Bloomberg y la organización Manos Visibles, que tiene contacto con cerca de 1.000 líderes del Pacífico colombiano.
Lucumí señala que se deben activar soluciones integrales que no solo den respuesta a la pandemia, sino que sigan atendiendo temas como la alta mortalidad materna e infantil y la malaria. De no seguir trabajando para disminuir estas problemáticas, las consecuencias podrían ser más graves.
Tampoco se puede bajar la guardia en la vacunación a la niñez o en el seguimiento en temas de desnutrición. Las respuestas frente al COVID-19, insiste el investigador, no pueden ser iguales al resto del país: se debe contar con un enfoque diferencial.
Garantizar la seguridad alimentaria también es vital, especialmente porque hay sectores donde la informalidad alcanza un 80 por ciento, así como la importancia de proponer alternativas que muevan la economía de los pequeños productores y comerciantes, que en época de confinamiento no pueden realizar sus actividades. A esto se suma el llamado para que no se incremente la brecha educativa y se piden medidas específicas para la continuidad de las clases.
Ante la incertidumbre, pequeños productores y comercializadores piden medidas para garantizar la economía. Foto: Felipe Cazares.
Urge infraestructura hospitalaria de corto plazo
Brindar condiciones al personal de salud y una infraestructura de corto plazo resulta urgente en medio de la pandemia, no solo para atender los casos de COVID-19, sino otras problemáticas que ya se vienen enfrentando.
Del Gobierno Nacional se esperan respuestas sobre cómo fortalecer la identificación y el seguimiento a casos; y se pide continuar la entrega de ayudas para garantizar condiciones a las distintas poblaciones.
Las comunidades y sus líderes están desarrollando estrategias para comunicar el riesgo con mensajes propios del Litoral Pacífico y a través del programa de vigilancia comunitaria crean medidas de prevención y seguimiento, en Quibdó.
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“Frente a este escenario de incertidumbre, es importante que el gobierno reconozca y apoye las respuestas que surgen desde la comunidad. Líderes y lideresas que son actores clave para prevenir la transmisión en el Pacífico”, confirma el investigador.