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El primer economista social moderno del país

Tres investigadores de la Universidad de los Andes destacan la labor del economista Miguel Urrutia en la academia.
Economía en Colombia
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Famoso por sus tesis controversiales, en los 70 el economista Miguel Urrutia señaló que la distribución del ingreso en Colombia sí había tenido mejoras, lo que no fue bien recibido porque, según sus palabras, este país ha sido bastante pesimista y la gente no cree cuando dicen cosas positivas.

Jimena Hernández, profesora de Economía de Los Andes, contó que también ha sido enfático en decir que ha habido una ausencia de populismo, porque la estabilidad macroeconómica ha estado en manos de la tecnocracia. En su experiencia, Urrutia siempre ha valorarado la democracia imperfecta colombiana y afirma haberse sentise cómodo en varios de los gobiernos de los últimos 40 años, según la investigadora.

Su vida ha transcurrido entre la academia, la investigación y el servicio público, por eso algunos lo llaman un intelectual en el ámbito público. Su aporte a la economía social, según Alejandro Gaviria, rector de la Universidad de los Andes, en temas como la movilidad social, el sindicalismo, entre otros, lo han llevado a considerarlo el primer economista social moderno del país.

Algunos destacaron, por ejemplo, su sensibilidad por el trabajo en terreno y cómo su labor en este campo ha permitido entender a la sociedad. Sus estudiantes son claros al recordarlo como un profesor que pide respeto por los datos, por su proceso de levantamiento y por escribir mucho y de forma sencilla.

Marcela Eslava, decana de la facultad de Economía, habló sobre su papel como autor de referencia y como educador que va más allá de formar economistas: “Es darnos cuenta que mucha de su obra ha sido escrita con estudiantes o con personas recién graduadas”.

Foto de Miguel Urrutia

En su sabiduría hay una mezcla de sencillez y humor, de ahí que sus alumnos recuerden frases como: “Creo que los dos estaremos por mucho tiempo convencidos de dos cosas: de que Colombia necesita mejorar la distribución del ingreso y de que los mejores postres son los que vienen con helado”.

Entre sus primeros estudiantes estuvieron César Gaviria, Roberto Junguito, Nohra Pombo y María Mercedes Cuellar.

Urrutia afirmó que no sabe bien porque se volvió economista, pero que no se arrepiente. Contó además que nunca fue un revolucionario como muchos de su generación, pero sí una persona que ha creído en la posibilidad de la reforma.

“El bienestar económico de los colombianos puede mejorar de manera permanente, pero para lograr un crecimiento autosostenido se tienen que llevar a cabo reformas más o menos profundas”, explicó.

Sus pasos durante los últimos 15 años en Los Andes han demostrado su compromiso a prueba de todo y esa capacidad de trabajar múltiples temas, más allá de la política monetaria. Además de su incansable intención de hacer más historias de vida e historias orales que han marcado la forma de investigar en la economía.

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