
30/07/2021
Siniestros viales: la tragedia detrás de las cifras
Los siniestros viales representan la primera causa de muerte en jóvenes de 5 a 29 años, en el mundo: Organización Mundial de la Salud (OMS).
Uno de los casos más recientes y que conmovió a los colombianos fue el de Julián Esteban Gómez, el joven deportista de 13 años que, en julio de este año, perdió la vida en un accidente con una tractomula, en las vías de Zipaquirá (Cundinamarca), mientras entrenaba en su bicicleta.
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), entre enero y diciembre de 2020, se presentaron 5.458 víctimas fatales como resultado de siniestros viales, una cifra bastante alta teniendo en cuenta que fue un año con bastantes restricciones a la movilidad por causa de las cuarentenas. Y a nivel mundial la OMS reveló que cada año se pierden aproximadamente 1,3 millones de vidas a consecuencia de estas lesiones. Entre 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, y muchos de ellos provocan una discapacidad. De igual manera, la Organización indica que a nivel global, la siniestralidad vial representa la primera causa de muerte de jóvenes entre 5 y 29 años.
Las cifras sobre accidentes viales son alarmantes, así como lo es el drama humano detrás de ellas. Personas fallecidas, lesionadas o que quedaron en condición de discapacidad pueden ser prevenibles si todos los actores viales toman las medidas necesarias para evitarlas.
Uno de los casos más recientes y que conmovió a los colombianos fue el de Julián Esteban Gómez, el joven deportista de 13 años que, en julio de este año, perdió la vida en un accidente con una tractomula, en las vías de Zipaquirá (Cundinamarca), mientras entrenaba en su bicicleta.
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), entre enero y diciembre de 2020, se presentaron 5.458 víctimas fatales como resultado de siniestros viales, una cifra bastante alta teniendo en cuenta que fue un año con bastantes restricciones a la movilidad por causa de las cuarentenas. Y a nivel mundial la OMS reveló que cada año se pierden aproximadamente 1,3 millones de vidas a consecuencia de estas lesiones. Entre 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, y muchos de ellos provocan una discapacidad. De igual manera, la Organización indica que a nivel global, la siniestralidad vial representa la primera causa de muerte de jóvenes entre 5 y 29 años.
Las cifras sobre accidentes viales son alarmantes, así como lo es el drama humano detrás de ellas. Personas fallecidas, lesionadas o que quedaron en condición de discapacidad pueden ser prevenibles si todos los actores viales toman las medidas necesarias para evitarlas.
Eso busca “Conduce al 50 vive al 100”, un proyecto del Grupo de Sostenibilidad y Regional (SUR) de la Universidad de los Andes, con el apoyo de la organización Global Road Safety Partnership (GRSP), que busca promover un cambio en la sociedad colombiana frente al problema de exceso de velocidad.
Durante la charla ‘Víctimas de los siniestros viales: la tragedia detrás de las cifras’, organizada por el Grupo SUR, los panelistas recalcaron que es primordial que los gobiernos implementen políticas públicas que garanticen la seguridad de todos los actores viales, haciendo énfasis en los controles al exceso de velocidad. “A nivel de impacto en el cuerpo humano, la velocidad es la vida o la muerte. No es lo mismo un choque a 30 km/h, que un impacto a más de 60 km/h en donde el cuerpo humano no está en la capacidad de resistir a ese tipo de impacto. Por esta razón vemos claramente la necesidad de gestionar límites de velocidad en las ciudades”, resaltó en el evento María José Pessamo, directora ejecutiva de la Fundación Gonzalo Rodríguez, organización que busca reducir el número de lesiones graves y muertes por siniestros de tránsito, promoviendo la movilidad segura y saludable en Latinoamérica y el Caribe.
En algunas ciudades de Colombia ya existen ejemplos positivos. Bogotá, por ejemplo, puso en marcha el plan de reducción de velocidad a 50 km/h en algunas de sus vías. “En el 2018, un año después de empezar esta estrategia se conoció su efectividad, con un total de 39 vidas salvadas en las ocho avenidas principales que cuentan con el límite de velocidad de 50 km/h”, afirma Juan Pablo Bocarejo, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Los Andes y exsecretario de Movilidad de Bogotá, quien también indicó que esa reducción de velocidad es "una vacuna que no elimina los accidentes de tránsito, pero que sí reduce el riesgo de muerte y de heridas graves".
