Foto: Felipe Cazares.

 

Dos años de trabajo conjunto entre el Centro de Ética Aplicada y las facultades de Medicina y Economía fueron reconocidos por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, quienes otorgaron el “Premio Internacional de Educación y Desarrollo Curricular en Ética de la Investigación” a la propuesta de Maestría en Bioética y Ética de la Investigación de la Universidad de los Andes.


Este apoyo, que se otorga a menos del 20 % de quienes se presentan y que obtiene Uniandes por primera vez, aportará hasta US$230.000 anuales, por 5 años, financiará el diseño y puesta en marcha de esta maestría virtual y permitirá becar a los estudiantes. “Se trata de un programa innovador que brindará un enfoque distintivo para el estudio de la bioética y la ética de la investigación en la región, promoviendo el pluralismo, el diálogo y la inclusión”, explica Juny Montoya, directora de Desarrollo e Innovación Pedagógica y Curricular.


En el país, gran parte de la formación en bioética ha sido brindada por universidades de carácter confesional, por lo que este programa, dado el carácter liberal de la Universidad, permitirá tener en cuenta otras perspectivas éticas y aportes científicos que enriquecen la discusión.

 

Conoce los Posgrados de la Universidad de los Andes Aquí


La bioética, es decir la ética de la vida, ha sido fundamental en la toma de decisiones en disciplinas como medicina, biología, genética, entre otras. “Por otro lado, la ética de la investigación aborda las preguntas y dilemas de carácter moral que surgen durante la investigación científica. En Los Andes todas las investigaciones de los profesores pasan por un comité de ética y las facultades también cuentan con un órgano similar para evaluar proyectos de estudiantes”, explica Manuela Fernández*, profesora del Departamento de Filosofía y del Centro de Ética Aplicada de la Universidad.


El Ministerio de Ciencia, a través de la política de Ética de la investigación, bioética e integridad científica, ha establecido unos lineamientos mínimos para la conformación y funcionamiento de estos comités. Este nuevo programa de maestría responde también a esa necesidad, pues busca que los egresados puedan también convertirse en formadores y resolver problemas éticos que surgen con frecuencia de los conflictos entre el entorno socioeconómico, las condiciones de la región y la prioridad de mejora de la salud pública.


El diseño curricular es también una de las novedades: tendrá un enfoque de aprendizaje basado en problemas y orientado por proyectos (ABP). Durante los dos años, los estudiantes trabajarán sobre ocho grandes problemas: límites de la vida, propiedad y manejo del cuerpo, sostenibilidad ambiental y cambio climático, migración, derecho a la salud, sustancias psicoactivas, epidemias y emergencias sanitarias y edición genética. En cada uno formularán miniproyectos de investigación que estarán acompañados de seminarios con expertos en diversas disciplinas: filosofía, medicina, biología, economía, educación, políticas públicas, entre otros.


“La bioética como reflexión y práctica de la integridad científica es por naturaleza inter y transdiciplinaria, ya que recurre a saberes cuantitativos y cualitativos, así como a diferentes posturas conceptuales y metodológicas. Es pertinente para los profesionales de diferentes áreas que quieran fortalecerse en las buenas prácticas y la integridad científica”, afirma Luis Jorge Hernández, médico epidemiólogo, bioeticista y director de investigaciones de la Facultad de Medicina y quien ha hecho parte del proyecto.


La economía también se involucra en este trabajo porque, de acuerdo con Jimena Hurtado, profesora de la Facultad de Economía y miembro del Consejo Nacional de Bioética, es una disciplina que se ocupa del bienestar de la población y del uso de los recursos para lograr equidad y sostenibilidad. “Considerando que es una maestría hecha desde el Sur Global nos interesamos por el desarrollo sostenible e inclusivo. Temas como la justicia ambiental e intergeneracional, los flujos migratorios, la desigualdad, entre otros se estudian desde la economía y ahora queremos promoverlo con un enfoque bioético”, añade la académica.


El programa de maestría está dirigido principalmente a profesionales en áreas del cuidado de la salud o en las ciencias sociales y humanas. También se admitirán profesionales que acrediten experiencia o formación como investigadores, académicos o miembros de ONGs relacionadas con la salud o los derechos de poblaciones vulnerables. Al finalizar los cursos, el egresado tendrá competencias para la gestión ética de la atención médica, de la investigación y del financiamiento de la salud.


También se espera incentivar la participación de los estudiantes en conferencias internacionales como la World Conference on Bioethics, Medical Ethics and Medical Law, organizada por la Unesco y el Congreso internacional para la enseñanza de la ética, de Redetica (Red para la formación ética y ciudadana). Con esta apuesta, Los Andes reafirma su compromiso con la ética aplicada, entendiendo que no se trata solo de añadir un curso de ética, sino comprender que la misma es fundamental en todas las disciplinas, concluye la directora Juny Montoya.


*Otros de los profesores de la Universidad involucrados en el proceso fueron: Juan Camilo Cárdenas, Daniel Suárez, Valeriano López, Ricardo Peña, Allison Wolf, Linda Zuluaga y María Teresa Gómez.