Un equipo de investigadores del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de los Andes, junto con expertos del Health Engineering Design (HED) y el apoyo de la Fundación Santa Fe de Bogotá (FSFB), ha creado un dispositivo médico que facilita los procedimientos médicos en pacientes con lesiones cutaneas, especialmente quemaduras de segundo o tercer grado, que requieran dermoabrasión (procedimiento de rejuvenecimiento de la piel).

Se trata de SkinGO, un guante cuya superficie abrasiva convierte la mano de cirujanos y dermatólogos en un dispositivo médico ergonómico que se adapta perfectamente a las manos de los especialistas y facilita el tratamiento de dichas quemaduras.

De acuerdo con uno de sus creadores, el ingeniero David Bigio, SkinGO ayuda a remover el tejido desvitalizado de pacientes con lesiones en cualquier parte del cuerpo y promueve el rocío sangrante (una condición en la cual la piel empieza a sangrar levemente promoviendo la regeneración de la piel), pues se crea de una forma más homogénea y pareja que produce mejor sanación, acelera la recuperación y representaría una menor cantidad de intervenciones futuras. 

Además, reduce el agotamiento físico del personal de salud y, tal vez lo más importante, permite llegar a zonas de difícil acceso: detrás de las orejas o dentro de la nariz, por ejemplo.

En definitiva, uno de los logros más importantes de los científicos creadores de SkinGO es reducir el tiempo en las intervenciones en quirófanos y en la permanencia de los pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos. 
 
Para realizar esta técnica, usualmente se utiliza papel de lija o una esponja. Aunque ambos facilitan la remoción del tejido desvitalizado, presentan inconvenientes pues no cumplen con las propiedades para ser estrilizados y, además, las pequeñas partículas que se producen al usar lijas pueden afectar la herida del paciente, generarando efectos negativos en la piel durante su proceso de curación.
 
Otra desventaja adicional de este elemento es que los médicos deben manipularlo con sus dedos en modo pinza, lo que hace del procedimiento una tarea muy demandante físicamente, sobre todo al tratar pacientes con heridas de gran tamaño.

Con el prototipo de SkinGO, bajo la supervisión de expertos de la Clínica de Heridas de la Fundación Santa Fe de Bogotá y con la autorización del Comité de Ética de la misma entidad, ya se han realizado varios procedimientos con excelentes resultados. De hecho, con el apoyo y la coordinación de la Oficina de Transferencia de Tecnología y Conocimiento de Los Andes, SkinGO está en proceso de obtener patente de invención. 

“Con la evidencia de la seguridad del dispositivo, vamos a obtener la aprobación del registro sanitario ante el Invima, y así convertirlo en una solución disponible para el sistema de salud en Colombia y en el mundo”, afirma el profesor Bigio, que también es director del Departamento de Ingeniería Biomédica de Los Andes. 

Equipo creador y desarrollador de SkinGO:

David Bigio Roitman, director del Departamento de Ingeniería Biomédica.
Fernando García, ingeniero biomédico y electrónico de Los Andes.
Angie Henríquez, ingeniera biomédica y diseñadora de Los Andes.
Pablo Llinás, director de Diseño de HED. 
Constanza Moreno y Viviana Gómez, cirujanas de la Fundación Santa Fe de Bogotá.


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