La paciencia de observar insectos
La bióloga Laura Manrique observa la relación entre los insectos y las plantas del páramo. Su investigación recibió la beca Colombia Biodiversa.Laura escoge una flor y se sienta paciente a esperar a que algún insecto o colibrí llegue. Los espera en el páramo Mata Redonda, a 45 minutos de Bogotá. Con sus binoculares listos, intenta captar una señal, el aleteo de algún polinizador habitante de estos ecosistemas amenazados.
“La idea al mirar los polinizadores es quedarse en un solo lugar, eso sí quieto y callado", dice Laura Manrique, estudiante de la maestría en Ciencias Biológicas de Los Andes. “Toca darles un tiempo de adaptación para que ellos sepan que hay algo ahí, pero que no les va a hacer nada”.
Estas salidas a campo hacen parte de su trabajo de tesis, por el que recibió la beca Colombia Biodiversa otorgada por la Fundación Alejandro Ángel Escobar a proyectos de pregrado o maestría que enaltezcan la biodiversidad colombiana.
Laura Manrique en el páramo Mata Redonda con uno de los velos con los que cubre las flores después de que un polinizador las visita. — Fotos: Daniel Ortegón
Lo que observa específicamente Laura es la relación entre los polinizadores y las flores, para así saber el riesgo que podrían tener estas interacciones frente a los cambios a que están expuestos los páramos; amenazados por la fragmentación del habitad, el calentamiento global y la minería.
En este tipo de trabajos, un primer paso es saber qué fauna y flora hay allí. Por eso Laura se guía de trabajos realizados por los biólogos Santiago Madriñán y Eloisa Lasso. En una segunda etapa, se observa la relación entre las especies, y es allí donde entra su investigación sobre la Red de polinización en el páramo Mata redonda.
¿Le es fiel el abejorro a la flor?
Entre flores y polinizadores se pueden dar dos tipos de relaciones: especialistas y generalistas, que en esta investigación sería como observar qué tan fiel puede ser un polinizador como el abejorro a un tipo de flor como la del frailejón.
En las relaciones generalistas, un polinizador llega a varios tipos de flor, mientras que en las especialistas son más selectivos y buscan el néctar y el polen solo en algunos pocos tipos de plantas.
Sabiendo esta relación, se puede identificar el riesgo en el que podrían estar las interacciones frente a cambios en el ecosistema. Si una especie de planta está en peligro, podríamos saber que su polinizador también estará en problemas, mucho más si es especialista.
Otra etapa de esta investigación es observar si después de la visita del polinizador hay desarrollo de tubos polínicos, que se forman del grano de polen y bajan por el estilo hasta los ovarios de la flor para fecundarla.
La investigación podrá obtener una cantidad de datos más robusta gracias a la beca obtenida y a la pasión de Laura por los polinizadores y, específicamente, por los insectos, los que cuando pequeña la asustaban tanto.
Los insectos, como de ciencia ficción
Uno de los temores que tenía Laura de estudiar biología era tener que enfrentarse en las salidas de campo a los insectos, esos que en la finca de sus abuelos en Arbeláez, Cundinamarca, parecían perseguirla. Por eso desde el primer semestre decidió enfrentar sus temores y se inscribió en el grupo de entomología de la Universidad.
Al final del semestre, tuvo algo así como un bautizo, y en la salida de campo después de “estar, literalmente cubierta de insectos”, comenzó a perderles el miedo y cuando conoció más de sus características, la fascinaron. "Las cosas que son súperextrañas en las películas de ciencia ficción, generalmente un insecto lo puede hacer”, dice hablando de sus propiedades, como los sensores de infrarrojo que tienen algunos.
Hace rato dejó atrás la idea del “mosquito fastidioso”, ahora Laura quiere seguir explorando sus servicios de polinización y en un futuro seguir descubriendo lo que pueden aportar estos animales, los más abundantes y diversos del planeta.