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Transformar la educación con la fuerza del lenguaje

Catalina Santamaría recibió 'La Distinción a la Responsabilidad Social' por fomentar el intercambio de conocimiento y saberes indígenas en Los Andes.
reconocimiento
grados 2022
Responsabilidad social
Indigenas
Educación.

Un viaje ancestral

"Buturu kidibai es una forma de decir gracias en embera, en la que se agradece a la persona por ser ella, por el hecho de existir o seguir existiendo. El agradecimiento es la existencia misma, es el sentimiento con el que me despido de la Universidad", expresa Catalina.

Es la última tarde de octubre...

Como es común en cualquier octubre, el cielo en Bogotá se viste de nubes grises y la lluvia arrecia. Hay congestión vehicular, afanes, caos, gente disfrazada en las calles... pero nada va a impedir que Catalina disfrute de, tal vez, el día más importante de su vida. Es la culminación de una etapa llena de aprendizaje, logros, amigos...

Es la Ceremonia de Grados 2022 de la Universidad de los Andes.

Desde que Catalina Santamaría ingresó a la Universidad, deseaba transformar la educación en su rol como estudiante de Antropología y de Lenguas y Cultura.

Su interés por aprender más de las comunidades indígenas y por la preservación de los saberes ancestrales la motivó a crear un proyecto de educación intercultural: 'Cápsulas de aprendizaje', un espacio de enseñanza de lenguas, identidad, cultura y tradiciones indígenas.

Sus primeros pasos exploratorios los hizo en 2020, en una salida de campo a La Guajira. Viajó en búsqueda de lograr un contacto cercano con la comunidad wayúu. “Me di cuenta de que ellos querían comunicarse más allá del español. Una forma para conectarnos era decir palabras tan sencillas como 'buenos días, gracias...' y entre todos aprendimos —cuenta Catalina—. La lengua es, desde donde nace, todo y la única manera para que la gente comprenda esto es a través de la educación”, agrega.

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Encuentro cultural con indígenas de la ranchería Ishamana

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Salida de campo a la media Guajira con la comunidad wayúu.

Catalina se entusiasma cuando habla de sus Cápsulas. Cuando empezó presentía que se convertirían en una iniciativa transformadora. Ingresó al Semillero de Ecología del Lenguaje del Departamento de Lenguas y Cultura de Los Andes, en donde, junto con sus profesores y compañeros, se abrieron esas primeras discusiones que terminarían por afianzar su propuesta. Ella define estos espacios como 'la cuna de la Cápsula', pues fueron el escenario en el que se construyeron los bocetos de la primera clase de lengua indígena en la Universidad de los Andes.

“La primera vez que lo pensé fue como una cápsula de una nuez en la que no crees que hay mucho, pero que por dentro tenía vida [...] este proyecto es una apuesta por reconocer y valorar las diversas comunidades que tienen relaciones distintas con sus territorios y cuerpos; y quiénes, además, han experimentado históricamente diversas formas de violencia”, señala.

Más Capsúlas para el aprendizaje

En 2021, el sueño se cristalizó. La primera Cápsula de wayuunaiki (lengua wuayúu) contó con más de 30 inscritos de distintos programas de la Universidad. Las clases fueron guiadas por Alexander Gámez, profesor wuayúu, con quien determinaron los conocimientos que se compartirían con los estudiantes; pero también la creación y puesta en marcha del curso.

Catalina es bogotana. Tiene 22 años y de raíces cundiboyacenses y tolimenses. Un suspiro profundo que le infla el pecho evidencia el orgullo que siente por alcanzar uno de sus mayores propósitos, ese al que le ha metido el alma. Recuerda que fue un camino lleno de tropiezos, de satisfacción y alegría. Sus amigos, compañeros, profesores y cada persona que se sumaba al proyecto fueron el impulso para creer, aún más, en su idea.

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A Catalina Santamaría le apasiona la música, con su familia disfruta del jazz, los ritmos caribeños y el rock.

