03/09/2021

La recuperación del empleo va a paso lento

Foto de muchas personas con tapabocas
La recuperación del empleo luego de la pandemia ha sido lenta, especialmente en los empleos formales. Según los autores de la Nota Macroeconómica # 32,  Recuperación del empleo: empleo formal y brecha femenina son los grandes retosde la Facultad de Economía: "los ajustes fáciles ya se dieron, lo que falta ahora es creación de nuevo empleo formal, estable y de alta capacidad de generar valor e ingresos". 

Clic AQUÍ para ver la Nota Macroeconómica # 32: Recuperación del empleo: empleo formal y brecha femenina son los grandes retos

Desde el final de 2020, la recupreción del empleo ha tenido importantes retrocesos por el pico de contagio del primer semestre y las medidas que lo acompañaron, así como el estallido social que experimentó el país durante abril y mayo. Como resultado, hay afectaciones persistentes en los ingresos laborales de los hogares: aproximadamente el 41 % de los hogares colombianos reportaban ingresos laborales inferiores a un salario mínimo en mayo de 2021, más bajo que el 50% observado en mayo de 2020, pero aún lejos del nivel de 35 % en el mismo mes de 2019.

La afectación en términos de ingresos y empleo ha sido mucho mayor para mujeres que hombres. Las dinámicas de la recuperación laboral siguen generando alertas sobre la necesidad urgente de ajustes estructurales al mercado laboral y del retorno escolar de los niños y adolescentes cuyas madres se han dedicado a su cuidado. 

La fuerte afectación sufrida por el empleo y los ingresos de los hogares en Colombia en los primeros meses de la pandemia es bien conocida, pero dentro de sus aristas cabe resaltasr que durante abril y mayo de 2020, el número de ocupados cayó en más de 20%, lo que se tradujo en un marcado incremento del desempleo y también en una fuerte salida de personas a la inactividad laboral esa pérdida se sumó que al inicio de la pandemia muchos de los que conservaron sus empleos en realidad estuvieron en licencias y vacaciones y por tanto no fueron ocupados activos, algunos de ellos no generaron ingresos en ese periodo, y que aquellos que sí estuvieron activos en sus empleos trabajaron menos horas de lo usual.

Mientras el número de ocupados cayó en mayo de 2020 a 78% de su nivel de marzo de 2019, el número de ocupados que efectivamente estuvieron trabajando cayó aún más, a 64 % del observado en ese mes de referencia.

En adición, las horas promedio trabajadas en la semana por quienes sí estuvieron trabajando activamente se redujo a 87 % del nivel inicial. Todo ello redundó en un incremento de la fracción de hogares cuyos ingresos laborales estaban por debajo de un salario mínimo a 50 % en mayo de 2020, comparado con niveles prepandémicos cercanos el 35%. Las afectaciones en esos meses iniciales fueron particularmente marcadas para los trabajadores informales y aquellos en microempresas ) y para las mujeres.

Mucho ha sido el camino recorrido en la recuperación desde ese funesto segundo trimestre de 2020. Pero el empleo y los ingresos de los hogares se recuperan más lentamente que la actividad económica: comparado con la prepandemia, a mayo de 2021 el empleo se mantenía con una brecha superior al 7%, mientras el 41% de los hogares tienen ingresos inferiores a un salario mínimo (mejor que el 50% de hace unos meses, pero aún lejos de los niveles prepandemia). Algunas dimensiones de la dinámica reciente del empleo y los ingresos deberían generar alertas sobre la necesidad urgente de ajustes estructurales al mercado laboral. 

Es natural que en los primeros meses el golpe haya sido más fuerte para los empleos informales y las microecompresas, y que muchas de las caídas de ingresos se hayan explicado por licencias o reducciones de horas trabajadas. Estas características reflejan simplemente el uso de los canales más flexibles de ajuste del empleo ante grandes choques. Por lo mismo, estas afectaciones se recuperaron del choque inicial con cierta rapidez. Los números de ocupados informales y cuentapropistas regresaron a sus niveles prepandemia alrededor de septiembre de 2020, mes a partir del cual también se cerró la brecha entre ocupados y ocupados activos, y en que las horas de trabajo semanales de los ocupados activos volvieron a sus niveles usuales. El empleo asalariado en microempresas también rebotó rápidamente.

La dinámica preocupante del total de ocupados y de los ingresos de los hogares, que no retornan a sus niveles normales, se debe principalmente a la alta persistencia en la pérdida de empleos formales.

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La brecha laboral de género sigue disparada

Mientras en junio de 2021 el número de hombres ocupados estaba en el 98% de su nivel de inicios de 2019, en el caso de las mujeres apenas llegaba al 87% de ese punto inicial.

Es muy llamativo que la agudización de la brecha entre mujeres y hombres se da por completo en el segmento de personas en la informalidad. En particular, la evolución del número de ocupados es prácticamente idéntica entre hombres y mujeres en el caso de los ocupados formales (líneas punteadas).

En cambio, en el caso de los ocupados informales se agudiza la brecha entre hombres y mujeres desde el primer trimestre de 2019, sin que tienda a reducirse hasta los últimos datos disponibles.

En junio de 2020, el número de ocupados informales llegó a 80% del nivel prepandemia para los hombres y a 65% en el caso de las mujeres (es decir, una pérdida del 35% de los puestos informales de mujeres comparada con 20% en el caso de los hombres).

Aunque ambas series se han recuperado desde septiembre de 2020, la distancia entre ellas se mantenía en más de 15 puntos porcentuales a junio de 2021: el empleo informal de hombres estaba 3% por encima de su nivel base de marzo de 2019, mientras que el de mujeres apenas alcanzaba el 87%.

Una implicación es que la agudización de la brecha de empleos entre mujeres y hombres viene afectando principalmente a las mujeres de más bajos ingresos. Een el primer semestre de 2021 el nivel de ocupación relativo a marzo de 2019 era mucho más alto para los hombres que para las mujeres en los tres quintiles más bajos de ingresos personales, pero prácticamente igual en los dos quintiles superiores.

Como se indicó en la Nota Macroeconómica 28, la pérdida de empleo femenino en la pandemia se ha concentrado en mujeres en cuyos hogares hay menores de edad y también otros adultos. Parece reflejar una reasignación de tareas en el hogar en que la mujer acompaña unos hijos que están en edad escolar pero no tienen educación presencial, mientras que otro adulto del hogar asume la responsabilidad de generar ingresos.

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Acerca de los autores:
Autores: Observatorio de Coyuntura Económica y Social - Uniandes
Colaboraron: Marcela Eslava, Manuel Fernández, Juanita Ruiz y Hernando Zuleta.

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