Ana María Rey es una de esas colombianas destacadas en el mundo que ha alcanzado logros inimaginables en lugares impensados.

Graduada de Física en 1999 de la Universidad de los Andes, cursó sus estudios de posgrado en la Universidad de Maryland, College Park, donde se graduó como Ph. D. en 2004. De ahí en adelante vinieron más y más reconocimientos: becaria postdoctoral de 2005 a 2008 en el Instituto de Física Teórica, Molecular y Óptica del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica; trabajó en el Departamento de Física de Boulder de la Universidad de Colorado; miembro del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST); Premio de Tesis DAMOP (2005), la Beca MacArthur (2013), el Premio Presidencial de Carrera Temprana para Científicos e Ingenieros (2013), el Premio Maria Goeppert Mayer (2014), el Premio Blavatnik, entre otros tantos. Además de los Premios Nacionales para Jóvenes Científicos (2019), Rey también es miembro de la Sociedad Estadounidense de Física.

Un currículo a la altura de una eminencia en física cuántica teórica.

Su objetivo a lo largo de su carrera ha sido desarrollar nuevas técnicas para controlar sistemas cuánticos y sus aplicaciones, que van desde simulaciones/información cuántica hasta estándares de tiempo y frecuencia. Su investigación suele ser directamente aplicable a experimentos de última generación, en particular a sensores cuánticos como relojes atómicos y simuladores cuánticos.


Foto: Daniel Álvarez - Ana María Rey en los grados de Uniandes 2023 - 2

Como la oradora principal de la ceremonia de grados de pregrado 2023-2, Rey compartió a los graduandos algunos de sus mejores consejos para alcanzar logros inimaginables:

1. "Si sienten pasión por explorar algo, explórenlo, sigan su instinto, no dejen que nada los detenga", inició diciendo.
2. "Siempre es posible cambiar de dirección. Nunca se estanquen en algo que no les gusta", agregó.
3. "Ni un paso atrás, siempre adelante", invitó a mirar al frente.
4. Y para las graduandas finalizó diciendo: "ser mamá y tener una familia son compatibles con alcanzar las metas propuestas".

Finalmente, compartió un poema que la ha inspirado a lo largo de su vida de la Madre Teresa de Calcuta:

"La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es una bendición, disfrútala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es algo preciado, cuídala.
La vida es algo valioso, consérvala.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es una promesa, cúmplela.
La vida es dolor, supéralo.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una aventura, desafíala.
La vida es una tragedia, enfréntate.
La vida es suerte, merécela.
La vida es vida, defiéndela".

Discurso en video de Ana María Rey, oradora principal y física colombiana

 

Discurso de Ana María Rey, oradora principal, durante la ceremonia de grados del 17 de octubre de 2023

Quiero empezar este discurso diciendo que es un gran honor para mí servir como oradora en la ceremonia de grados de este año, y agradezco mucho la oportunidad de dirigirme hoy brevemente a todos ustedes.

Recuerdo muy vivamente que hace más de 20 años yo estuve en la misma situación en la que ustedes están hoy, día de su grado. Yo soy egresada de Física de la Universidad de los Andes del año 1999 y créanme que llevo ese título con mucho honor. Recuerdo muy claramente la sensación de satisfacción, de logro y de merecida recompensa después de un arduo trabajo. Es de verdad un gran paso. Sin embargo, también recuerdo que en medio de la felicidad sentía una gran expectativa e incertidumbre sobre el siguiente paso a seguir. ¿Y ahora qué?

Tal vez algunos de ustedes ya tienen planes muy concretos, pero definitivamente no era mi caso. Yo como graduada de física estaba interesada en seguir con mi educación académica pero el camino por delante se veía difícil y no muy claro.

Hoy quiero aprovechar esta oportunidad de dirigirme a ustedes, después de 20 años de experiencias vividas, para decirles muy enfáticamente que están en una situación muy privilegiada. Que tienen en este momento todo el potencial de alcanzar metas muy altas, logros inimaginables, que todo está en realidad al alcance de sus manos y que lo único que necesitan es querer y trabajar para ello.

