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Noticias
03/05/2019

‘Los Muiscas’: un viaje a los orígenes

Los detalles de la vida de este pueblo indígena hacen parte de la última publicación de Carl Langebaek, vicerrector académico de la Universidad de los Andes.
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Los Muiscas

Aunque las condiciones de trabajo de los muiscas para sobrevivir fueron difíciles, según muestran sus restos óseos, este grupo indígena del altiplano cundiboyacense nunca tuvo problemas de desnutrición. Así lo asegura Carl Henrik Langebaek Rueda, antropólogo y vicerrector académico de la Universidad de los Andes, en su último libro: ‘Los Muiscas: La historia milenaria de un pueblo chibcha’.

Una publicación que propone un viaje de redescubrimiento de esta sociedad fundamental en la construcción de la nación colombiana. Una recolección de los últimos estudios de investigadores de la Universidad de los Andes, la Universidad Nacional y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja.

En este, el autor intenta desmontar mitos alrededor de una cultura de la que poco se conoce. Se dice que la población indígena tenía problemas de alimentación, un alto nivel de enfermedades y que tenían una organización en la que unos caciques ejercían el poder absoluto.

Sin embargo, en ‘Los Muiscas’ se evidencia una diversidad de productos además del maíz que confirmarían que no sufrieron problemas de nutrición. Se nombra por ejemplo a la papa, los fríjoles, tubérculos, ahuyama, calabaza y una variedad de plantas. Sobre la comida de origen animal se halló el consumo de peces, curí, venado y aves.

En la sociedad muisca había un proyecto colectivo y los líderes trabajaban en torno a intereses comunales. Langebaek explicó que había diferencias sociales, pero no el abuso por parte de unos pocos.


Además, se resalta una estricta división de género en el trabajo y algunos entierros dejan entrever un prestigio notable de algunas mujeres y un sistema de filiación a través de la madre.

En Cundinamarca y Boyacá alcanzaron a habitar entre 4 y 8 millones de personas del pueblo muisca. Los primeros llegaron desde antes de la aparición de la agricultura y la cerámica, provenientes de sociedades centroamericanas que se desplazaron hacia Suramérica y se mezclaron con habitantes de esa región.

Los muiscas no han desaparecido. Los recientes estudios indican que se transformaron en campesinos y se mezclaron con población de origen europeo. De hecho, durante la conquista este grupo transformó completamente su mundo, cuando las élites indígenas se incorporaron al mundo colonial.

De la mano de la arqueología, el autor describe el origen genético, la cultura y costumbres para acercar estos conocimientos y entender los orígenes de esta parte de la sociedad colombiana. El libro deja ver también las herencias de ese grupo en la organización de hoy: pautas de alimentación, costumbres y formas de ver el mundo.

“Es necesario que comprendamos nuestros orígenes indígenas, españoles y afro y contar con información sobre cómo se organizaban, porque de ahí también podemos entender lo que somos”, puntualizó Langebaek.