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El racionamiento de agua debería seguir hasta diciembre

A más de 140 días de racionamiento de agua en Bogotá, los embalses de Chingaza siguen bajando. ¿Qué hacer para recuperarlos? El ing. Juan Saldarriaga explica.
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A las 8 de la mañana del jueves 11 de abril de 2024 comenzó la primera etapa del racionamiento de agua en Bogotá y municipios aledaños (Mosquera, La Calera, Chía, Cajicá, Sopó, Gachancipá, Tocancipá, Soacha, Funza, Madrid y Cota). Estos cortes fueron diarios y se alternaron en 10 turnos aplicados a diferentes zonas. La situación para entonces era crítica; según datos de la Alcaldía Mayor, el nivel de los embalses del Sistema Chingaza era de 16,32 %.

Chingaza es crucial para la capital por varias razones, pero principalmente porque proporciona alrededor del 70 % del agua potable que consume Bogotá, según Héctor Alfonso Rodríguez Díaz, rector de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.

Bogotá no enfrentaba un racionamiento de estas dimensiones desde 1984, cuando se cerró el túnel Palacio-Rioblanco clave para el Sistema Chingaza, además de una fuerte sequía, similar a la de 2023-2024. Después de cuatro décadas en que la seguridad hídrica de la capital se mantuvo imperturbable, este año se reabrió la discusión en torno al agua.

Desde el inicio del racionamiento hasta la fecha, han pasado más de 140 días y la ciudadanía del centro del país se pregunta hasta cuándo irá el racionamiento, será que ha servido esta medida, qué otras alternativas se podrían tomar.

En las últimas semanas, cuando todo parecía que iba mejorando, e incluso se decretó una nueva opción menos restrictiva con cortes de agua día de por medio, los niveles de Chingaza van de nuevo para abajo, entre tanto, porque ha dejado de llover. Al lunes 19 de agosto, el nivel de los embalses se encontraba en 51.69 %; al jueves 29, el nivel fue del 49.82 %. (Ver gráfico)

En diálogo con el profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, Juan Guillermo Saldarriaga Valderrama, experto en sistemas hidráulicos urbanos y su calidad de agua, con énfasis en el sistema de distribución de agua potable y los sistemas de drenaje de las urbes, respondió algunas de las preguntas claves sobre el racionamiento del agua en Bogotá.

Chingaza a la baja

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Cifras de consumo del agua en Bogotá y municipios aledaños en metros cúbicos por segundo (m³/s) vs. niveles de los embalses del Sistema Chingaza, del 19 al 29 de agosto de 2024. - Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá.

¿Ha funcionado o no el racionamiento de agua en Bogotá y municipios cercanos para recuperar los niveles de los embalses?

Saldarriaga explica que los resultados no se han visto con rapidez debido a que las medidas implementadas no han sido lo suficientemente estrictas para recuperar los embalses de la región.

No obstante, destaca que, en comparación con los años 90, los bogotanos han aprendido a hacer un uso racional del agua. Según datos de la empresa de Acueducto, agua y alcantarillado de Bogotá, para 1996 el consumo en metros cúbicos (m³) de agua por usuario era de 21.8, un dato exorbitante para lo que se consume hoy (de 16 a 18 m³ por usuario), siendo que la capital ahora tiene muchos más habitantes que hace 28 años.

El profesor subraya que, tras el racionamiento de los 90, se logró una reducción importante en el consumo, pero hoy, con los bogotanos ya acostumbrados a consumir poca agua, una reducción adicional es más difícil de conseguir. Esta es la razón, según Saldarriaga, por la cual no se han observado grandes avances en la recuperación de los embalses.

¿Cómo enfrentar el reciente descenso de los embalses?

Enfrentar el reciente descenso de los embalses presenta un desafío complejo. Según Saldarriaga, la recuperación de los embalses depende de dos factores clave: las lluvias y la reducción del consumo de agua.

El primero, las lluvias, es una variable que está fuera del control del Distrito y la ciudadanía.

Se espera que, a partir de septiembre, y especialmente en octubre y noviembre, las lluvias fuertes ayuden a recuperar los niveles de agua. Sin embargo, Saldarriaga afirma que la única variable que sí podemos controlar es la disminución del consumo. Esto, aunque necesario, resulta difícil, pues para lograr una recuperación efectiva de los embalses se requeriría un racionamiento más severo del que se ha implementado hasta ahora.

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Foto: Baja de los niveles en el sistema de embalses de Chingaza - Foto de: AFP

¿Hasta cuándo debe ir el racionamiento?

El racionamiento de agua, aunque no es popular, incomoda a la ciudadanía que no está acostumbrada y debería mantenerse más allá de la temporada de lluvias.

Según el profesor de Los Andes, lo ideal es extenderlo hasta el 15 de diciembre, cuando los embalses podrían estar cerca del 100 % de su capacidad.

Esto fortalecería la resiliencia del sistema y garantizaría un suministro más estable a futuro. A pesar de su impopularidad, levantar el racionamiento antes de tiempo podría comprometer la recuperación de los embalses y la seguridad hídrica de la región.

¿Qué hacer a largo plazo?, ¿se deben construir más embalses?

Finalmente, Juan Guillermo Saldarriaga destaca la urgencia de fortalecer la resiliencia y confiabilidad del sistema de agua potable en Bogotá y la sabana, dado que el actual, aunque eficiente en consumo, es vulnerable durante periodos secos, como el de 2023-2024.

“El sistema de [agua de] Bogotá ha llegado a un estado en el que es poco resiliente”.

Para mejorar esta situación, sugiere dos proyectos como la ampliación de Chingaza II, que aumentaría la capacidad de almacenamiento, y la construcción de un embalse en el páramo de Sumapaz, que aprovecharía el flujo natural hacia el río Magdalena, sin necesidad de trasvasar cuencas.

Según el profesor, estos proyectos no buscan aumentar el consumo de agua, sino hacer que el sistema responda mejor a desafíos como el cambio climático y futuras sequías.