Michael Hopkins, el astronauta que aterrizó en Los Andes
En el marco de la Semana Mundial del Espacio, el astronauta habló de sus caminatas espaciales y los desafíos de conquistar el universo."La orina recolectada se recicla en un 80 % y es convertida en agua potable. Hacer del 'número 2' es aún más desafiante, debes usar guantes y en un tarro con una bolsa, en un lugar adaptado en donde puedes sujetar los pies”, relata de manera anecdótica el coronel Michael Hopkins, astronauta de la Nasa, sobre algunas de las dificultades que experimentó en sus cinco caminatas espaciales y 168 días en órbita.
Describe los desafíos de la gravedad en el espacio de manera jocosa, pero también reflexiva como lo hacía uno de sus compañeros de tripulación: "Lo imposible se hace posible, pero por otro lado las tareas que son simples en la Tierra son un desafío —recuerda entre risas—. Puedes mover tú solo un refrigerador de 400 kg, pero ir a orinar es mucho más complejo. Debes hacerlo en un cilindro que succiona el líquido”.
El ingeniero espacial, que aterrizó de su más reciente misión (Expedition 64) en mayo de 2021, estuvo de visita en Los Andes durante la Semana Mundial del Espacio, organizada por la Facultad de Ingeniería y la Fuerza Aerea Colombiana.
En la ‘Conferencia con Michael Scott Hopkins’ narra sus experiencias como astronauta de la Nasa desde que fue seleccionado en 2009, luego de 13 años de intentos y esfuerzos para alcanzar ese sueño: “Tienes que encontrar algo que realmente te apasione y trabajar duro en ello, además ser aprendiz de por vida y ser un gran compañero de trabajo”, aconseja el piloto aeroespacial.
Muestra con orgullo las fotos de cada misión y, a sus 53 años, rememora ese primer viaje al espacio. Era 25 de septiembre de 2013, Expedition 37/38. Durante su paso por la estación hizo, con su colega Rick Mastracchio, su primera caminata espacial. Tardaron 12 horas y 58 minutos: la misión, reemplazar un módulo de bombeo. Regresaron a la Tierra luego de recorrer más de 70 millones de millas.
Cuando los astronautas viajan al espacio, cuenta él, cargan un indicador de gravedad cero, un objeto ligero que después de nueve minutos de que el cohete es disparado, flota indicando que ya no hay gravedad, “Baby yoda fue nuestro indicador en la nave espacial Crew-1 del SpaceX” y aparece en la pantalla un peluche del personaje de la reconocida zaga de ciencia ficción 'Star Wars' suspendido, volando, en el interior de la aeronave.
Hopkins, que apoya las operaciones de la Estación Espacial Internacional desde Johnson Space Center (Estados Unidos), relata que en una de sus expediciones, como parte de un experimento personal, llevó semillas de girasol para cultivarlas en la estación. “Uno de ellos creció alrededor de un metro de largo y floreció tres días antes de volver a casa. Lo corté y pude llevarle a mi esposa una flor cultivada en el espacio”.
Durante los entrenamientos, antes de cada misión, todo está debidamente marcado. Se repiten las actividades una y otra vez con los pies en la tierra, dice. Añade que un día intentaba cambiar el lente de un microscopio como lo hacía durante los ensayos, pero no lo lograba. Hasta que uno de los controladores de vuelo le dijo “suéltate y flota” y fue así que se acomodó y desde otra perspectiva para hacerlo más fácil. “Toma tiempo adaptarse a este tipo de ambientes, donde no hay un arriba ni un abajo”.
Mike Hopkins en la Expedición 38 durante el segundo paseo espacial. Foto: Nasa
Durante la Expedición 38, completó 168 días en órbita. Foto: Nasa
La salud mental es esencial durante un vuelo espacial. En las misiones les asignan un psicólogo y un psiquiatra con los que tienen sesiones antes y durante el viaje. “Hacemos videoconferencias desde la estación, tenemos una conversación con los especialistas para saber cómo estamos, cómo nos sentimos e identificar nuestro nivel de estrés y cansancio. Algo muy importante para el éxito de las misiones”.
En los viajes aprovecha el tiempo libre para llamar a su familia, ver videos de sus hijos jugando hockey o tomando fotos a la Tierra; lo que ayuda al bienestar de la salud mental cuando se está a miles de kilómetros de casa, en un lugar desconocido y por varios días. “Una de las peores cosas en el espacio o en cualquier otro lugar es tener demasiado tiempo libre”.
El coronel de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos no para de mostrar al público su colección de fotos. Están sus compañeros de vuelo, su girasol, el baby yoda y varias panorámicas de la Tierra.
El público, curioso, lo bombardea con preguntas: ¿Qué probabilidades existen de trabajar o de realizar viajes turísticos al espacio?. "En el vehículo del SpaceX cuatro ciudadanos fueron llevados al espacio. Cada vez hay más oportunidades para que otros países tengan sus propias misiones o de viajar al espacio en viajes comerciales", responde.
“En cuanto a la exploración del espacio, quiero decirles que tenemos personas de todo el mundo y de distintas profesiones trabajando en la Nasa. Colombia firmó el tratado de Artemisa un programa de cooperación que busca volver a la Luna y explorar Marte”, afirma en el cierre de la conferencia.
El evento se realizó en el marco de la Semana Mundial del Espacio 2022 en una alianza entre la Universidad de los Andes y la Fuerza Aérea Colombiana.
Michael Hopkins durante la Semana Mundial del Espacio 2022.
Michael Hopkins en la Universidad de Los Andes. Fotos: Judy Milena Pulido.
En video: reviva la conferencia con Michael Scott Hopkins en Los Andes