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“Hay que preguntarse por la realidad que vive el otro”

Un análisis a la protesta social en Colombia, con la profesora de Historia Catalina Muñoz, durante la primera #ClaseALaCalle del año.
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marchas en Colombia
movimientos sociales en Colom…

Ante la realidad de vivir en uno de los países más desiguales del mundo, la profesora Catalina Muñoz, del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes, reflexiona sobre la idea de desarrollar la capacidad de interpretar desde los zapatos de las otras personas.

La protesta social en Colombia, agrega la doctora en Historia latinoamericana, no es producto de este momento, sino que ha surgido en contextos diferentes. Y es a través de la mirada de la sociedad que ha tenido distintas interpretaciones: algunas que surgen de demandas legítimas y otras que son lideradas por “grupos irracionales”, sin razones de peso.

Lo cierto es que, en un llamado a usar las herramientas del pensamiento histórico, la académica destaca que se debe ser capaz de moverse entre hechos e interpretaciones sin negar que ocupamos un lugar particular. De ahí la importancia de contar con diálogos sustentados y apelar a los hechos, evitando las opiniones.

En la época de la posverdad, cuenta Simón Duque, estudiante de Derecho, en una nueva versión de Clase a la calle, es importante cuestionar quién o qué está detrás de la información que estamos recibiendo. Reflexionar sobre cuáles son los intereses y las motivaciones que generaron esa interpretación. “Contar una perspectiva crítica”, añade.

Es vital preguntarse, afirma Muñoz, por la realidad que vive el otro: ¿Desde dónde observo yo y desde dónde observa el otro? El que se une a la protesta, el que vandaliza, el que se queda en casa. La historia no se repite, sino que es distinta cada vez, por eso no todas las interpretaciones son creadas de la misma manera.

Algunas versiones, por ejemplo, destacan que la protesta social atenta contra el progreso y el llamado desde la academia es a reflexionar sobre qué significa el progreso. En ese sentido María José Velasco, estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales, cuestiona: ¿cuál es el progreso que se quiere?, ¿es un progreso que mejora la vida de solo unos cuantos?

¿Pensar entonces las protestas como contrarias al progreso es una forma también de criminalizarlas? fue la pregunta en esta sesión de Clase a la calle. A lo que la profesora de Historia añade que a quienes protestan no se les reconoce una racionalidad, tampoco se les ve como actores políticos válidos.

“En Colombia los seguimos viendo como personas premodernas, qué tal, entonces, ¿si empezamos a reconocer que sí puede haber una racionalidad detrás?”, reflexiona la investigadora.

Mayra Rojas, estudiante universitaria de Monterrey (México), explica que a pesar de las grandes desigualdades y fracturas que se viven en América Latina, conmueve la capacidad de empatía y escucha que aún existe. “Hay, sin duda, una gran tensión en las identidades de la región, pero se está empezando a reconocer las distintas realidades: vivimos lo mismo en México y en Colombia”, puntualiza.