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El colombiano creador de impresoras 3D del futuro

Juan Camilo Blanco, egresado uniandino, desarrolló una impresora 3D que utiliza un material granular. El método permite ahorrar tiempo y recursos.
Fused Form
Facultad de Ingeniería
Departamento de Ingeniería Me…
plásticos

 

Las empresas reflejan el ADN de sus creadores. Juan Camilo Blanco, fundador de Fused Form, se describe como una persona curiosa y comprometida. Y así es su emprendimiento.

 

Se graduó de la Universidad de los Andes con títulos de pregrado, maestría y doctorado en Ingeniería Mecánica. De niño era inquieto, explorador. Tal vez a su corta edad no sospechaba que terminaría convirtiendose en ingeniero mecánico, pero su ingenio y habilidades lo guiaron por el camino de la innovación y creó una impresora con funcionalidades que permiten el uso de materiales poco explorados. 

 

Mientras cursaba la maestría, identificó una necesidad que daría rumbo a su carrera profesional. Trabajando en la creación de simuladores para la Armada Nacional, el proyecto requería engranajes que, por la época, ninguna empresa local estaba en capacidad de producir. “Un profesor me dijo que en la Universidad había una impresora 3D. Era costosa, pero podía solucionar nuestro problema de un día para otro", recuerda. 

 

La situación empezó a darle vueltas en la cabeza a Juan Camilo, y mientras tomaba cursos de doctorado enfrentó una escena similar: 

 

“Tuve que hacer muchas impresiones en 3D, pero eran muy costosas ¡Ahí empezó la idea! El país necesitaba soluciones mucho más económicas y versátiles para poder hacer prototipado. Por eso, al quinto año de doctorado decidí empezar la empresa”. 

 

En 2013, Juan Camilo fundó Fused Form, una empresa cuyo objetivo ha sido abordar los desafíos de prototipado en la industria del plástico. Inicialmente, su enfoque era simplificar este proceso y comercializar impresoras 3D a las organizaciones interesadas. 

 

Juan Camilo y su esposa Lissy Rodríguez dieron inicio a esta aventura desde el estudio de su apartamento, en donde exploraron en detalle el mundo de la tecnología. "Hace 10 años el boom de las impresoras 3D no era tan prominente como lo es hoy —recuerda Blanco—. En ese momento, Amazon tenía solo dos opciones: una Makerbot y una Mendel, esta última siendo muy básica, llegaba desmontada y sin manual". 

 

Juan Camilo y Lissy adquirieron la impresora Mendel en kit con el propósito de seguir conociendo más secretos de la tecnología. Les tomó varias semanas ensamblarla.

 

Las primeras máquinas fueron de tamaño pequeño, para colegios. Estas usaban un filamento tradicional cuya duración en el proceso de impresión podía llegar a tardar una semana. El filamento es la materia prima para la impresión 3D, la sustancia se conecta al ordenador y con él la impresora da forma a los objetos. 

 

Cuando la necesidad construye la innovación

 

En su incursión en el mercado de la innovación, Juan Camilo y su esposa se enfrentaron a un nuevo desafío: reducir el tiempo de impresión y encontrar un material más asequible. La pareja se preguntó qué pasaría si trabajaran con pellets (un material también conocido como impresión 3D granular). A diferencia de los filamentos, este proceso utiliza termoplásticos en forma de gránulos, que se funden y depositan directamente en la plataforma de impresión. Este método no solo ahorra tiempo y recursos, sino que también permite fabricar piezas más largas y económicas. 

 

Su primera impresora de pellets fue creada para Tim Osswald, un reconocido profesor, de raíces colombianas, de la Universidad de Wisconsin, interesado en experimentar con impresiones de caucho. 

 

Fused Form comenzó a ganar reconocimiento mundial con sus impresoras de pellets, convirtiéndose en pioneros en el uso de este material. 

 

Con una sonrisa, Juan Camilo muestra una de las máquinas que exhibió en la Conferencia Internacional de la Sociedad de Procesamiento de Polímeros (PPS39), en Cartagena. Se trataba de la impresora 3D P600. 

 

"Esta es una de las pocas en el mundo. Fuimos de los primeros en desarrollar una tecnología que no utiliza filamento, sino que trabaja directamente con granulado", explica. Además, utilizan un material que incluye reciclaje de Tetra Pack, algo raro e innovador a nivel mundial. "Solo una empresa en Holanda lo hace, y nosotros también lo hemos logrado imprimir". 

 

Ganar confianza en un mercado dinámico

 

Ser pioneros en Colombia representa un gran logro. "Las primeras 100 unidades fueron todo un reto", señala Juan Camilo. Las empresas tecnológicas ingresan a un mercado de innovación acelerada, donde la competencia es intensa y no todos logran permanecer. Para él, la clave radica en ganarse la confianza de sus clientes, explorar nuevas oportunidades, ofrecer servicios diferenciados y construir una reputación sólida por medio de la excelencia. 

 

Hasta el momento la empresa ha vendido más de 500 máquinas y son la primera marca colombiana en exportar a 8 países este tipo de tecnología. “Con el tiempo y la experiencia ganamos nombre, y ahora nuestros clientes nos eligen simplemente por conocernos”. 

 

Vender ese número de máquinas parecía un sueño lejano, pero contra lo que significa producir tecnología y venderla también en Colombia y el mundo, Juan Camilo y Lissy cumplieron el desafío de emprender e innovar. 

 

Un mensaje para los emprendedores Uniandinos

 

“Lo primero es tener un objetivo claro en la vida, saber qué se quiere hacer, y descubrir en qué se tiene habilidad. Lo segundo es alinearse a las necesidades del país. A veces esas necesidades vienen con las demandas de la empresa, por eso la importancia de ser sensibles. Lo último, y más importante, no desfallecer”, concluye.