En este contexto una de mis frases favoritas que resume bien lo que quiero decirles es la siguiente frase de escritor Bertolt Brecht…

“Hay hombres que luchan un año y son buenos…
Hay hombres que luchan dos y son mejores…
Hay hombres que luchan muchos años y son mucho mejores…
Pero hay otros que luchan toda la vida y esos son los mejores”.

En este discurso quiero invitar a todos ustedes a ser imprescindibles.

Voy a contarles en estos minutos un poco sobre mí, sobre mi carrera, con el único objetivo de llenarlos de energía positiva y de hacerlos ver que, si quieren y están dispuestos a luchar, tienen un futuro brillante por delante.

Inicié mis estudios a la edad de cuatro años en el colegio de la profesora Helena Cano Nieto “Gimnasio de Nuestra Señora”. Una de las enseñanzas más importantes que recibí es que los retos más difíciles son los que dan más satisfacción cuando se alcanzan. Quizás eso motivó aún más mi interés por la física pues el mito de que es una disciplina difícil me impulsó más a querer aprenderla.

Mi primer curso de física lo tome cuando cursaba quinto de bachillerato. Después de tomar ese primer curso no tuve ninguna duda de que quería ser física.


El primer empujón para lograr mis metas me lo dío la misma Universidad de los Andes a través de la “Beca 40 Años”, beca que cubrió los cinco años en los que cursé el pregrado en física. Esa beca fue fundamental para mí pues mis papás no consideraban que como física podría tener futuro alguno (aunque a ellos no les gusta mucho admitirlo). Aquí entonces va mi primer consejo: Si sienten pasión por explorar algo, explórenlo, sigan su instinto, no dejen que nada los detenga.

Yo recuerdo con mucha satisfacción los años en los que estudié en la Universidad de los Andes. No solo desde el punto de vista profesional, pues los cursos y la excelente formación de los Andes me permitieron sobresalir después con facilidad en el programa de doctorado, sino desde el punto de vista personal, pues durante esos años hice grandes amigos y, por ejemplo, conocí al papá de mi hijo, quien cursó sus años de pregrado conmigo.

Algo que quiero enfatizar es que muy probablemente en este momento no son conscientes de lo mucho que han aprendido en su carrera. Yo solo capté la excelente formación que me habían dado cuando empecé mi doctorado en USA y comparé mi nivel con otros estudiantes extranjeros. Recuerdo como fueron de útiles las notas que tomé en las clases del profesor Bernardo Gómez.

Su tablero bellísimo con tizas de colores y lleno de dibujos divinamente hechos. Todo se veía tan claro y sencillo en ese tablero, pero la verdad es que el contenido cubría el material con una profundidad mejor que la que uno puede encontrar en cualquier texto de física. Eso es lo que caracteriza a un excelente profesor. Las clases de mecánica estadística y termodinámica con la profesora Aldona Gabriunas (que en paz descanse) marcaron completamente mi vida y mi carrera. Fue con ella con la única persona que me raje en un examen. Le doy infinitas gracias por enseñarme lo valioso e importante que es la intuición en la física. Aldona era tan admirable que botaba en la basura sus notas de clase para forzarse a prepararlas de nuevo la siguiente vez que dictara el curso. En estos momentos que enseño física en la Universidad de Colorado he tratado de seguir su ejemplo, aunque admito no es fácil.

Hice mi tesis de pregrado con el profesor Rafael Bautista en el área de relatividad general sobre la propagación de la luz en presencia de un agujero negro rotante. Rafael también me enseño mucho a apreciar que los conocimientos que uno adquiere como físico trascienden más allá de la física. El en ese momento él estaba trabajando en el Departamento de Administración de Empresas y aplicando sus conocimientos a finanzas.

Hice mi doctorado en la Universidad de Maryland, en CollegePark.

El primer año comencé a trabajar en física de plasmas, pues tenía ciertos aspectos similares a los que había trabajado en mi tesis. Al menos a nivel de las ecuaciones, pero muy pronto me di cuenta de que eso no era lo que quería hacer. Segundo mensaje: siempre es posible cambiar de dirección. Nunca se estanquen en algo que no les gusta.

