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Con la empatía a flor de piel

El politólogo Felipe Sánchez Posada recibió la Distinción a la Responsabilidad Social Universitaria en la ceremonia de grados 2024-1.
Felipe Sánchez Posada
ciencias politicas
Consejo Estudiantil Uniandino
Responsabilidad Social Univer…
Universidad de los Andes

La mirada apacible de Felipe no esconde los intereses de su corazón: la búsqueda de una sociedad más justa, pensada desde el cuidado y el bienestar de los otros.

Ha sido un propósito, pero también, una obra.

Ese rasgo sobresaliente de su carácter inspiró a sus amigos a nominarlo a la Distinción a la Responsabilidad Universitaria, reconocimiento que recibió en su grado como politólogo de la Universidad de los Andes, durante la ceremonia del primer semestre de 2024, el lunes 8 de abril.

A lo largo de su carrera, a Felipe Sánchez Posada le llamaron la atención: la investigación en ciencias sociales, los estudios de género, de democracia y los procesos educativos. Aquellas motivaciones lo impulsaron a integrar el Consejo Estudiantil Uniandino (CEU), primero como representante de la Facultad de Ciencias Sociales, y luego como vicepresidente y también como secretario general. Allí fue líder del movimiento estudiantil de Los Andes, además tuvo un papel transcendental en la construcción de la política de género del CEU y la formalización de la comisión de género, feminismos y diversidad de este órgano.

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Foto: Felipe Sánchez Posada - Archivo personal

De la mano de otros integrantes del Consejo Estudiantil, inició el liderazgo colectivo a través de pedagogías para entender los debates que se estaban dando en Colombia sobre políticas de género y diversidad.

En complemento, en un trabajo colaborativo y estratégico, se unieron al proceso de la creación de la nueva jurisdicción MAAD (Maltrato, Amenaza, Acoso, Discriminación, Violencia sexual o de Género) para ayudar a informar y crear espacios que reunieran a las colectividades estudiantiles de la Universidad, donde se hacen activismos y militancias. Lo hicieron con la idea de responder una pregunta muy valiosa: ¿Cómo hacer de la Universidad de los Andes un espacio seguro y libre de violencia para todos?

Primero se capacitaron y luego hicieron lo mismo con sus compañeros estudiantes a través de encuentros y talleres, ese fue el resultado de la pedagogía de diversidad.

Pensar en los demás fue la clave. La generosidad de poner a los otros en el primer lugar potenció la empatía, una que siempre ha tenido a flor de piel.

La importancia de la perspectiva de inclusión en las políticas

Felipe afirma que el futuro de la sociedad depende de qué tan incluyentes y capaces sean los profesionales para crear políticas que no sean intrusivas.

Justamente políticas pensadas, no desde la verticalidad y el desconocimiento de los contextos, sino políticas horizontales, que tejen en vez de imponer. Y que están hechas con las mismas personas que viven esta realidad, que son activistas y construyen sus comunidades.

En complemento —agrega— que esta visión permite buscar la igualdad de género, reconocer la diversidad y las luchas históricas de los movimientos sociales. Ese fue el ejercicio que intentaron hacer él y sus compañeros del Consejo Estudiantil Uniandino.

“La responsabilidad social no es un acto exclusivo de los altruistas, es una ética de la vida y el cuidado”.

El merecedor de la Distinción a la Responsabilidad Social Universitaria 2024-1 compartió un mensaje para todos los estudiantes que como él aspiran a trabajar por los demás:

“El primer paso es entender cuál es el impacto que yo quiero generar en las personas, cuál es el impacto que yo quiero generar en mi comunidad, en mi familia, en mí mismo. En ese sentido, hay que entender que la responsabilidad social no es un acto exclusivo de unas personas altruistas, sino que debería ser parte de una ética de la vida, una ética del cuidado. Creo que es uno de los valores más importantes como profesionales. Es un trabajo colectivo, no es una cuestión de individuos y héroes, es un ejercicio cotidiano”.