22/02/2020
Detectar el cáncer a tiempo, es posible
“Nos dimos cuenta de que nuestras ideas eran innovadoras”
Eso piensa el profesor Carlos Ávila, doctor en Física de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) y destacado científico colombiano. Un hombre que ha entregado su vida a la docencia y a la investigación. “Como físicos enfocamos nuestros productos e investigaciones hacia las revistas indexadas. Pero, en este caso, ha sido una experiencia positiva ver que existe un puente para patentar con base en el trabajo que hacemos”.
Advierte que no fue entrenado para generar productos de innovación. Sin embargo, armó un equipo de trabajo con su estudiante Juan Sebastián Calderón, de la Maestría en Física, y Gerardo Alfonso Roque, analista de laboratorio, para explorar nuevas aplicaciones en detectores de radiación.
“Cuando empezamos a hacer investigación en mamografía nos dimos cuenta de que para caracterizar detectores existían dispositivos comerciales llamados fantomas, pero tenían debilidades que no permitían hacer las mediciones que necesitábamos”, explica el investigador, que, a la vez, es coordinador del Laboratorio de Altas Energías de Uniandes.
Ávila se dejó contagiar de la curiosidad de sus coequiperos.
Los tres, en su papel de inventores, dejaron fluir su creatividad. El docente desengavetó sus ideas: las que ha dejado a lo largo de su carrera en conferencias internacionales, las plasmadas en publicaciones indexadas o en revistas especializadas, e incluso, las que transmite a sus estudiantes día a día en las clases, para ponerle toda la energía al Fantoma Mamográfico, un descubrimiento que mejoraría el diagnóstico de los precursores del cáncer de seno y ayudaría a evitar futuras complicaciones.
Conozca la ficha técnica de este invento AQUÍ
En 2016 empezaron la creación del dispositivo que posibilita la calibración de equipos médicos de rayos X (2D y 3D), utilizados para la toma de imágenes radiológicas, con un patrón de referencia de lesiones minúsculas o malformaciones mamarias en estados tempranos de desarrollo.
Entre los tres montaron un sistema que emula un mamógrafo con tubos de rayos X, con el detector y el fantoma; ahí pensaron en patentar, conscientes de que asumir el reto sin asesoría podría dejarles pérdidas.
Y fue así que encontraron el apoyo de Transferencia Uniandes (TU), con quienes iniciaron una búsqueda exhaustiva en bases de datos, de proyectos relacionados con esta área.
Y terminaron sorprendidos: “Nos dimos cuenta de que nuestras ideas eran innovadoras y no se incluían en otros productos patentables”, dice satisfecho el profesor Ávila.
Por ahora están motivados con este acompañamiento, ya que han podido afrontar las complejidades administrativas y técnicas de patentar en Colombia. Su propósito, así mismo, es transferir este conocimiento a la industria para diagnosticar de manera temprana a las mujeres que padecen esta enfermedad.
Científicos como ellos pretenden dejar huella en la sociedad brindando alternativas que ayuden a solucionar problemas y a facilitarles la vida a las personas con sus investigaciones. Para proteger la propiedad intelectual de sus descubrimientos, algunos no optan por patentar, sino que se han inclinado por los procesos de transferencia, cuyo fin es generar licenciamientos, emprendimientos, codesarrollos o servicios.
Eso piensa el profesor Carlos Ávila, doctor en Física de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) y destacado científico colombiano. Un hombre que ha entregado su vida a la docencia y a la investigación. “Como físicos enfocamos nuestros productos e investigaciones hacia las revistas indexadas. Pero, en este caso, ha sido una experiencia positiva ver que existe un puente para patentar con base en el trabajo que hacemos”.
Advierte que no fue entrenado para generar productos de innovación. Sin embargo, armó un equipo de trabajo con su estudiante Juan Sebastián Calderón, de la Maestría en Física, y Gerardo Alfonso Roque, analista de laboratorio, para explorar nuevas aplicaciones en detectores de radiación.
“Cuando empezamos a hacer investigación en mamografía nos dimos cuenta de que para caracterizar detectores existían dispositivos comerciales llamados fantomas, pero tenían debilidades que no permitían hacer las mediciones que necesitábamos”, explica el investigador, que, a la vez, es coordinador del Laboratorio de Altas Energías de Uniandes.
Ávila se dejó contagiar de la curiosidad de sus coequiperos.
Los tres, en su papel de inventores, dejaron fluir su creatividad. El docente desengavetó sus ideas: las que ha dejado a lo largo de su carrera en conferencias internacionales, las plasmadas en publicaciones indexadas o en revistas especializadas, e incluso, las que transmite a sus estudiantes día a día en las clases, para ponerle toda la energía al Fantoma Mamográfico, un descubrimiento que mejoraría el diagnóstico de los precursores del cáncer de seno y ayudaría a evitar futuras complicaciones.
En 2016 empezaron la creación del dispositivo que posibilita la calibración de equipos médicos de rayos X (2D y 3D), utilizados para la toma de imágenes radiológicas, con un patrón de referencia de lesiones minúsculas o malformaciones mamarias en estados tempranos de desarrollo.
Entre los tres montaron un sistema que emula un mamógrafo con tubos de rayos X, con el detector y el fantoma; ahí pensaron en patentar, conscientes de que asumir el reto sin asesoría podría dejarles pérdidas.
Y fue así que encontraron el apoyo de Transferencia Uniandes (TU), con quienes iniciaron una búsqueda exhaustiva en bases de datos, de proyectos relacionados con esta área.
Y terminaron sorprendidos: “Nos dimos cuenta de que nuestras ideas eran innovadoras y no se incluían en otros productos patentables”, dice satisfecho el profesor Ávila.
Por ahora están motivados con este acompañamiento, ya que han podido afrontar las complejidades administrativas y técnicas de patentar en Colombia. Su propósito, así mismo, es transferir este conocimiento a la industria para diagnosticar de manera temprana a las mujeres que padecen esta enfermedad.
Científicos como ellos pretenden dejar huella en la sociedad brindando alternativas que ayuden a solucionar problemas y a facilitarles la vida a las personas con sus investigaciones. Para proteger la propiedad intelectual de sus descubrimientos, algunos no optan por patentar, sino que se han inclinado por los procesos de transferencia, cuyo fin es generar licenciamientos, emprendimientos, codesarrollos o servicios.
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