Imagina despertar un día y no poder servir una taza de café o afeitarse porque las manos no dejan de temblar. Esto le ocurrió a Santiago Martínez, quien mientras intentaba pesar objetos en una balanza (en una práctica de laboratorio), detectó que ese movimiento involuntario no era normal.

Tal vez era muy joven para sospechar que el temblor no sería pasajero. Quizás a sus 20 años no alcanzaba a contemplar que tenía una posible solución en sus propias manos. 

Es estudiante de último semestre de Ingeniería Biomédica de Los Andes, ya tiene 23 años, y fue diagnosticado con un trastorno del sistema nervioso llamado temblor esencial, que afecta a 616 personas de cada 100 mil (datos de la Revista de Neurología).

Según Aristides Duque, neurólogo de la Fundación Santa Fe de Bogotá, este trastorno se caracteriza por movimientos involuntarios, especialmente en las manos, común en personas mayores de 40 años, pero también se han registrado casos en niños y jóvenes con antecedentes familiares. Hasta la fecha, no se conoce una solución definitiva. 

Impulsado por su propia experiencia y el deseo de mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan esta condición, Santiago invitó a su amigo y compañero de clases, Germán Reyes, a crear una alternativa para reducir los síntomas. Así surge la idea de ART - Regulador Autónomo del Temblor, un prototipo de guante inteligente que a través de presiones selectivas y microvibraciones en algunos músculos y tendones, ayuda a controlar el temblor en áreas específicas y contrarrestar el movimiento inercial de la mano. 

“Cuando investigué sobre la enfermedad, encontré que los tratamientos actuales están basados en medicamentos que no abordan integralmente la problemática y pueden tener efectos renales secundarios a largo plazo”, resalta Santiago, quien además, cuenta que detectó que las soluciones no farmacológicas son costosas y, en muchos casos, no están disponibles en Colombia. 



Sus manos fallaron, pero las de sus amigos lo respaldaron 

 

“Entendí, gracias a mis amigos y a mis profesores, que la forma más fácil de resolver un problema es hablándolo”, recuerda Santiago.  

Los dos amigos buscaron el apoyo de sus profesores, Mario Valderrama, experto en neurociencias; y del director del Departamento de Ingeniería Biomédica, David Bigio, quien les reveló que conocía a más personas en la Universidad que padecían del temblor esencial. “A partir de ahí, sentí que con la orientación que recibimos en la investigación y la innovación, mi proyecto de tesis no iba a quedar en apenas una idea”, cuenta el joven.   

"ART es un gran ejemplo del proceso que esperamos desarrollen nuestros estudiantes. Que comienza por identificar una necesidad de la salud no bien resuelta a nivel local, analizar las soluciones existentes y proponer una respuesta innovadora que cumpla con los requisitos de los usuarios —señala el director de Ingeniería Biomédica—. Necesitamos seguir desarrollando las capacidades para resolver nuestros problemas locales en el área de la salud”, agrega.

Según los estudiantes, ART puede reducir o eliminar el temblor esencial, así como las vibraciones asociadas al parkinson y otros trastornos del movimiento. “El temblor entre individuos es muy diferente. En algunas personas son más efectivas las compresiones, mientras que, en otras, funcionan mejor las vibraciones”, cuenta Santiago.

El primer resultado tangible de esta innovación fue el mismo Santiago, quien, al probar el guante, pudo nuevamente soldar con precisión.  

Otros pacientes sometidos a pruebas también experimentaron mejoras notables durante su uso, e incluso horas después de utilizarlo. “Recuerdo el rostro emocionado de una paciente que sufrió temblores durante 50 años. Tras innumerables tratamientos y medicaciones se sorprendió al observar que con el simple acto de ponerse el guante se detuvo el padecimiento con el que había luchado durante tanto tiempo”, apunta Santiago. 

En ocasiones, sintieron frustración al no lograr resultados positivos. No obstante, persistieron en su objetivo y progresaron a través de múltiples iteraciones de prototipos de manillas, hasta llevar este modelo que continúa en proceso de desarrollo. 

“Santiago se acercó a mí a proponerme a hacer el proyecto, gracias a esa unión hemos logrado llegar tan lejos”, cuenta Germán.
 

Yo esperaba que mis compañeros me dijeran que la idea era absurda, que no tenía sentido, que era inalcanzable; sin embargo, en lugar de eso, me dijeron: 'Hágale, cuente con nosotros'.
Santiago Martínez

 

Santiago Martínez y Germán Reyes llevan a cabo pruebas del guante en el laboratorio de biomédica de Los Andes.


Del laboratorio al emprendimiento

Crear una solución para el temblor esencial ya representaba un desafío considerable para ellos. Pero ponerlo en el mercado, incluso, lanzarse al mundo de las startups era aún más retador. Algo, tal vez, complejo para muchos a ingenieros. 
 
Con el acompañamiento del director del programa, el ingeniero David Bigio, presentaron su prototipo en el concurso de innovación y emprendimiento ‘Jump’ organizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile. El concurso proporciona oportunidades de aprendizaje y recursos monetarios a propuestas creativas.  

“Fue emocionante descubrir que la idea que al principio parecía imposible de materializar era bien recibida por los pacientes, pero también despertaba interés entre los inversionistas, abriendo la posibilidad de llegar a más personas”, cuenta Santiago del viaje a Chile en noviembre de 2023. 
 

El prototipo se basa en un guante que ejerce presión y un sistema que emite vibraciones.

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El grupo de estudiantes ocupó el tercer lugar en el concurso de innovación y emprendimiento ‘Jump’, en Chile.

El proyecto ha despertado tanto interés que Santiago ha sido aceptado en la convocatoria Star Fellowship de la Universidad de Saint Gallen (Suiza), para participar en una inmersión práctica de febrero a mayo del 2024 en un programa de mentoría y aceleración de emprendimientos de renombre mundial. Los participantes son estudiantes de alto mérito de Latinoamérica y África que cuentan con una idea de interés para el ecosistema suizo y latinoamericano. Su enfoque se centra en aprender más sobre negocios internacionales, marketing y la elaboración de un plan de negocios sólido. 

La visión de este emprendedor es regresar de la inmersión, fundar la empresa de innovación en salud, mejorar constantemente su prototipo y llevar su solución a más personas que padecen de temblor esencial, marcando así un impacto significativo en la mejora de la calidad de vida de quienes enfrentan este desafío. 

“Sería muy feliz viendo una versión más avanzada del guante en manos de los pacientes que nos colaboraron, así como de otras personas que enfrentan ese problema”, anhela Santiago.

En video: Un emprendimiento que nace de los lazos de una amistad.

Santiago Martínez, Germán Reyes y Mateo Castelblanco son los estudiantes del pregrado en Ingeniería Biomédica que han estado en el desarrollo del proyecto.

Escrito por:

Johanna Ortiz Rocha

Periodista