Ese mismo año asistí a una charla del Profesor William Phillips, quien recibió el premio Nobel en 1997 por sus contribuciones al campo de la refrigeración mediante láser, una técnica para controlar y estudiar átomos en estado gaseoso, desarrollada en el NIST (National Institute of Standards and Technology)

¡¡Que charla!! En ese momento supe que átomos fríos era lo que quería investigar. Así que por ahí me fui. Logre vincularme al grupo de investigación del profesor Charles Clark. Él fue quien me propuso iniciar mi investigación en redes ópticas, o que son campos de fuerza periódicos creados por láseres. Este tema me cautivó completamente pues no solo me parecía muy interesante pero además era un tema que comenzaba a ser de punta en el campo, por su aplicación para implementar relojes atómicos y computadores cuánticos.

Mi tesis de doctorado se tituló “Átomos bosónicos ultra fríos atrapados en redes ópticas”. Enfriamos los átomos en el laboratorio a una temperatura de tan solo una mil millonésima de grados Kelvin (muy, muy fríos) y los atrapamos en redes ópticas, que son campos de fuerza periódicos creados por láseres: los átomos en la red son como huevos en su caja.

Desarrollar mi tesis de postgrado implicó un gran esfuerzo, aunque siempre lo hice con gran satisfacción. Tal vez los momentos más difíciles que tuve fue cuando me enfrenté a modelar un experimento hecho en el NIST en el que todas las teorías estándares que utilizan los físicos atómicos fallaban para describirlo.

No quiero entrar en detalles, pero si quiero comentar esto:

Leonor Medina, mi profesora de colegio, siempre nos decía “Chinitas, pues o se avispan o se casan con antioqueño”. Pues eso fue lo que hice, avisparme.

Si no había técnicas desarrolladas en mi campo decidí contactar a un profesor en la Universidad de Maryland que era especialista en cosmología. En cosmología, situaciones como las que yo estaba tratando de estudiar ocurren con frecuencia y por esa razón los físicos en esa área han desarrollado teorías mucho más poderosas que las comúnmente utilizadas en física atómica. Efectivamente aplicando esas técnicas logré resolver mi problema.

Mi tesis fue seleccionada entre las mejores tesis en física atómica por la asociación de Física Americana. Entre las tesis seleccionadas la mía era la única teórica. El quedar entre las finalistas era para mí un gran triunfo. Pero ganar era en principio imposible para mí. Tenía que dar una charla delante de una audiencia de 500 personas y competir con otros que hablaban inglés perfecto y además eran experimentalistas. En la historia del premio ningún teórico había ganado y mucho menos una mujer latina.

¿Pues qué?, practique y practique y gané. Cuando anunciaron mi tesis como ganadora no lo podía creer. Fue uno de los momentos que recordaré con más satisfacción en mi vida. Otro punto que quiero compartir con ustedes: Ni un paso atrás, siempre adelante. Algo que recuerdo es que mi advisor estaba súper emocionado y esa noche la celebración fue ir con el y el resto del grupo a ver en el cine uno de los nuevos episodios de la guerra de las galaxias su película favorita.

Después de terminar mi doctorado, me ofrecieron una beca para realizar un post-doctorado en el ITAMP (Instituto de Física Teórica Atómica y Molecular). Este es un instituto compartido por el Departamento de Física de la Universidad de Harvard y el centro de investigación de astrofísica Harvard-Smithsonian. El postdoctorado en Harvard no fue fácil. El ambiente era bastante competitivo y tuve experiencias un poco desagradables pero muy formadoras. Pero lo logré. Nosotros los latinos podemos. Por ejemplo, había un profesor ruso que al principio no me dirigía la palabra y no me permitía ni entrar a su oficina, pero, al final, el ruso y yo terminamos siendo buenos colaboradores.

Actualmente tengo una posición conjunta de investigador y profesora en el JILA, un Instituto compartido entre el NIST y la Universidad de Colorado ambos con sede en Boulder-Colorado.Tengo un grupo de investigación de aproximadamente 15 estudiantes graduados y postdocs.

