El calentamiento global, las recurrentes olas de calor y las intensas lluvias están desencadenando un preocupante fenómeno de expansión de insectos, vectores responsables de la transmisión de enfermedades como el dengue, malaria, zika y otras identificadas especialmente en regiones tropicales y subtropicales. 

“A medida que las temperaturas aumentan, los vectores encuentran condiciones más favorables para su reproducción y supervivencia”, indica John Mario González, MD, Ph. D. en Ciencias Básicas Médicas. 

En Colombia, por ejemplo, se han registrado casos de malaria en Armenia (Quindio), lo cual ha despertado un interés especial en las autoridades de salud, algo que marca un claro indicio de su propagación. En relación con esto, también preocupa la expansión de especies como el Aedes albopictus (mosquito tigre), transmisor del dengue, fiebre amarilla, chikunguña y zika, en América Latina. 

La alarma se enciende luego de identificar que la propagación se empieza a presentar en lugares en donde, por condiciones climáticas y geográficas, históricamente no se ha reportado la presencia de dichos vectores. “Ya se está hablando de casos de dengue y malaria autóctona en ciertas zonas de Estados Unidos”, explica el profesor de la Facultad de Medicina

Y problema es que este fenómeno ya supera niveles elevados. “El límite de expansión de enfermedades infecciosas era en lugares de hasta 1800 metros sobre el nivel del mar (m s.n.m.). Pero ya se conocen casos donde el mosquito Aedes aegypti, otro transmisor del dengue, se ha detectado a altitudes superiores a 2000 (m s.n.m.)”, agrega. 

Según el experto en parasitología médica e inmunología, las picaduras producidas por este tipo de vectores tienen la capacidad de introducir virus, bacterias o parásitos que han adquirido previamente. Patógenos que entran al cuerpo y pueden producir fiebre amarilla, dengue, zika y chikunguña (enfermedades virales); malaria, leishmaniasis, filariasis y chagas (enfermedades parasitarias). 


Insectos viajeros: propagación por migraciones o desplazamientos


En aeropuertos como los de Nueva York, Londres o París, se han reportado casos de malaria. La razón detrás de esto radica en la capacidad que tienen los insectos para infiltrarse en aviones, en zonas tropicales, recorrer largas distancias y luego picar, lo que también propaga la enfermedad. “Sin embargo, su supervivencia se ve restringida si las condiciones ambientales son desfavorables”. 

De acuerdo con el experto en salud, el fenómeno de las olas de calor y las intensas lluvias continuarán aumentando, así como la proliferación de los mosquitos. En ese sentido, destaca la importancia de hacer monitoreo constante e investigar a profundidad el comportamiento de estos insectos, ya que se considera esencial para desarrollar estrategias de control eficaces. “El estudio de la entomología nos brinda información crucial sobre los vectores, sus patrones de desplazamiento, supervivencia y lugares de reproducción”, subraya. 

Es fundamental, además, que las personas tomen medidas de precaución: utilizar insecticidas personales para la piel o incluso de los que se usan en superficies. El doctor González sugiere el uso de mosquiteros y camisas de manga larga, especialmente en las zonas en donde se ha detectado la presencia de estos insectos. “Antes de viajar, es vital informarse sobre qué infecciones se trasmiten, posibles brotes de enfermedades. Si se presentan síntomas, es aconsejable buscar ayuda en el centro de salud más cercano”, recomienda.

 

Escrito por:

Johanna Ortiz Rocha

Periodista