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Las Instituciones Prestadoras de Salud y su crisis frente a la pandemia

Análisis sobre el sector de prestación de servicios de salud, uno de los mayores afectados durante la crisis ocasionada por COVID-19.
centro de salud
Autores
Nubia Velasco, Profesora Asociada, Universidad de los Andes
Omar Javier Espinosa Pulido, Jefe del Departamento de Compras, Fundación Santa Fe de Bogotá
Consulte el PDF: Las Instituciones Prestadoras de Salud, su crisis frente a la pandemia

La crisis ocasionada por el Covid-19 ha afectado a diferentes sectores, el primero de ellos es el sector de prestación de servicios de salud, principal doliente del virus.

Las Instituciones Prestadores de Salud - IPS, son las llamadas a atender la población afectada por el virus, tanto para pacientes asintomáticos como para aquellos sintomáticos que no requieren hospitalización y, por supuesto los que sí la requieren.

Adaptación al incremento de la capacidad

Dada la velocidad de expansión del virus y la necesidad del sistema de salud para garantizar la atención no solamente para pacientes COVID, sino a toda la población, las IPS se han visto obligadas a cambiar su operación, tomado algunas medidas, para poder atender los incrementos en la demanda que se están presentando, por ejemplo:

  1. Para incrementar la capacidad de unidades de cuidado intensivo - UCI, muchos hospitales privados y de la red de salud pública del país están haciendo reconversión de camas, es decir a su capacidad instalada de cuidados intermedios, UCI pediátricas y neonatales, las están adaptando para UCI adultos. Para el caso de Bogotá, en términos de números esto significa que, si el 50 % de las camas de cuidados intermedios disponibles se reconvierten, se incrementaría el número de UCI en alrededor de 300 unidades.
  2. Se redujo hasta en un 50 % su capacidad de atención para procedimientos electivos o aquellos que se pueden postergar, y así se incrementó su capacidad de atención a pacientes COVID-19.
  3. Para mantener la atención a pacientes crónicos, urgentes o prioritarios, los hospitales han implementado sistemas de telemedicina y atención domiciliaria.

El hecho de que los hospitales hayan reducido su capacidad de atención normal durante el día a día, genera dos efectos colaterales: (1) reducir su flujo de caja por la postergación de procedimientos electivos y no indispensables, fuente importante de los ingresos de las IPS, y (2) acumulación de inventario de medicamentos, dispositivos y equipos que se requerían para esos procedimientos, que ya no se demandan, pero sobre los cuales tienen compromisos de pago con los proveedores. Los dos casos afectan la supervivencia financiera de las instituciones.

Problemas en el suministro

Además de los esperados cambios dramáticos e incrementos bruscos en la demanda, las IPS se han tenido que enfrentar a situaciones menos visibles que afectan la adecuada atención de la pandemia. Las circunstancias adversas empezaron en China, donde se fabrican gran cantidad de los dispositivos médicos que se emplean en la industria de la salud y en donde se producen una gran cantidad de materias primas para la fabricación de otros insumos y dispositivos médicos. El cierre de las fábricas en ese país, ocasionó que los despachos de dispositivos médicos y materias primas al resto del mundo se estancaran, y cuando se reactiva la producción, los primeros lotes de producción se destinan prioritariamente a cubrir las necesidades locales. Adicionalmente, con la expansión del virus y el posterior cierre de fronteras, los despachos de suministros tanto por vía marítima como por vía aérea se restringen, complicando la distribución de dispositivos de vital importancia para atender a los pacientes que, además rápidamente se incrementaban en el mundo.

La vertiginosa y creciente expansión del virus en países europeos y en Estados Unidos llevó a que el consumo de elementos que, normalmente eran de uso moderado, empezaran a requerirse en cantidades que superan la demanda estimada. Sumado a esto, elementos que antes no se consideraban para la compra en muchos hospitales, o que se tenían como inventarios de seguridad, para casos de eventos de un contagio incipiente, pasaron a ocupar los primeros renglones de importancia en los abastecimientos, con los mismos problemas de suministro ya expuestos. Overoles de protección, mascarillas quirúrgicas (tapabocas), mascarillas N-95, batas anti-fluidos, gafas de protección, caretas, guantes y otros insumos y equipos biomédicos han ido escaseando ante la elevada demanda, generado varias situaciones que hacen parte del nuevo escenario.

