¿Sobrevivirá la democracia a la desinformación en los tiempos de la IA?

11 años tuvieron que pasar para que regresara una de las jornadas más esperadas para los egresados Uniandinos: Volver a Los Andes, que se celebró el sábado 30 de noviembre de 2024. Este encuentro contó con una nutrida agenda académica que abordó temas como: inteligencia artificial, cambio climático, habilidades para el éxito, recorridos por el campus, más las presentaciones musicales de Salsandes, De Mar y Río, ganadores del Festival Petronio Álvarez 2024, y Guayacán Orquesta.

Uno de los eventos más llamativos fue “¿Sobrevivirá la democracia a la desinformación?”, una conversación entre destacadas figuras del periodismo: Ricardo Corredor Cure, director del Centro de Estudios en Periodismo de Los Andes (Ceper) y Alejandro Santos Rubino, director de Contenidos y Proyectos Especiales en Prisa Media.

La pregunta clave fue: ¿Cómo enfrentar los retos que la desinformación (amplificada por la inteligencia artificial generativa) plantea a la democracia?

Santos Rubino fue categórico al describir el impacto de la desinformación en las democracias modernas. “Quizá el mayor reto que tiene la democracia hoy en el mundo es el de la información, o más específicamente, el de enfrentar la desinformación, la posverdad y las noticias falsas”, afirmó ante el auditorio.

El avance de los populismos y la creciente polarización de las sociedades han creado un escenario donde las redes sociales y las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, están jugando un papel central en la manipulación de los procesos electorales, por ejemplo. 

La desinformación, que es la difusión deliberada de información falsa o engañosa con el objetivo de manipular la opinión pública para generar confusión o influir en decisiones, en épocas electorales, puede ser usada para desacreditar candidatos, polarizar a los votantes o alterar percepciones sobre temas clave.

Actualmente, la inteligencia artificial generativa es capaz de amplificar la desinformación mediante la creación de contenidos altamente convincentes, como noticias falsas, videos manipulados (deepfakes) o campañas automatizadas en redes sociales. Estas herramientas pueden producir grandes volúmenes de contenido falso en poco tiempo, haciéndolos parecer legítimos, lo que dificulta la verificación por parte de los ciudadanos y es una clara amenaza a la integridad de los procesos democráticos.

En este contexto, Santos planteó la importancia de abrir un debate sobre cómo garantizar información de calidad que permita tomar decisiones fundamentadas. Según él, la buena información no solo es clave para la toma de decisiones democráticas, sino también para alcanzar mayores niveles de desarrollo y equidad social.

El llamado es a fortalecer los mecanismos que permitan a la sociedad resistir las amenazas de la desinformación.

Santos también citó al destacado nobel de Economía, Amartya Sen: “A mejor información, más desarrollo y equidad”.

Justamente el economista y filósofo indio Amartya Sen ha reflexionado extensamente sobre el papel crucial de la información en el fortalecimiento de las democracias.

En su libro “Desarrollo y Libertad” (1999), Sen sostiene que la libertad de información y el acceso a un debate abierto son esenciales tanto para prevenir abusos de poder como para fomentar el desarrollo humano.

Sen destaca que una prensa libre y el acceso irrestricto a la información no solo contribuyen a la rendición de cuentas por parte de los gobernantes, sino que también pueden prevenir crisis severas, como las hambrunas. Argumenta que “ninguna democracia funcional con libertad de prensa ha sufrido una hambruna severa”, dado que la información permite a la ciudadanía ejercer presión sobre sus líderes para actuar de manera oportuna.

Además, Sen considera que la democracia es valiosa no solo por su capacidad instrumental para evitar desastres, sino también como un espacio para la participación pública y el reconocimiento de diversas necesidades y aspiraciones. 

En este sentido, la información de calidad es fundamental para un debate crítico y para la construcción de sociedades más justas y equitativas.

En un mundo cada vez más moldeado por las tecnologías emergentes, la desinformación representa un reto crítico para la supervivencia de la democracia. Tanto las reflexiones de Alejandro Santos como las ideas de Amartya Sen enfatizan la necesidad de fortalecer los pilares informativos y democráticos para enfrentar este desafío.

La democracia, como se planteó en el conversatorio, necesita información de calidad que le llegue a la ciudadanía, de una forma humana y creativa, con formatos de amplio alcance, para que así pueda prosperar en los tiempos de la inteligencia artificial.