¿De qué nos enfermamos en Colombia?
Enfermedades crónicas, infecciosas y de salud mental, en el radar del próximo Plan Decenal de Salud Pública, en el que participó Los Andes.La presión alta, las enfermedades del corazón y la diabetes son hoy las enfermedades crónicas que más sufren los colombianos. Una situación que viene aumentando con los años y que llevó a varios expertos en salud a incluirlas en el próximo Plan Decenal de Salud Pública, una carta de navegación que tendrá el país hasta el 2031 y del que hicieron parte 140 profesores e investigadores de la Universidad de los Andes.
El informe en el que quedarán consignadas estrategias para abordar la salud en la próxima década, también pone la lupa sobre temas relacionados con enfermedades que sufren personas por vivir en ciertas regiones del país. Se trata de las diarreicas y respiratorias, que se vinculan al medio ambiente. Óscar Bernal, profesor de la Escuela de Gobierno y director del equipo consultor de Los Andes, explica que hay ciudades de país con mala calidad del aire y otras con contaminación del agua por mercurio y metales pesados, que generan efectos en enfermedades infecciosas.
Las inequidades sociales también marcan la diferencia y es que, en temas como la mortalidad infantil y materna, hay regiones donde este índice es tres veces superior. Causas externas como la violencia o los accidentes de tránsito están, a su vez, entre las razones por las que más se enferma y se muere en Colombia. El Plan Decenal busca fortalecer la investigación relacionada con la detección del cáncer que aún tiene un manejo tardío.
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El aumento en el número de suicidios puso sobre la mesa la salud mental, tema del que se viene hablando con mayor énfasis luego de la pandemia por el COVID-19. Un aspecto que hizo parte de este trabajo de concertación pues aún no es tan evidente que, en muchos casos, la causa detrás sea la depresión.
Esta carta de navegación considera la salud pública como un concepto de bienestar que va más allá de la salud: se trata no solo de prevenir la enfermedad, sino de promocionarla, a través de acciones individuales y colectivas. Un ejemplo es que en algunas regiones preocupa el tema de la obesidad y para eso resulta urgente tomar medidas para trabajar la hipertensión y la diabetes.
El primer borrador del plan, que recoge las voces de actores del sistema de salud, de las poblaciones y expertos, plantea hacer seguimiento a la contaminación del aire, en las ciudades, y el agua, en regiones como el Pacífico. En temas de nutrición impulsar el acceso de información al consumidor para que escoja mejor sus alimentos y los impuestos a las bebidas azucaradas, además de estrategias para reducir el consumo de sal, que está relacionado con las enfermedades crónicas.
“Hay que concentrarse en la atención primaria en salud y darle mucha fuerza a la parte preventiva. Hoy muchos quieren ver sí o sí al especialista, pero estamos ignorando que se puede prevenir desde la atención primaria”, explica el investigador Bernal. Se debe hacer un manejo integral del riesgo: planteando por ejemplo que detrás de lo que sufren las personas hay riesgos latentes como el estrés y la falta de actividad física y que hay medidas que deben tomarse frente a estos asuntos.
Bajo la mirada de los expertos, la pandemia por el COVID-19 trajo una oportunidad muy grande. El país generó una inversión en salud pública que nos permitirá tener mayor vigilancia epidemiológica para futuras epidemias.
El aporte de la Universidad de Los Andes al Plan Decenal no solo plantea intervenciones en salud pública, sino que evalúa costos económicos, fuentes de financiamiento y la armonización de políticas públicas, a través de investigadores de las facultades de Medicina, Economía, la Escuela de Gobierno, entre otras áreas. Al final lo que se busca, como lo cuenta el profesor Bernal es “agregar vida a los años”: un enfoque de salud pública que busca mejorar la calidad de vida todas las personas.