¿Colombia debe liderar el debate mundial?

Se estima que 70% de la cocaína a nivel mundial se produce en Colombia. Un mercado que podría alcanzar los 20 millones de consumidores en todo el mundo y que para el país ha significado costos altísimos en términos sociales, ambientales y económicos que son asumidos por poblaciones vulnerables, mujeres, campesinos y comunidades étnicas. De esta manera, lo plantea María Alejandra Vélez, directora del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas –Cesed– de la Universidad de los Andes, como parte de los retos, que en esta materia le esperan del próximo presidente de la República. 

Según Vélez, hay al menos cuatro desafíos que enfrentará el próximo Gobierno sobre la política de drogas: el primero, asociado a liderar el discurso global sobre la regulación del consumo de cocaína en el mundo, debido a que “Colombia es el mayor cultivador de coca, seguido por Perú y Bolivia que representaron el 35% de los cultivos de coca mundiales en 2019”, según el CESED. 

El segundo, tiene que ver con las intervenciones integrales que se desarrollarán en los territorios para la sustitución de cultivos de uso ilícito, con enfoques ambientales e integrales y visión a largo plazo, que permitan garantizar su sostenibilidad en el tiempo. 


El tercero, sobre política de seguridad para proteger a las comunidades y a los líderes que han estado en cabeza de esos proyectos de sustitución. La producción y tráfico de cocaína ha aumentado los niveles de violencia, principalmente asociados al asesinato de líderes sociales. Según Indepaz, la lista de líderes y defensores de DDHH asesinados en Colombia asciende a 48 personas (cifra a marzo de 2022). 


Por último, de acuerdo con Vélez, es la regulación del uso adulto y recreativo del cannabis. “Será necesario liderar programas en reducción de daños y dar la discusión sobre el uso recreativo adulto del cannabis como otros países a nivel mundial”, precisa. 

 

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