Soy también actualmente la directora del uno de los cuatro nuevos centros de investigación llamados “Physics Frontier Centers”, fundados por la National Science Foundation. Estos centros tienen como objetivo avanzar la investigación en el control de las propiedades cuánticas de átomos y moléculas con el propósito de escalar estos sistemas y utilizarlos en aplicaciones que desarrollen nuevas tecnologías incluyendo el almacenamiento y procesamiento de información cuántica y desarrollo de nuevos materiales con propiedades avanzadas. Estos centros también tienen como objetivo entrenar y preparar estudiantes de pregrado y postgrado para desarrollar el capital humano científico y preparar las nuevas generaciones de lideres en física en los Estados Unidos.

Aunque no exactamente lo mismo comparten la filosofía de la Misión de Sabios, en la que participé hace unos años, que trataba de mejorar y desarrollar el futuro de la ciencia básica e investigación en Colombia.

Me siento inmensamente privilegiada pues estoy rodeada de colegas que más que colegas son amigos. He aprendido a través de mi carrera y de muchos años de trabajo que la ciencia avanza gracias a la colaboración. Los seres humanos somos muy capaces, pero nada iguala el esfuerzo colaborativo de muchas mentes unidas. Eso es lo que caracteriza el trabajo en el JILA/NIST. Somos un Instituto de frontera en el área de física atómica y molecular, con científicos inminentes incluyendo cuatro premios nobel. Lo que llamamos nuestro ingrediente secreto en el JILA es la colaboración muy cercana entre los investigadores experimentalistas y teóricos. Como yo les dije soy una física teórica, pero trabajo hombro a hombro con los experimentalistas.

Mi colaborador más cercano es el profesor Jun Ye quien ha construido el reloj atómico más preciso del mundo. Un reloj tan preciso que no se desfasa ni un segundo durante 15 billones de anos, cerca de la edad del universo. Nuestra colaboración ha logrado remover el efecto de las colisiones de los átomos en el reloj y gracias a ello el reloj ha logrado alcanzar la precisión necesaria para medir la diferencia de tiempo causada por la curvatura del espacio que predijo Einstein a una distancia de tan solo un milímetro. Esperamos que estos relojes nos logren abrir una ventana para explorar el mundo cuántico que todavía no entendemos bien pero que puede llevar a revoluciones tecnológicas inimaginables. Mi trabajo ha sido reconocido internacionalmente, he recibido varios premios incluyendo el MacArthur Fellowship, el premio presidencial para científicos e ingenieros, El Blatvanik fellowship y este año me nombraron miembro de la academia de ciencias de los Estados Unidos.

Muchas personas al saber acerca de los reconocimientos que he recibido me dicen: Usted es un genio, usted es un ser muy inteligente. Yo sinceramente no comparto esas apreciaciones. Mi respuesta es definitivamente no. Yo no soy más inteligente ni más capaz que ustedes. Soy emprendedora y he luchado con mucha dedicación, disciplina, constancia y esfuerzo por alcanzar lo que quiero.

Otro consejo para las graduandas: Ser mamá y tener una familia son compatibles con alcanzar las metas propuestas. Tengo una familia, tengo un hijo de casi ya 15 años, que es la inspiración y la luz de mi vida, y además tengo uno de los grupos de investigación más grandes en mi institución. ¡Se puede!

Finalmente quiero terminar estas palabras con un poema que me ha servido de inspiración toda mi vida y creo que es el momento perfecto para leerlo.

La Vida - Poema de la Madre Teresa de Calcuta
La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es una bendición, disfrútala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es algo preciado, cuídala.
La vida es algo valioso, consérvala.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es una promesa, cúmplela.
La vida es dolor, supéralo.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una aventura, desafíala.
La vida es una tragedia, enfréntate.
La vida es suerte, merécela.
La vida es vida, defiéndela.

Si aplicamos estos consejos en nuestro trabajo, en nuestra familia, y en nuestra vida diaria, estoy segura que podremos hacer de nuestra Colombia un país mejor. Están ahora en el momento perfecto de encaminar sus vidas para ello.

Muchas gracias