De igual manera Naciones Unidas ha marcado una hoja de ruta alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para que en el 2030 se reduzca la tasa de accidentalidad vial a un 50 %. En estos lineamientos se debe contemplar el error humano y, además, que los gobiernos desde su perspectiva aborden de forma integral la movilidad, promoviendo vías y vehículos más seguros, gestionando normativas y fiscalizaciones de esas normativas que permitan un comportamiento adecuado en las vías, todo esto acompañado de campañas educativas, mejora en la infraestructura y señalización vial y una continua investigación que genere datos y nuevas instancias en el ámbito de la seguridad vial.
Durante la charla ‘Víctimas de los siniestros viales: la tragedia detrás de las cifras’, organizada por el Grupo SUR, los panelistas recalcaron que es primordial que los gobiernos implementen políticas públicas que garanticen la seguridad de todos los actores viales, haciendo énfasis en los controles al exceso de velocidad. “A nivel de impacto en el cuerpo humano, la velocidad es la vida o la muerte. No es lo mismo un choque a 30 km/h, que un impacto a más de 60 km/h en donde el cuerpo humano no está en la capacidad de resistir a ese tipo de impacto. Por esta razón vemos claramente la necesidad de gestionar límites de velocidad en las ciudades”, resaltó en el evento María José Pessamo, directora ejecutiva de la Fundación Gonzalo Rodríguez, organización que busca reducir el número de lesiones graves y muertes por siniestros de tránsito, promoviendo la movilidad segura y saludable en Latinoamérica y el Caribe.
En algunas ciudades de Colombia ya existen ejemplos positivos. Bogotá, por ejemplo, puso en marcha el plan de reducción de velocidad a 50 km/h en algunas de sus vías. “En el 2018, un año después de empezar esta estrategia se conoció su efectividad, con un total de 39 vidas salvadas en las ocho avenidas principales que cuentan con el límite de velocidad de 50 km/h”, afirma Juan Pablo Bocarejo, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Los Andes y exsecretario de Movilidad de Bogotá, quien también indicó que esa reducción de velocidad es "una vacuna que no elimina los accidentes de tránsito, pero que sí reduce el riesgo de muerte y de heridas graves".
De igual manera Naciones Unidas ha marcado una hoja de ruta alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para que en el 2030 se reduzca la tasa de accidentalidad vial a un 50 %. En estos lineamientos se debe contemplar el error humano y, además, que los gobiernos desde su perspectiva aborden de forma integral la movilidad, promoviendo vías y vehículos más seguros, gestionando normativas y fiscalizaciones de esas normativas que permitan un comportamiento adecuado en las vías, todo esto acompañado de campañas educativas, mejora en la infraestructura y señalización vial y una continua investigación que genere datos y nuevas instancias en el ámbito de la seguridad vial.
“Todos somos usuarios vulnerables, todos en algún momento del día podemos ser víctimas: como peatón, ciclista, motociclista o pasajero. Todos podemos colaborar para mitigar esta tragedia porque los siniestros de tránsito son evitables y son responsabilidad de todos”, recalcó en su intervención María José Pezzano.
Datos y cifras:
- Cada año, las colisiones de tránsito causan la muerte de aproximadamente 1,3 millones de personas.
- Los accidentes de tránsito cuestan a la mayoría de los países el 3 % de su PIB.
- A pesar de que los países de ingresos bajos y medianos tienen aproximadamente 60% de los vehículos del mundo, se producen en ellos más del 93% de las defunciones relacionadas con accidentes de tránsito.
- Más del 90% de las defunciones debidas a colisiones causadas por el tránsito se registran en los países de ingresos bajos y medianos, y las tasas más elevadas se registran en África. Incluso en los países de ingresos altos, las personas de nivel socioeconómico más bajo corren más riesgo de verse involucradas en estas colisiones.
Reviva la charla ‘Víctimas de los siniestros viales: la tragedia detrás de las cifras’
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