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El sueño de un nuevo país

La Universidad de los Andes nació hace 70 años con un ideal que hoy sigue vigente: la educación como vehículo de desarrollo.
Universidad de los Andes
aniversario
Ramón de Zubiría
Daniel Arango

La Universidad de los Andes nació hace 70 años con un ideal que hoy sigue vigente: la educación como vehículo de desarrollo.

Todas las estrategias del desarrollo, sean cuales sean sus modalidades en cada país, coinciden en un punto: la aceleración o lentitud del desarrollo está en proporción directa con el impulso que se le dé a la educación. Así lo aseguraba Ramón de Zubiría, rector de la Universidad de los Andes entre 1962 y 1967, quien, al igual que sus pares, mantuvo vivos durante su rectoría los ideales de los fundadores.

Los entusiastas jóvenes encabezados por Mario Laserna lo sabían: era a través de la educación que podrían construir, más que una universidad, un nuevo país. Por ello le apostaron a la creación de una institución que no sirviera a los intereses de un grupo social, de una teoría económica, de una religión o de un partido político, en medio de una Colombia convulsionada y polarizada por la violencia partidista de mediados del siglo XX.

El mundo se recuperaba de la conflagración bélica más devastadora de la historia y Colombia, que no podía escapar de las repercusiones de la Segunda Guerra Mundial, vivía las consecuencias ideológicas de ella. El profesor emérito Daniel Arango interpretó ese momento como de “una nueva confianza en la sociedad y en las potencialidades humanas, y la convicción de que el desarrollo de la democracia, de la economía y de la educación, conducirían al advenimiento de un mundo mejor”.

Era un país de once millones y medio de personas. Entre ellas había tres millones de analfabetas, quinientos mil con educación primaria, 53 mil bachilleres y 46 mil estudiantes universitarios. Era un país rural donde 55 % de la población dependiente se dedicaba a la agricultura, la pesca, la silvicultura y la caza.

Ese anhelado desarrollo que soñaban los fundadores de la Universidad de los Andes fue y sigue siendo un concepto amplio y con múltiples definiciones pero que continuamente queda condensado en un elemento principal: la formación de las personas. “No pertenecemos a la escuela de aquellos que miden el desarrollo en términos puramente económicos y que han llegado a formular una ecuación entre desarrollo económico y dignidad humana, y erigido como ejemplo, el caso de naciones desarrolladas en donde el valor del hombre se determina por sus capacidades de producir o consumir”, aseguró De Zubiría en 1965. Citaba también a Harbison: “El problema básico de la mayoría de los países subdesarrollados no es la pobreza de recursos naturales, sino el subdesarrollo de sus recursos humanos. Así, su primera tarea debe ser el robustecimiento del capital humano”.

A esa tarea se consagró la Universidad de los Andes desde su inicio en 1948: a la formación técnica e integral a través de las áreas humanísticas que les diera a los jóvenes una visión global de la sociedad, pues Mario Laserna tenía clara la necesidad de vincular la Universidad a la realidad nacional y buscar soluciones apropiadas a sus problemas. “Para estimular por todos los medios posibles el interés de las personas por las actividades y decisiones que vienen a afectar la vida colectiva, la Universidad de los Andes aspira a fomentar y orientar en quien así los desee, el estudio y la discusión de los grandes problemas de la nacionalidad”.

Como lo diría José María Cháves, durante el discurso de inauguración de la Universidad de los Andes: “A la Universidad le corresponde el hacer conscientes a los jóvenes de los problemas y el enseñarles que la solución de las cuestiones sociales depende en gran manera de la buena voluntad que tengan los hombres en resolverlos”.

Ese ha sido el propósito que la Universidad de los Andes ha sostenido durante los 70 años de su historia, un propósito que se ha reflejado en la vida nacional no solo en las iniciativas individuales de sus egresados, sino en la permanencia de su espíritu en la construcción de un país al que todavía le hacen falta pasos para cerrar la brecha respecto a otras sociedades como lo soñaron sus fundadores.

  • 16 de noviembre de 1948: La Asamblea General de Fundadores aprueba los Estatutos. Alrededor de 50 colombianos redactan la Declaración de Principios.
  • Febrero de 1949: mediante Resolución 167 el Ministerio de Educación aprueba los Estatutos.
  • 23 de febrero de 1949: mediante Resolución N. 28, el Ministerio de Justicia reconoció la personería Jurídica.
  • 29 de marzo de 1949: inicio de clases.
  • 24 de abril de 1949: Ceremonia de inauguración de la Universidad de los Andes.

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