Fue en 2018 cuando Carolina Benedetti regresó a Colombia luego de estudiar un doctorado en la Universidad de York en Canadá. Su idea, contribuir a la sociedad acercando las matemáticas a los jóvenes para cerrar las brechas en la educación. "Mi primer semestre de matemáticas lo sufrí. Ya estando del otro lado y siendo profesional, quería utilizar lo que ya sabía para ayudarlos y que no cayeran en la conclusión que no son buenos para matemáticas”, expresa la profesora del Departamento de Matemáticas de los Los Andes, al recordar esos años de colegio en los que atravesó un camino empedrado para entender el mágico universo de los números. 

Así comenzó un sueño, un programa que denominaron 'Círculos Matemáticos' y que tuvo su primer piloto hace 4 años en la Universidad de los Andes. En ese entonces, y de la mano de Benedetti, participaron 25 estudiantes de bachillerato y algunos profesores que voluntariamente se sumaron a la iniciativa. A través de actividades lúdicas, el proyecto propuso hacer matemáticas de manera divertida y creativa que le dieran a los alumnos herramientas necesarias para entender que esta ciencia es un proceso creativo más no de memorización. 

En los círculos se distribuye una actividad, la cual es estructurada a partir de un tema o problema. La metodología consta de preguntas y situaciones en las que cada respuesta permite deducir posibles soluciones del escenario propuesto. Los estudiantes se dividen en grupos aleatorios de 3 o 4 personas para socializar ideas, propuestas y soluciones a cada problema. Al finalizar, las diferentes alternativas son compartidas con todo el grupo y cada líder de equipo se encarga de capturar los distintos enfoques, con el fin de formalizar lo aprendido en un contexto matemático riguroso.

El éxito de esa primera versión fue inminente. “La experiencia para los estudiantes fue muy divertida y nos dimos cuenta que podíamos llevarlo a otros ámbitos, en otras palabras, que siguiera creciendo”, dice la doctora en filosofía de las matemáticas, quien a su vez relata que, al regarse la voz entre diferentes colegas, el proyecto cogió alas y comenzó a volar por sí mismo, no solamente en Bogotá sino en otras regiones de Colombia. 

Instituciones como la Universidad Central, la Escuela Colombiana de Ingeniería, la Universidad Javeriana, la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, la Universidad Sergio Arboleda y la Universidad de Ibagué, se sumaron a la iniciativa y empezaron a compartir los círculos matemáticos en estudiantes de todo el país. La participación de jóvenes se ha incrementado con los años, tanto así que a la fecha se han inscrito más de 300 estudiantes. 

Gracias a la Sociedad Colombiana de Matemática que apadrinó la iniciativa, el proyecto se ha puesto en práctica en colegios públicos y privados. “A una matemática o un matemático lo describiría como una persona muy inteligente capaz de muchas cosas, como de ofrecer oportunidades a otros, de incentivar a futuras generaciones y compartir nuevos conocimientos”, expresa Geidy, estudiante de la cohorte 2019-2. 

La acogida del proyecto ha sido tan positiva que durante pandemia se mantuvo de manera virtual y para este 2022 se piensa regresar a la presencialidad. Dentro de los objetivos para este año también está lograr una participación alta con el fin de apoyar estudiantes que deseen y necesiten este tipo actividades que fortalezcan sus conocimientos matemáticos. Otro objetivo y no menos importante es llegar a otros municipios y departamentos del país a través universidades aliadas que se comprometan a trasmitir estas experiencias en todos los rincones del país. 

 
Escrito por:

Ana Maria Forero Perez