Bicentenario, una oportunidad para repensarnos
Ser un país independiente en un mundo contemporáneo plantea nuevos desafíos no solo para el Estado y sus gobiernos, sino para una ciudadanía comprometida.Conmemorar un Bicentenario de independencia este 7 de agosto no es solo fundamental para reconocer los procesos ligados a la construcción de una Nación, sino una oportunidad para repensar los desafíos de un Estado independiente en el mundo contemporáneo, aseguró Luz Adriana Maya Restrepo, profesora del Departamento de Historia, de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de los Andes.
La investigadora explicó que desde finales del Siglo XX Colombia está confrontada con procesos fuertes de globalización y transnacionalización económica que la alejan de esos sueños de consolidaciones democráticas, que vienen inspirados desde el Siglo XIX y, en especial, desde el Siglo XVIII por la Revolución Francesa.
“Ahora hay unos desafíos mayores con respecto a las preservaciones ambientales y frente al cambio climático. Además de los aspectos ligados a mantener una economía estable, en medio de un mundo inestable y que está completamente interconectado”, agregó Maya Restrepo.
Otro de los desafíos tiene que ver con procesos internos que permitan a quienes habitan el país acceder a la educación, como una vía para construir bienestar y mejorar la calidad de vida.
De hecho, la profesora Maya Restrepo es enfática al afirmar que hablar de una independencia hoy implica no solo un reto para el Estado y sus gobiernos, sino para todas las personas. Se trata además de la formación de una ciudadanía que podrá seguir hablando de este concepto si cuenta con un alto grado de compromiso hacia el país.
¿Qué se conmemora este Bicentenario?
Este año, Colombia conmemora la consolidación de la independencia territorial del país. Es decir, la expulsión de los reinos españoles de las Américas y el inicio de la construcción de la República en 1819.
Sin embargo, esas ideas políticas de emancipación y de autonomía política y económica no iban a la par de los ideales generales de las luchas independentistas, aclaró la investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de Los Andes.
Y es que esa igualdad de la que se hablaba en la época no era una igualdad universal: Poblaciones indígenas y afrodescendientes seguían siendo clasificadas como menores de edad y la abolición de la esclavitud solo se dio hasta 1851.
Algo similar ocurrió con las mujeres. Aunque se promulgaba que todas las personas nacían iguales frente a la ley y ellas eran reconocidas como ciudadanas, solo pudieron ir a las urnas hasta el plebiscito de 1957 en el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla.
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