El reto de Catalina ha sido proponer modelos de enseñanza diferentes a los tradicionales. Por esto, a partir de la cerámica, el tejido, la pintura y la artesanía propicia un intercambio cultural y de conocimiento.

“Exaltando las diferencias es desde donde encontramos puntos para conversar y así se aprende en las Cápsulas. Se generan espacios de aprendizaje y de mucho respeto”, y comenta que su esfuerzo ha seguido generando frutos, pues en 2022 lanzó la segunda versión de la Cápsula. Esta vez en lengua embera chamí.

Fue una de las más ´pilas' del colegio. De hecho por su excelencia académica recibió la beca 'Ser pilo paga' y así inició sus estudios en Lenguas y Cultura de Los Andes; y cuando cursaba cuarto semestre decidió hacer doble programa con Antropología.

De niña le gustaba el baile y la actuación. Y fue en la Universidad en donde combinó estudio y amigos con su amor por el arte, la naturaleza y la ecología: participó en cursos de salsa, en talleres de artes escénicas e hizo parte de la Mesa ambiental uniandina.

“Siento que sin mis amigos no hubiera podido consolidar esto como una propuesta seria. Es la gente la que te dice que creas en tus ideas".

Dos mujeres le han inspirado el espíritu innovador. Delia, su mamá; y su abuela que ya no las acompaña. “Es como una línea de interés familiar. Mi mamá es profesora de colegio y mi abuela siempre compartía sus saberes de costura y medicina. Esa influencia familiar y ancestral de mujeres ha sido la que me ha llevado a interesarme en estos temas. Ellas han guiado este camino”, destaca.

¡El momento esperado!

Pasadas las tres de la tarde, los Santamaría Soto llegan al Movistar Arena, uno de los escenarios de espectáculos más importantes de la capital, para celebrar el grado de Catalina. La antropóloga brilla como una esmeralda.

El anhelado llamado de la maestra de ceremonia llega: "La Rectora y el Consejo Académico de la Universidad de los Andes conceden a Laura Catalina Santamaría Soto la Distinción a la Responsabilidad Social Universitaria, otorgada a estudiantes que se destacan por sus calidades humanas excepcionales y que realizan actividades extracurriculares sobresalientes con un impacto comunitario positivo".

Los Santamaría Soto estallan en un fuerte aplauso, mientras ella saca un paso de baile, como cuando era niña, y eleva el diploma en sus manos: “Me siento orgullosa, la admiro mucho, es una mujer siempre encaminada a servir y poner todo su talento al servicio de los demás. Eso me hace sentir muy feliz”, dice doña Delia.

Y es que Catalina no solo se hizo merecedora de esta distinción. También recibió los diplomas que la acreditan como profesional en antropología y en lenguas y cultura; meta que alcanzó, además, con el apoyo de 'Vamos Pa' lante', la iniciativa de la W Radio y la Universidad de los Andes que por quinto año consecutivo otorga becas de rescate a estudiantes de pregrado en riesgo de abandonar sus carreras por razones económicas.

Aunque esta etapa de su vida finaliza, su ímpetu por fortalecer la educación sigue firme. “Mi mayor sueño es ser un agente de transformación. Ser alguien que incite el cambio y lo promueva”, anhela.

Actualmente trabaja con la profesora Elizabeth Trochez, indígena misak, para que en 2023 se dicte la clase de lengua namtrik. Catalina está empeñada en consolidar el equipo de trabajo de las Cápsulas y crear nuevos programas anuales de lenguas como iku (arhuaca), nasa yuwe (nasa), entre otras y que sean un modelo replicable en otras instituciones educativas.

Al finalizar la ceremonia, a las 7 de la noche, doña Delia envuelve a Catalina con un cálido abrazo, de esos que solo puede entregar una madre. Su papá y sus hermanos también lo hacen y en una fotografía sellan la culminación de esta etapa que augura el éxito de un proyecto que busca la transformación de la educación a través de la fuerza del lenguaje.