Desinformación, la reina en medio de la pandemia
Sobresimplificación de la información científica, la polarización y el silencio de las autoridades permiten la difusión rápida de noticias engañosas.En Colombia el 10 por ciento de los dominios compartidos en Facebook son de portales orientados a dar consejos de salud, la mayoría sin soporte científico. Sin embargo, la sobresimplifación de resultados de investigaciones científicas por parte de los medios tradicionales también contribuye a la viralización de la desinformación, en medio de la crisis por el COVID-19.
La conclusión es uno de los hallazgos del estudio “Desinformación en tiempos de pandemia”, del Observatorio de la Democracia (grupo #PolíticaYRedes), de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes. Una iniciativa que analizó publicaciones entre marzo y mayo sobre cinco medicamentos que han sido anunciados como posibles tratamientos contra el virus.
Laura Merchán, investigadora del Observatorio, explica que la información médica y científica está mediada por las emociones y la ideología. En algunos casos “los medios anteponen la simplicidad de la esperanza a la complejidad de la información”, agrega. Y es que comunicar en un contexto incierto y con alta demanda de información es un reto grande que los medios deben asumir con responsabilidad.
Una esperanza infundada
El análisis se centró en información falsa o engañosa relacionada con cinco medicamentos anunciados como tratamientos: interferón, hidroxicloroquina (cloroquina), azitromicina, remdesivir e ivermectina. La búsqueda de los mismos en Google se dio en momentos similares para varios países de América Latina, lo que permitiría entender que hay un origen compartido de la desinformación y un origen internacional.
Lo curioso es que la desinformación se difunde más rápido y es más popular que la información veraz. Uno de los puntos clave es que la primera se alimenta de la esperanza y en el caso de los medios tradicionales exagera los resultados positivos de estudios preliminares, que aún no tienen evidencia científica suficiente.
De hecho, 8 de las 10 cuentas con más interacciones son de medios tradicionales, publicaciones que fueron compartidas 65.415 veces y que “transmiten desinformación tratando de vender una esperanza infundada”, aclaran los investigadores. Las publicaciones que advierten sobre las complejidades del tema son más bien pocas.
Las fuentes que usan los medios para informar también permitieron durante el estudio reconstruir una red de acceso a la información y determinar que El Tiempo, RCN Radio y la Silla Vacía usaban como fuentes prensa extranjera (La Vanguardia, BBC o CNN), mientras que El Espectador acudía a fuentes académicas como Nature o el National Institutes of Health (NIH). Se destacó, por ejemplo, lo que publica el portal Colombiachek que hace parte de la red de verificación fact checkers latinoamericanos (#CoronaVirusFacts) y que “desafortunadamente no es citada por ningún otro medio nacional”, cita la investigación.
Polarización va de la mano
Al consumir la información sobre los medicamentos, los colombianos suelen generar posteos o noticias con tintes de desinformación y polarización. Y es a través de Facebook y Twitter que se promueven posturas políticas con respecto a este aspecto.
En el caso del interferón se menciona su origen cubano y se nombran personajes políticos como Nicolás Maduro y Gustavo Petro, mientras que con la hidroxicloroquina se nombra a Donald Trump. Frente a la azitromicina, aunque las publicaciones parecen más informativas, siguen teniendo una carga política: aparece la palabra Bolsonaro y Terça Livre, que es uno de los principales portales bolsonaristas.
El silencio de las autoridades
Luego de analizar más de 60 cuentas oficiales de autoridades nacionales y locales, la investigación reveló que, aunque ha crecido su actividad durante la pandemia, son casi inexistentes las publicaciones relacionadas con mitigar o desmentir la desinformación asociada con medicamentos.
Además explica que la respuesta del gobierno ha sido incompleta y lenta. Destaca que no hubo pronunciamiento ante rumores como el interferón, remdesivir e ivermectina.
De 64.831 tuits solo 9 estuvieron relacionados con la hidroxicloroquina y la azitromicina. Solo la cuenta de Twitter del Invima ha intentado aclarar la información sobre los medicamentos, pero su alcance es muy bajo.
El silencio del gobierno frente a la desinformación podría convertirse en un riesgo para la salud en Colombia, en medio de la situación que se vive, concluyen los académicos.