El debate sobre la regulación de la marihuana no se detiene. Es la cuarta vez que un proyecto de reforma constitucional se presenta ante el Congreso de la República e insiste en la legalización del consumo de cannabis recreativo en adultos. Los que están a favor argumentan que es necesario cambiar la política de lucha contra las drogas, catalogada por expertos como un fracaso. 

Luego de que en 2016 una ley reglamentara el cultivo, la producción y la venta de productos a base de marihuana con fines medicinales y de investigación científica, aún no se ha avanzado con su uso recreativo, algunos de los fuertes cuestionamientos por parte de sus detractores se debe al posible incremento en el consumo y el riesgo de que caiga en las manos de menores de edad.

Según el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en 2019, del Ministerio de Justicia, la marihuana es la droga que más se consume en el país. Se pudo identificar que  8,3% de los colombianos entre 12 y 65 años la han probado alguna vez en su vida. 

Sin embargo, parte de la discusión pública también se ha centrado en que legalizar el cannabis de uso recreativo debilita a las bandas criminales que se lucran con esta actividad, lleva a los pequeños agricultores al mercado lícito y genera crecimiento económico. 

Lo que se puede evidenciar es que en las últimas décadas el Estado colombiano ha adoptado una política prohibicionista, enfocada en la erradicación de cultivos ilegales y la persecución a organizaciones criminales, pero pese a estas acciones aún no se ha conseguido dar un golpe contundente al narcotráfico.  

Para abordar el fenómeno de las drogas en Colombia, es necesario retroceder en el tiempo e identificar el origen de esta problemática. Lina Britto, periodista y Ph. D. en Historia reconstruye el auge y la caída de la bonanza del primer paraíso de narcóticos en el país, en su libro El boom de la marihuana. 

Según esta publicación de 490 páginas, el consumo de esta planta se convirtió en un símbolo de disidencia política y resistencia social  para una generación estadounidense que deseaba desmarcarse de la sociedad dominante. El mercado que creció aceleradamente entre las décadas de los 60 y 70, en Norteamérica, incentivó a productores y comerciantes de la región Caribe, específicamente La Guajira y la Sierra Nevada de Santa Marta a cambiar las prácticas agrícolas que ya existían y ponerlas al servicio de esta siembra ilegal.

"Es el consumo y toda la simbología y los significados que estaban atados a ese consumo de la hierba, lo que va produciendo unos cambios en las prácticas productivas y comerciales aquí en Colombia", señala Lina Britto en conversación con Pablo Zuleta, director del Área de Consumo de Drogas, Salud Pública y Educación del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed).

La marihuana fue el puente que permitió ese tránsito de la Colombia cafetera a la Colombia de los estupefacientes. Al ser un producto agrícola sin industrialización era compatible con las prácticas económicas y sociales que ya existían en la época. La bonanza marimbera hace parte de una historia de desarrollo y modernización de la economía rural, marcada por migraciones poblacionales, colonización de las fronteras agrícolas y el esfuerzo de conectar al país con los mercados internacionales. 

El boom de la marihuana, originalmente escrito en inglés, fue traducido al español por Ediciones Uniandes en colaboración con Editorial Planeta. En él se recopilan entrevistas de protagonistas y testigos, fuentes documentales preservadas en archivos públicos y privados en Colombia y Estados Unidos que permitieron conocer el origen de la problemática del tráfico de sustancias ilícitas, las motivaciones de los actores y sectores sociales que participaron en su proceso de producción y comercialización y por qué el país sobresalió en este mercado ilegal.

Esta economía agraria que le abrió las puertas al mercado de la cocaína revolucionó el mercado estadounidense en los 70. La tecnificación de los cultivos produjo marihuana de mayor calidad en el mundo, la Santa Marta Gold, y otras prácticas, permitieron el perfeccionamiento de la planta catalogada como la droga de moda del momento.

"Colombia en los años 70 lográ reemplazar a México que también proveía marihuana para el mercado estadounidense y tomarse el mercado. Según la DEA en 1979, Colombia, es decir, la Sierra Nevada de Santa Marta principalemente y esa parte de la región Caribe, proveía el 70% del mercado de consumo de marihuana a Estados Unidos, en un momento en el que el mercado de esta droga era el más grande del país" afirma la autora. 

El rompecabezas del auge y la caída de la bonanza marimbera evidencia, además, el papel que jugó el Estado en esta economía y las razones que llevaron al Gobierno colombiano y norteamericano a unirse para lanzar una campaña de erradicación de cultivos, en un momento en que su autoridad y legitimidad eran puestas en duda.

Actualmente, Estados Unidos ha flexibilizado sus leyes anti-marihuana. En 37 estados es legal su uso medicinal y de estos 19 aprobaron su uso recreativo.

El gobierno del presidente Joe Biden avanza con la despenilización de la marihuana. De hecho, en octubre de 2022, anunció que perdonaba a miles de condenados por posesión de esta sustancia psicoactiva, incluso invitó a los gobernantes de otros estados a que hicieran lo mismo: "Como dije a menudo durante mi campaña presidencial, nadie debería estar en la cárcel solo por usar o poseer marihuana. Enviar a personas a prisión por poseer marihuana ha cambiado demasiadas vidas y ha encarcelado a personas por conductas que muchos estados ya no prohiben", dijo Biden en un comunicado. 


Reviva la conversación entre Lina Britto y Pablo Zuleta sobre 'El boom de la marihuana'

 

 

 

Escrito por:

Paula Andrea Molano Rodríguez