Progresa Fenicia obtiene premio internacional en planeación

Por el esfuerzo en la formulación, consolidación y ejecución de una renovación urbana incluyente, el proyecto Progresa Fenicia recibió el Premio Internacional a la Excelencia en Planeación 2020 en América Latina, de la Asociación Americana de Planeación (APA, por sus siglas en inglés); en la categoría Planeación Comunitaria y Regional.

Progresa Fenicia se ha caracterizado por establecer espacios de diálogo grupales e individuales con los vecinos del campus de la Universidad de los Andes, para conocer y tramitar sus inquietudes y aportes sobre el futuro del sector, además de los diversos medios que otorga el programa para informar a sus habitantes sobre el estado de la renovación del entorno. "Es un ejemplo maravilloso de cómo la planeación participativa se puede llevar a cabo incluso en ambientes donde las relaciones de confianza no existían”, comenta Yu-Hung Hong, profesor de planeación urbana del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de EE. UU.

Por medio del trabajo en conjunto y en consenso con la comunidad, "se vienen desarrollando e implementando estrategias con miras a recuperar la seguridad del sector, preparando a nuestros jóvenes en habilidades técnicas, talleres de emprendimiento”, asegura Germán Madrid, habitante del sector. Entre estas se destacan: el refuerzo escolar, con el que se busca mejorar el desempeño académico de niños, niñas y adolescentes de Las Aguas y barrios aledaños; el programa Emprende Fenicia, con el que se capacitan a personas y dueños de negocios para fortalecer sus emprendimientos; así como alfabetización informática para adultos mayores y clases de inglés.

“Este premio permite que otros planes de renovación urbana, tanto de Bogotá como de otras ciudades de América Latina, e incluso del mundo, puedan decirle a sus dirigentes, a sus alcaldes, a sus planeadores que esto se puede hacer de otra manera, que se puede hacer de manera incluyente”, explicó Sergio Montero, profesor asociado en desarrollo urbano y regional del Centro Interdisciplinario para Estudios sobre Desarrollo (Cider) de la Universidad de los Andes.

Por primera vez, la División Internacional de la APA (que agrupa a más de 40.000 planeadores urbanos y regionales del mundo en 90 países) abrió una convocatoria exclusiva para América Latina. El propósito es dar un reconocimiento a proyectos excepcionales en cuatro categorías: Planeación Comunitaria y Regional, Diseño Urbano, Planeación de Transporte. Además, dos premios especiales: uno para la Excelencia en Intervención Pública y otro para la Excelencia en el Avance de la Equidad Social.

Sobre Progrecia Fenicia

El Plan Parcial de Renovación Urbana del Triángulo de Fenicia se diseñó, en 2011, con una etapa de investigación en el barrio Las Aguas para identificar las condiciones socioeconómicas de sus habitantes, sus dinámicas sociales y algunos prejuicios que se han generado en torno a la Universidad. A partir de entonces, el equipo del Proyecto Fenicia comenzó a construir y a consolidar lazos de confianza con la comunidad para conocer sus expectativas frente a la renovación urbana del barrio.

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En 2014, la Alcaldía de Bogotá le dio vida al Plan Parcial con el Decreto 420, en el que se establecen los parámetros de la renovación con la intención de que los moradores originales de Las Aguas no solo hagan parte del proyecto, sino que permanezcan en la zona y, así, evitar la gentrificación. Además, gracias a las mesas de participación entre la comunidad y la Universidad, el Distrito emitió el Decreto 448 de 2014 en el que, entre otras, se garantiza que a los propietarios originales de predios en Las Aguas se les debe mantener el estrato por un periodo inicial de diez años y, así mismo, se establecen facilidades de adquisición de vivienda para quienes han sido arrendatarios durante muchos años en el barrio y no cuentan con una propiedad.

Con este reconocimiento, Progresa Fenicia y la Universidad de los Andes se convierten en un referente internacional en renovación urbana participativa e incluyente, a partir de la transformación del entorno con el reconocimiento de la historia y la memoria del lugar; y con la convicción de que aquellos que habitan el territorio hoy deben ser los primeros beneficiarios de una mejor calidad de vida urbana.