Tras dos años de pandemia por COVID – 19 se siguen evidenciando rezagos en la educación que, contrario a lo que se piensa, no están relacionados con contenidos académicos y aprendizajes formales sino con las habilidades sociales y emocionales de los niños y las niñas, en particular de la primera infancia (de 0 a 6 años). Así lo plantea Eduardo Escallón, decano de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, quien afirma que este será uno de los mayores desafíos que tendrá el próximo Presidente de la República.

 

El profesor Escallón explica que el motor de la arquitectura cerebral son las interacciones sociales con adultos y pares desde que nacemos. “Privar a las niñas y los niños de estos procesos dentro del aula de clase, el patio de recreo o la salida del colegio, por ejemplo, afecta enormemente esa capacidad interactiva y eso será fundamental para que haya un verdadero aprendizaje y poder retomar lo que intuitivamente es más importante, la apropiación de conceptos e ideas” precisa.
 

 

“Si no les enseñamos otra vez a hacer preguntas, convivir, reír y compartir, no lograremos nada tratando de arraigarles conocimientos y más conocimientos”, agrega Escallón.

En ese sentido, el doctor en Lenguas, plantea dos retos para el futuro mandatario de los colombianos:

¿Cómo asegurar los recursos para la formación profesional de agentes educativos y docentes para garantizar el derecho a la educación de calidad y desarrollo integral de los niños y las niñas?

¿Cómo asegurar los recursos para continuar el seguimiento de la educación y calidad para que se garantice y se cumpla con los Objetivos de Desarrollo Sotenible (ODS), especialmente en su numeral 4?
 

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