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Proyecto de tratamiento de agua con algas gana premio internacional

Se trata de Ficosucre, un proyecto que aprovecha las características de las microalgas para descontaminar el ecosistema hídrico de San Benito Abad.
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Ficosucre, el proyecto que trabaja para descontaminar cuerpos de agua por medio del uso de microalgas endémicas, fue seleccionado como ganador del prestigioso Premio Latinoamérica Verde 2020, en la categoría Agua.

Una alianza interinstitucional, liderada por la start up Phycore* y con la participación de la Universidad de los Andes, la Gobernación de Sucre, Coschool, la comunidad de Santiago Apóstol, La Villa (Sucre) y universidades regionales, recibió el prestigioso Premio Latinoamérica Verde 2020, en la categoría Agua, por su trabajo de descontaminación del ecosistema hídrico de San Benito Abad. Se trata de Ficosucre, un proyecto que aprovecha todo el potencial de las microalgas para tratar aguas contaminadas.

Para la edición 2020, los Premios contaron con la participación de 2.540 proyectos inscritos de 560 ciudades y 25 países. Fueron destacados los 500 mejores proyectos sociales y ambientales de América Latina y diez fueron distinguidos como los mejores en igual número de categorías, alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Ficosucre sobresalió por ser el eje articulador entre la empresa, la academia, el Estado y la comunidad, en la descontaminación de cuerpos de agua. Junto con Phycore, la Gobernación de Sucre y Los Andes participaron la Universidad Simón Bolívar, la Universidad de Sucre, Coschool y la comunidad de San Benito Abad.

Foto de un técnico en la planta de Ficosucre

Produce más de 10.000 galones de concentrado de microalgas al día. Foto: Ficosucre

La academia, la comunidad y los sectores público y privado

Para empezar, en la región de la Mojana, el proyecto construyó la planta de ficocultivo más grande de América Latina. Allí se cultivan las microalgas que, posteriormente, son vertidas en la parte baja de la cuenca del arroyo Grande de Corozal, que desemboca en la ciénaga de Santiago Apóstol. Diariamente se producen más de 10.000 galones de concentrado de microalgas.

“Hasta la fecha, se ha logrado disminuir a la mitad la contaminación por carga orgánica y en un 90 % la presencia de bacterias nocivas”, asegura Jaime Gutiérrez, líder del proyecto y candidato a doctor en ciencias biológicas de la Universidad de los Andes.

Para la selección de los microorganismos fueron analizadas y seleccionadas distintas especies endémicas de la región con excelentes resultados. Actualmente, en los laboratorios del Centro de Investigaciones Microbiológicas (CIMIC) de la Universidad de los Andes, se adelanta la caracterización molecular de las microalgas y en la Universidad Simón Bolívar se realiza la misma caracterización, pero por medio de observación microscópica.

“La caracterización molecular de las algas es una de las primeras que se realiza en el país y es una nueva línea dentro del CIMIC que se ha fortalecido con esta investigación”, afirma Martha Vives, vicedecana de Investigación de la Facultad de Ciencias de Los Andes e integrante del laboratorio CIMIC.

Además, por medio del Laboratorio de Ecología Molecular de Vertebrados Acuáticos (LEMVA), la Universidad realiza un estudio de ADN de los peces y animales de la región que han entrado en contacto con los cuerpos de hídricos, a través del análisis de muestras de agua.

Así mismo, la Universidad de Sucre juega un papel central en el proyecto: allí llegan las muestras, tanto de microalgas como las de agua, las cuales son embaladas, etiquetadas y enviadas al laboratorio correspondiente.

Una de las apuestas diferenciales del proyecto es la construcción de laboratorios para la continuación de este tipo de análisis en las regiones. Dos están en construcción en la Universidad de Sucre y serán dotados con tecnología de punta para este tipo de estudios.

Foto de las microalgas utilizadas

Las microalgas son endémicas de la región. Fueron seleccionadas por los buenos resultados obtenidos en el laboratorio. Foto: Ficosucre

La otra, es el trabajo con la comunidad. De la mano de Coschool, una empresa colombiana de formación socioemocional que adelanta un trabajo con 130 líderes y jóvenes de San Benito. Desde sus saberes, los habitantes de la región lideran acciones colectivas para la conservación del medio ambiente y aprenden sobre el proceso de ficorremediación -el uso de plantas y sus microorganismos asociados para mejorar y recuperar aire, suelos y cuerpos de agua contaminados-.

Por medio de un proceso de Investigación Acción Participativa, compartieron su conocimientos sobre la ciénaga para construir planes propios encaminados a recuperar y conservar sus cuerpos de agua.

“Los efectos han sido tan positivos que la Gobernación anunció su apoyo a una segunda etapa, dirigida a descontaminar otros cuerpos de agua del departamento y a consolidar modelos productivos basados en la biomasa microalgal”, asevera Jaime Gutiérrez, quien utilizará parte de los resultados del proyecto como base para su tesis doctoral.

*Phycore es una start up en la cual Jaime Gutiérrez y Martha Vives tienen participación.

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