La violencia en el fútbol colombiano volvió a ser protagonista. Previo a iniciar el partido entre el Deportes Tolima y Millonarios, un hincha del equipo local ingresó al campo de juego y agredió por la espalda a uno de los jugadores del club bogotano. Un suceso que aumentó la tensión del momento y propició la suspensión del partido. 

Aunque este acto fue rechazado mayoritariamente por la opinión pública, gran parte de la hinchada del Tolima, desde las tribunas, celebró la agresión con aplausos para el agresor. Este es otro episodio de un problema social que lleva a analizar las conductas violentas por parte de los aficionados y el entorno en el que ocurren

Alrededor del fútbol emergen múltiples emociones, no solo en la cancha, sino desde la tribuna, donde los aficionados expresan un sentimiento colectivo que, a su vez, se revela como una representación de identidad, así lo define la profesora Jimena Hurtado, profesora de la Facultad de Economía y jefe del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Los Andes que explica que a partir de estudios sociológicos, antropológicos y psicológicos se ha evidenciado que estas expresiones violentas se asocian al comportamiento de manada

“Hay un proceso de despersonalización, ya no soy yo como individuo, sino que hago parte de un colectivo; y como parte de este me comporto y reacciono (...) No es que la tribuna o el público normalice la violencia o esté aplaudiendo la violencia de otros, lo que pasa es que en este proceso de identificación o en esta expresión de identidad de los hinchas del fútbol, la violencia hace parte de algunas expresiones o producciones culturales”, afirma Hurtado.

Otro de los aspectos identificados son las condiciones socioeconómicas adversas que influyen en esta comunidad, pues a raíz de la falta de oportunidades y de no sentirse escuchada encuentran en el fútbol la posibilidad de generar una identidad propia, “Es pensar esto más como una comunidad que no encuentra otras formas de expresión en la sociedad. Ese sentido de pertenencia es muy importante”, Así mismo, Hurtado señala que las dinámicas de juego en los deportes y la importancia de ganar crean un entorno frágil en el que las expresiones pasionales pueden convertirse en violencia. 

“Si conjugamos la construcción de identidad con el ganador toma todo, encontramos que hay un ambiente propicio para expresiones de masculinidad tóxica. Hay un artículo donde se asocia la masculinidad con la demostración de fuerza, la expresión de dominio y de violencia, y en estos comportamientos de manada también lo que se identifica es que cuando hay una sensación de amenaza hay una reacción agresiva”, explica. 

De acuerdo con la experta en filosofía, una explicación sobre la acción del hincha que ingresa a la cancha y la reacción de la tribuna podría interpretarse como respuesta a un acto de deslealtad, considerando que el jugador de Millonarios anteriormente vistió la camiseta del Tolima, erró una penal que le impidió al club 'pijao' coronarse campeón en 2022, lo que para sus seguidores ha podido significar una traición. 

La vinculación de factores como el comportamiento de manada, la exclusión social y la masculinidad son una explicación a la actitud y emociones de las hinchadas; para Hurtado, pese a que estas conductas violentas no son justificables es necesario comprender el accionar de esta comunidad, para luego tomar decisiones que mitiguen la violencia y promuevan el cambio desde el interior.

“Hay que bajarle el protagonismo a los líderes negativos y violentos que se afianzan en la masculinidad, en esta expresión tóxica, y promover más los liderazgos positivos —señala—. Sería esperanzador porque creo que es posible cambiar estas producciones culturales que se hacen a través de la violencia y volverlas una cosa de cohesión, de construcción de comunidad positiva a partir de expresiones pacíficas de comunidad e identidad.”, expresa Hurtado.