No es ficción, la IA llegó para incidir en la justicia

Aprovechando la proyección del filme, también se realizó la charla: 'IA y justicia: ¿pueden ser más justos los robots que los humanos?’, que contó con la participación de Juny Montoya, abogada especialista en Derecho Comercial; Juan David Gutiérrez, profesor de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo y experto en IA; y Marta Beltrán, directora del Sistema Informativo CityTv.

La gran conclusión es que la irrupción de la inteligencia artificial en la justicia ya no hace parte de la ficción del cine, del imaginario de algún escritor o las ensoñaciones de un mundo distópico y futurista. La IA llegó para incidir en la justicia.

Aprovechando la proyección del filme, también se realizó la charla: 'IA y justicia: ¿pueden ser más justos los robots que los humanos?’, que contó con la participación de Juny Montoya, abogada especialista en Derecho Comercial; Juan David Gutiérrez, profesor de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo y experto en IA; y Marta Beltrán, directora del Sistema Informativo CityTv.

La gran conclusión es que la irrupción de la inteligencia artificial en la justicia ya no hace parte de la ficción del cine, del imaginario de algún escritor o las ensoñaciones de un mundo distópico y futurista. La IA llegó para incidir en la justicia.

En Argentina, un juez del Juzgado Civil y Comercial de Rosario usó una herramienta de inteligencia artificial de WhatsApp (Meta IA) para verificar el incumplimiento de una empresa sanitaria que había reducido el servicio de agua potable a una mujer. Ella había denunciado una baja presión de agua tras la instalación de un casino, afectando su calidad de vida.

Aunque la empresa prestadora del servicio de agua alegó haber hecho mejoras, la IA confirmó que una presión tan baja no garantizaba el acceso adecuado al agua, lo que llevó al juez a ordenar la reanudación del servicio en condiciones óptimas.

En Colombia, un juez usó ChatGPT-3.5 como apoyo para redactar un fallo judicial en segunda instancia, marcando una ocasión inédita en el país.

La situación involucraba a una madre que solicitó la exoneración del pago de cuotas por terapias físicas para su hijo menor, quien tiene autismo, debido a su difícil situación económica. El juez falló a favor de la madre, basando parte de sus argumentos en las respuestas proporcionadas por la IA para complementar su decisión.

Este caso llegó a la Corte Constitucional por ser la primera vez que un juez en el país utilizaba IA en un fallo. Ante esto, la Corte Constitucional de Colombia emitió la Sentencia T-323 en 2024, que establece pautas para el uso de inteligencia artificial en el sistema judicial, en donde determinó que si bien la IA ​​puede utilizarse para fines de gestión administrativa y documental, así como para apoyar las actividades judiciales, no puede reemplazar al juez en la toma de decisiones judiciales.

Durante la conversación, los panelistas coincidieron en que el uso de la inteligencia artificial (IA) ya está empezando a impactar procesos legales. “Estamos en la realidad, en el presente”, afirmó el profesor Juan David Gutiérrez al iniciar la charla, invitando a los participantes a reflexionar sobre el futuro de la justicia con el uso de tecnologías avanzadas.

Asimismo, destacó que en Colombia ya se están utilizando aproximadamente 300 sistemas de toma automatizada en el sector público, incluyendo en la justicia.

“Hice una lista de todas las tecnologías que aparecen en la película y todas están disponibles hoy. Algunas se han probado y usado en Colombia”, mencionó, haciendo referencia a herramientas como el reconocimiento facial y la predicción de conductas futuras, las cuales ya se encuentran en fase de pruebas en el país.

La abogada Juny Montoya, por su parte, hizo una aclaración importante:

“Aunque todo eso está disponible, las sentencias aún las dictan jueces. La IA puede ser una herramienta, pero la responsabilidad sigue siendo del juez”.

Ante la pregunta de la moderadora Marta Beltrán sobre los límites éticos de la IA, Montoya fue clara: “No podemos delegar la responsabilidad de la justicia a la IA”. Argumentó que, aunque la IA puede mejorar la eficiencia, la toma de decisiones en asuntos cruciales debe seguir siendo humana. Para ella, uno de los mayores peligros es que la tecnología se utilice sin considerar los derechos fundamentales de las personas afectadas.

El mayor riesgo es sacar la humanidad de la ecuación, más la reproducción de sesgos que puedan estar presentes en la IA. El beneficio mayor, la eficiencia.

Uno de los puntos más debatidos fue si la IA puede realmente crear un sistema de justicia menos corrupto y más transparente. Montoya fue escéptica. “La IA podría hacer la justicia más eficiente, rápida y consistente, pero la justicia no solo debe ser coherente”, indicó, señalando que el juez humano aporta elementos esenciales, como la empatía y la capacidad de interpretar contextos. “La IA nunca podrá reemplazar completamente estas cualidades”.

A su vez, Gutiérrez destacó que la IA también podría mejorar el acceso a la justicia, pero también cabe la posibilidad de reproducir sesgos:

El debate sobre la inteligencia artificial en la justicia está en marcha, y aunque las promesas de eficiencia y acceso son innegables, los riesgos de deshumanización y desigualdad también están presentes.

La conversación apenas inicia, pero una cosa es clara: la IA ya no es solo ciencia ficción, es una realidad que ya está aquí.

Reviva la charla completa: