La reconciliación sí importa en Colombia
Encuesta revela que para las personas este proceso está más relacionado con la mejora de las condiciones de vida, que con el conflicto armado.Encuesta revela que para las personas este proceso está más relacionado con la mejora de las condiciones de vida, que con el conflicto armado.
La reconciliación es una experiencia personal: se trata de pasar la página y seguir adelante. No se da de la noche a la mañana, pero en busca de ese propósito avanza Colombia, construyendo una sociedad que se pueda escuchar y perdonar. Con estas palabras inició el lanzamiento de la tercera ola del Barómetro de la Reconciliación de USAID, ACDI/VOCA y de las Universidades de los Andes y Rosario.
Una medición que busca conocer las percepciones, actitudes y comportamientos alrededor de la reconciliación, a través de 28.000 encuestas que se realizaron en 2017, 2019 y 2021, en todo el país. Y que basó su experiencia en casos internacionales de Chipre, Sudáfrica y Ruanda.
Para los colombianos la reconciliación sí importa, fue la principal conclusión, y “tiene que ver más con la cercanía del Estado y la mejora de las condiciones de vida que con el conflicto armado”, explicó en el evento Jimena Niño, gerente del Programa de alianzas para la reconciliación de USAID-ACDI/VOCA.
En este contexto también se considera importante la salud física y mental en el proceso de reparación, la verdad como un derecho de las víctimas y la construcción de memoria desde sus relatos. Frente a la pregunta si es necesario perdonar, más del 70 % de los encuestados respondió que sí y más de la mitad dijo estar dispuesto a trabajar con víctimas o desmovilizados.
Si en sus manos tuviera la posibilidad de generar acciones para la reconciliación, la mayoría de respuestas estuvieron relacionadas con hacer trabajo voluntario en organizaciones sociales y en organizar actividades puntuales en sus municipios. Además, casi un 86 % respondió que la gente de su barrio estaría dispuesta a brindar segundas oportunidades.
“Hay una disposición a dar y a reconciliarse, incluso hasta de manera hipotética las personas señalaron tener voluntad de entregar tiempo o parte de su salario para aportar en este proceso”, agregó Juan Esteban Ugarriza, profesor de la Universidad del Rosario, quien desarrolla este proyecto junto con Angelika Rettberg, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de los Andes.
Aunque el Barómetro revela que la confianza en las instituciones es la de porcentajes más bajos, 8 de cada 10 dice que confía en alguien y la misma proporción está dispuesta a reparar, lo que constituye una oportunidad de trabajo, de acuerdo con Enrique Maruri, gerente de gestión de conocimiento de ACDI/VOCA.
En un trabajo de identificación de las brechas de género, la investigadora Adriana Gaviria, del Observatorio de la Democracia de Los Andes, señala que son las mujeres las que tienen mayores niveles de empatía en situaciones de dolor y emoción y están más dispuestas a tener como amigos personas con orientación sexual o identidad de género diversa o un estrato social diferente.
Sin embargo, son las mujeres quienes tienden a confiar menos en el Ejército, en los desmovilizados y en los empresarios. Po su parte, las iglesias se mostraron como actores confiables y relevantes para la reconciliación.
Los resultados que están disponibles en la página de Reconciliación de la Facultad de Ciencias Sociales de Los Andes muestra que aún hay desafíos grandes en perdón y sanación en Colombia y que hay un desciframiento de la verdad y la memoria, en función de los derechos de las víctimas.