En Colombia, el 15 % de las mujeres tiene barreras económicas para atender su menstruación, según lo reveló la última encuesta de Pulso Social realizada por el DANE.

Los altos precios de los tampones, las toallas higiénicas y los productos alternativos como la copa menstrual, son parte de la realidad que viven las personas menstruantes en Latinoamérica.

A estos obstáculos hay que sumar la dificultad de tener servicios de agua y alcantarillado adecuados y los mitos sobre la menstruación. 

Con esta problemática en mente y con el ánimo de proponer una solución viable y duradera en la Universidad y las comunidades vecinas, cinco estudiantes de la Universidad de los Andes propusieron implementar un dispensador de toallas higiénicas con bajo impacto ambiental. 

“Cualquier persona que necesite una toalla puede tomar una, sin importar el costo, y, si quiere, puede donar para posteriormente comprar una copa menstrual, que será entregada a personas que lo necesitan”, explica María José Romero, estudiante de Ingeniería Ambiental y miembro del equipo. 





El primero de los ejes del proyecto es ayudar a personas menstruantes que tienen dificultad para adquirir elementos de higiene. El segundo es de carácter ambiental, pues las toallas del dispensador están hechas de algodón orgánico, un material que reduce el impacto de estos elementos en el ambiente.

El equipo desarrollador está conformado por los estudiantes Natalia Giraldo, de Psicología; María José Romero, de Ingeniería Ambiental; Ángela Torres, de Diseño; y Daniel Reyes, de Economía. Ellos fueron los ganadores del 1° Boot Camp del Comité de Mejores Prácticas y DENOVA. 

El Boot Camp busca consolidar soluciones innovadoras que beneficien a la comunidad universitaria a través de la creatividad y el trabajo interdisciplinario y colaborativo. 





El pasado 28 de octubre, la Rectora (e) Raquel Bernal junto con miembros del Comité de Mejores Prácticas y los miembros del grupo ganador sembraron un árbol como un acto simbólico. 

“La siembra del árbol significa que hoy estamos plantando algo que va a crecer y que va a tener repercusiones a futuro”, dijo Natalia Giraldo, estudiante de psicología.

El resto del 2021 se hará un piloto y se espera que para el primer semestre del año entrante sea una realidad este proyecto.