18/03/2016

Bitácora de un viaje por la Antártida, segunda entrega

dos pingüinos, un padre alimenta a su pichón

Los padres pingüino de vincha realizan viajes de alimentación que duran entre uno y dos días. Consumen principalmente krill y cuando regresan a tierra alimentan a su cría hambrienta que ayuna durante la ausencia de sus progenitores.

paisaje de atardecer en la antartida, se ven montañas y el cielo despejado

Tres hermanos, atardecer en la caleta Potter, Isla 25 de mayo.

acentamiento glaciar, se ven montañas de tierra, piedra y de hielo

Un acentamiento al Glaciar Fourcade en la caleta Potter que se sitúa enfrente de la Base antártica Alejandro R. Carlini.

varios elefantes marinos descansando sobre tierra

Elefante marino del sur, Mirounga leonina, machos adultos y sub-adultos descansando en la playa durante el periodo de muda que ocurre una vez al año entre primavera y verano, los elefantes marinos ayunan y mudan el pelo.

frente exterior de campamento en base glacial

El Refugio Elefante está dentro de una reserva natural, a unos 3km de la Base Alejandro R. Carlini. El lugar sirve como base principal para los trabajos de campo con pingüinos y elefantes marinos.

Foca descansando sobre la nieve al lado del mar en la antártida

Foca de Weddell, Leptonychotes weddellii, descansando en la nieve en la península Potter, Isla 25 de mayo.

dos pingüinos, un padre alimenta a su pichón
paisaje de atardecer en la antartida, se ven montañas y el cielo despejado
acentamiento glaciar, se ven montañas de tierra, piedra y de hielo
varios elefantes marinos descansando sobre tierra
frente exterior de campamento en base glacial
Foca descansando sobre la nieve al lado del mar en la antártida

Es la primera vez que el científico Federico Riet-Sapriza va a la Antártida. El motivo del viaje es recolectar muestras de piel y grasa de elefantes marinos, pero su experiencia sobrepasó sus expectativas. La cercanía con varias especies animales y la imponencia de los países le regalan momentos únicos que registra con su cámara fotográfica. Aquí, una muestra.

Sobre la investigación

La técnica que utiliza Federico se conoce como análisis de isótopos estables. En ella se utilizan los valores de carbono y nitrógeno —obtenidos de las muestras de grasa y piel—, para conocer la composición de los tejidos de los elefantes marinos (en este caso) y determinar cuál es su posición en la cadena alimenticia local, los cambios en su dieta, el uso del hábitat y sus patrones migratorios.

Este proyecto se lleva a cabo gracias al apoyo y colaboración de Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes, la Dirección Nacional del Antártico y el doctor Javier Negrete, quien lidera el Departamento de Biología Predadores Tope (mamiferos) del Instituto Antártico Argentino.

La Antártida es conocida en el mundo de la ciencia como uno de los laboratorios vivos más valiosos del mundo. Tener la oportunidad de participar en las expediciones de Colombia al lugar es de gran valor para obtener información genética de todas las formas de vida que allí se encuentran.

*La participación de Federico Riet en la Segunda Expedición Colombiana a la Antártida se hizo gracias al apoyo de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes, y está enmarcada en el Programa Antártico Colombiano coordinado por Comisión Colombiana del Océano (CCO).

Vea aquí la primera entrega

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