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Noticias
03/11/2020

¿Cómo influyen las emociones en la alimentación?

Laura Ordoñez, bióloga y nutricionista especializada en nutrición deportiva, aclara qué es la alimentación emocional y cómo manejar el estrés y la ansiedad.
Psicología
: Salud mental

Cuando una persona siente estrés o ansiedad y busca solucionarlo a través de la comida está experimentando lo que se llama alimentación emocional cíclica. Cuando esto ocurre, se liberan sustancias en el cerebro que dan una sensación temporal de bienestar. Sin embargo, cuando esta emoción termina, aparecen sentimientos de culpa, arrepentimiento o vergüenza, por lo tanto, el problema inicial no es solucionado y se repite nuevamente el ciclo.

Es fundamental observar este tipo de comportamientos y generar cambios. Entonces, establecer un horario para comer, definir tres alimentos para incluir en la dieta (al menos tres veces a la semana) y tres que va a eliminar, son estrategias fundamentales durante el proceso.

También lo son organizar y planear un menú semanal para incrementar la ingesta de comidas balanceadas, lo cual le permitirá hacer una compra responsable únicamente con lo necesario.

Estas recomendaciones fueron hechas por Laura Ordóñez, biológa y nutricionista, en una charla sobre la relación de la alimentación con el rendimiento mental, en el marco de la Semana de bienestar, organizada por la Decanatura de Estudiantes.

 

 

Cuando se habla de una alimentación saludable se hace referencia a la ingesta de comida que aporta los nutrientes necesarios para cubrir las necesidades del cuerpo humano.

Estos alimentos son, por ejemplo, las verduras, los tubérculos, los lácteos de calidad, las frutas, las legumbres, los cereales integrales, las carnes de calidad, los pescados y mariscos, entre otros, que en proporciones correctas son beneficiosos.

Es importante aclarar la diferencia entre hambre emocional y hambre fisiológica para que cada persona reflexione sobre la razón por la que está comiendo. La primera se caracteriza por aparecer de repente, no calmarse aunque se haya comido lo deseado y causar sentimiento de culpa al acabar la ingesta. La segunda tiende a incrementar gradualmente, puede ser satisfecha con cualquier tipo de alimento y una vez saciada, la persona deja de comer y no genera sentimiento de culpa.

 

 

Por último, si le dan ganas de comer, Laura Ordóñez recomienda evitar los carbohidratos simples como el azúcar y consumir preferiblemente grasas y proteínas. Designar mínimo 20 minutos para comer, para que el cerebro libere leptina, hormona que envía al cuerpo la sensación de saciedad y disfrutar conscientemente cuando lo haga, que sea algo especial para usted.

 

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