“El mundo necesita ciencia, y la ciencia necesita mujeres”. Con esa frase L'Oréal, en asociación con la Unesco, promociona el premio anual “Para las mujeres en la ciencia”, que en 2021 recibieron dos estudiantes del Doctorado en Ciencias de Los Andes. 

Marcela Velásquez y Alexandra Delgadillo estuvieron entre las siete científicas que recibieron este reconocimiento en Colombia. Un impulso económico para continuar con los proyectos de investigación que presentaron en la convocatoria.  

Este año se postularon 95 mujeres, gracias a la alianza que tiene el premio con el Icetex y el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación. Este reconocimiento se ha entregado por más de 20 años en Colombia, con el fin de promover el trabajo de mujeres científicas. 

Marcela Velásquez busca un tratamiento alternativo para la depresión mayor, por medio de hongos alucinógenos y Alexandra Delgadillo estudia el efecto del calentamiento global en un tipo de rana que habita cerca al río Orinoco. 

Dos investigaciones, dos mujeres de ciencia: 

 

Los hongos y la depresión 




La depresión mayor causa alteración del sueño, perdida de autoestima, inhabilidad para interactuar, entre otros síntomas. Según la OMS, es la principal causa de incapacidad en el mundo y en Colombia afecta alrededor del 5% de la población. 

Marcela Velásquez busca tratamientos alternativos para este trastorno y para eso ha mirado hacia potreros y plantaciones de pino, donde se encuentran hongos alucinógenos que pueden ayudar en el tratamiento de la depresión. 

El camino al premio para esta bióloga no ha sido sencillo. A pesar de que estos hongos se encuentran fácilmente, la obtención de los metabolitos –las sustancias naturales que producen en este caso alcaloides– se ha dificultado pues estas sustancias deben ser importadas y, además, tienen restricciones en Colombia. Por esto ha sentido como un voto de confianza el premio de L'Oréal.  

Un logro que le ha ayudado a superar los retos logísticos, que incluyen un permiso del Fondo Nacional de Estupefacientes. 

La investigación está en la etapa de estandarización de protocolos e iniciará en firme tan pronto sean importados los metabolitos. Con estos buscará información sobre el efecto neurobiológico de las sustancias, en un modelo In vitro. 

Velásquez resalta que incluso la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos, ha abierto un centro para investigar estas sustancias y que Colombia también tiene mucho que explorar en ellas. 


Las ranas y el cambio climático 

En medio de las llanuras que bordean el río Orinoco, en los límites entre Colombia y Venezuela, hay unas islas de roca. Muchos investigadores consideran estos afloramientos rocosos un sitio extremo por su poca vegetación y altas temperaturas. Aun así, en época de lluvia, la rana Leptodactylus lithonaetes tiene su proceso reproductivo en las charcas que forma la erosión sobre las rocas. 

Alexandra Delgadillo, bióloga y microbióloga de la Universidad de los Andes, quiere saber qué sucede con estas ranas por el cambio en las precipitaciones a causa del calentamiento global.  

El sapito de las rocas, como es conocido por algunos habitantes de la región, debe hacer su metamorfosis antes de que el agua de su charca se seque, y con las altas temperaturas este tiempo se podría acortar. 

En algunos momentos del día, la bióloga ha llegado a medir una temperatura de 50 grados en estas charcas. El problema es que la temperatura crítica para los renacuajos de la especie es de 43 grados, aproximadamente. 

Gracias al premio de L´Oréal–Unesco, se podrán hacer análisis de ADN y aplicar técnicas moleculares que ayuden a hacer un diagnóstico de lo que puede ocurrir con la rana por la elevación de las temperaturas y el bajo nivel del agua de las charcas.  

Con estos resultados, igualmente se podrá tener un panorama de posibles efectos en otras especies.