Ukiyo-e: el arte del grabado japonés y de las “pinturas del mundo flotante”

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Ante una sociedad jerarquizada en el periodo Edo (1615-1868), en Japón, las clases medias crearon sus propias manifestaciones artísticas. De ahí nace el ukiyo-e o el arte del grabado japonés, que hoy expone el Centro Cultural de la Universidad de los Andes, con apoyo del Banco de la República, como un homenaje al economista Miguel Urrutia.

“Se trataba de las pinturas del mundo flotante, el mundo de las diversiones. Gente de las ciudades que se entretenía yendo a restaurantes, a ver obras de teatro y que sabía que nunca iba a tener acceso a la cultura de los samuráis que tenían el control absoluto del país”, señala David Almazán, curador de la exposición.

Una de las necesidades de estas clases medias estaba relacionada con la lectura de libros de poesía y novelas que llevaban grabados. El éxito de estas imágenes era tal que se empezó con la reproducción de miles de estas para la venta.

Así, a través de la xilografía, en los talleres se empezaron a trabajar grabados en madera que primero fueron en blanco y negro y después a color. Luego se implementaron los grabados de brocado y un sistema de planchas múltiples para los diferentes colores.

Almazán aclara que el grabado no era un arte individual, sino que en uno solo podían trabajar varios profesionales: un editor, que contrataba a los artistas; un grabador, que tallaba las planchas de madera y hasta un estampador que coloreaba las planchas o hacía las estampas de forma manual.

Los grabados japoneses pasaron de venderse en las calles y de tener precios similares al de salir a cenar a estar enmarcados en los grandes museos del mundo. Así se difundieron los diseños de artistas como Utamaro, Hokusai y Hiroshige. “El ukiyo-e tuvo una gran difusión cuando Japón abre sus fronteras, empezó a ser coleccionado en Europa y hoy es uno de los grandes logros de la cultura del país nipón”, explica el curador.

En Colombia, el economista Miguel Urrutia fue uno de los impulsores de esta manifestación artística. Su interés por el estudio de las reformas de la era Meiji (1868-1912) lo llevó a acercarse a este país y a su cultura. De esta manera, mientras era estudiante en San Francisco (Estados Unidos) adquirió su primera estampa japonesa. Después tuvo la oportunidad de vivir allá mientras trabajaba como vicerrector de la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio.

¿Qué representaban los ukiyo-e?

El monte Fuji es uno de los paisajes que más protagonizó los grabados, de ahí que existan unas 36 vistas del mismo. La naturaleza y las pequeñas ciudades o pueblos también hicieron parte de los ukiyo-e.

Otros fueron como las revistas de moda del momento: algunos se convirtieron en espacios para representar kimonos y para destacar a las mujeres y a las geishas. Escenas con las hazañas de los samuráis también fueron protagonistas.

La importancia de los ukiyo-e fue tan fuerte que artistas como Monet y Van Gogh no solo los coleccionaban, sino que sus obras fueron influenciadas por este arte japonés.