Asociado a lo anterior, otros problemas que se presentan en el abastecimiento de dispositivos, principalmente elementos de protección personal (EPP) son:

  1. Aumento indiscriminado de precios. Los EPP, que hace solo dos meses eran de baja rotación, hoy son fundamentales para la seguridad de los profesionales de la salud. Estos elementos en Colombia, han incrementado sus precios en algunos casos, en porcentajes superiores al 400 %, con una alta variabilidad de un día a otro. Incrementos que son explicables por la dificultad en el transporte transfronterizo que ha generado un incremento en fletes, la urgencia de requerir estos insumos, hace que cargas que antes se podían transportar por vía marítima, hoy estén haciendo fila para despachos aéreos, con el incremento en el costo del transporte que esto implica. Finalmente, la alta demanda a nivel mundial que estimula la especulación.
  2. Escasez de productos básicos para el cuidado del personal de salud. Esta escasez es generada por el aumento de la demanda ocasionado por dos razones: (i) la necesidad de la IPS de abastecerse con suficientes insumos para el cuidado del personal, (ii) la población, en su afán de protección y por el miedo de contagiarse, está adquiriendo estos elementos en mayor cantidad, y se espera que cuando algunos sectores productivos reactiven y establezcan sus protocolos de seguridad, esta demanda incremente aún más, agravando la escasez ya existente. Adicionalmente, los contratos con los proveedores solo garantizan el suministro del promedio de consumo de los últimos periodos, pero en el caso de EPP, los requerimientos aumentan entre 7 u 8 veces, con base en el promedio, dejando a las IPS sin suministros suficiente.
  3. Proliferación de nuevos fabricantes. Recientemente, han aparecido empresas con oferta de productos, algunos de los cuales no cumplen los requisitos mínimos de seguridad requeridos en salud. Ante esta situación, es necesario diferenciar entre los productos de protección para la población y productos de seguridad en ambientes hospitalarios. Para estos últimos (tapabocas, mascarillas, caretas de protección), existen unos requisitos mínimos establecidos en normas internacionales. Usar EPP fuera de las especificaciones de las normas, puede además de generar una sensación de falsa seguridad, tener consecuencias peligrosas para quienes los usan y para la población en general.
  4. Oferentes ficticios. Muchas de las nuevas ofertas plantean precios por debajo de los promedios, generando dudas sobre si se trata de buenas oportunidades, o de proveedores que están disfrazando otras actividades (contrabando, lavado de activos), o de estafadores que, a sabiendas de las condiciones comerciales, exigen un anticipo parcial o total y no entregan la mercancía.
  5. Escasez de equipos médicos. Al igual que en dispositivos y EPP, los equipos médicos con las especificaciones técnicas requeridas para atender pacientes críticos están escaseando. Los países que hacen la mejor oferta, adquieren la producción de los fabricantes reconocidos y el resto debe recurrir a marcas sin reconocimiento en el mercado, con poca garantía y dificultades para el servicio posventa o que no tienen las características técnicas requeridas para pacientes con alto nivel de complejidad.
  6. Al presentarse escasez de EPP, el prestar una atención con el nivel de complejidad y seguridad que se requiere sin que el profesional de la salud ponga en riesgo su vida y la de sus familias se hace más difícil; en este contexto los hospitales se ven en la obligación de optimizar el uso de estos elementos en las áreas en que realmente se tiene el riesgo de contagio por contacto con pacientes COVID positivo o en aquellas en que se puede tener contacto con pacientes potencialmente contagiados como es el área de urgencias por citar un ejemplo, de esta manera hay que tener más cuidado en la prestación de los servicios dotando al profesional de la salud con todos los elementos de protección personal que le permitan prestar una atención segura tanto a sus pacientes como a ellos mismos.

Cómo apoyar a las instituciones de salud ante esta situación

Las anteriores son solo algunas de las acciones y problemas que se están presentando en las IPS del país. Las acciones dan fe de la voluntad que tienen los hospitales por garantizar una atención oportuna, confiable y segura, sacrificando su viabilidad financiera, como lo están haciendo muchos sectores del país. Los problemas que enfrentan son una alerta para que las instituciones, en conjunto con la academia y el gobierno, definan políticas integradoras del sistema y de los actores de la cadena de abastecimiento encaminadas a facilitar la labor de todos aquellos que están atendiendo esta pandemia en la primera fila y garantizar la salud de la población.

A manera de sugerencia se propone:

  1. El INVIMA debe ser el ente que, de manera centralizada, garantice la calidad de los suministros médicos, tenga claridad en las descripciones de sus fichas técnicas de uso específico y defina protocolos de seguridad biológica para los procesos de importación, fabricación y distribución de los EPP. Con lo anterior, los hospitales pueden hacer compras seguras y más expeditas a aquellos proveedores que sean avalados por esta entidad.
  2. Desde la Secretaría Distrital de Salud se puede realizar negociaciones conjuntas para los suministros que requiere tanto la red pública como privada y así, aumentar el poder negociador con los proveedores y acotar el precio.
  3. Apoyarse en la tecnología para los procesos de abastecimiento, trazabilidad, selección de proveedores y transporte.
    Optimizar las operaciones de atención domiciliaria para pacientes crónicos, con procedimientos electivos o no indispensables.

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La Universidad de los Andes desarrolla este artículo respondiendo a la coyuntura por la pandemia de COVID-19. Tenga en cuenta la fecha de publicación para entender el contexto de su contenido. No olvide consultar los análisis mas recientes sobre COVID-19 en nuestro especial.