Problemáticas de una Bogota-Región desconectada
Retrasos en infraestructura, falta de continuidad en proyectos, problemas de financiación e intereses políticos impiden el desarrollo integral de la región.Bogotá crece de manera vertiginosa y las regiones vecinas se han convertido en ‘ciudades dormitorio’, que alimentan el caótico flujo de trabajadores que se trasladan diariamente hacia la capital, sin una infraestructura de transporte masivo adecuada.
La desconexión entre Bogotá y los municipios de Cundinamarca no solo afecta la movilidad de millones de personas, también impacta profundamente la economía, el medio ambiente y la calidad de vida en toda la región.
La falta de continuidad en las obras de infraestructura con cada cambio de gobierno, los extensos tiempos de aprobación de proyectos, los trámites de licencias y las disputas partidistas han impedido avances significativos que impulsen la región. Y es que las iniciativas tanto privadas como públicas enfrentan procesos que pueden durar entre 40 y 48 meses, desde la presentación de la prefactibilidad hasta la obtención de las aprobaciones de factibilidad. En este contexto, resulta prácticamente imposible para un gobierno local lograr avances sustanciales en la ejecución de las obras antes de que finalice su mandato.
Infraestructura rezagada: El desafío de conectar Bogotá con su región
Durante el foro ‘Una década de Bogotá desconectada’, realizado en Los Andes, Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, resaltó que en su administración recibió 76 obras contratadas en 480 frentes de la ciudad y todas, a julio de 2024, tienen retrasos.
Jorge Emilio Rey Ángel, gobernador de Cundinamarca, señaló que uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de proyectos de infraestructura y sistemas de transporte masivo entre las regiones es el componente ambiental. “Desde la perspectiva de los ambientalistas, es una visión de justa proporción, ya que prioriza la protección de ecosistemas estratégicos frente al avance del desarrollo, pero podría no tener tanta minucia para poderse llevar a cabo un proyecto vial”, destacó.
Por ello, el Gobernador propuso comenzar a diseñar un plan maestro ambiental para la movilidad regional con una visión a 50 años, que identifique las infraestructuras viales y los sistemas de transporte masivo necesarios para el futuro, que tenga en cuenta la composición de los hogares, y el cambio de sus necesidades a través del tiempo. “Es fundamental que este plan establezca requisitos ambientales claros para evitar que las fluctuaciones ideológicas de cada gobierno interfieran en la planificación y ejecución de los proyectos”, resaltó.
El Alcalde de Bogotá y el Gobernador de Cundinamarca destacaron varios proyectos clave, como el Regiotram de Occidente y del Norte, la extensión de la avenida Boyacá, la troncal de TransMilenio en Soacha y la avenida Ciudad de Cali, y el cable hasta La Calera, pero que avanzan a paso de tortuga. Estos proyectos buscan conectar Bogotá con su región a través de un sistema multimodal que alivie la crisis de movilidad. Sin embargo, todos enfrentan retos financieros y burocráticos.
"La región metropolitana representa un avance significativo, que facilita un diálogo en el que cada actor aporta su visión y responsabilidad según su jurisdicción. Sin embargo, es crucial que se debatan temas clave sobre el ordenamiento territorial, usos del suelo y las razones detrás de esta ocupación".
Es vital asegurar que no fomentemos un desarrollo insostenible, sino que conectemos efectivamente la región mediante transporte masivo y público. Esto evitará la creación de ciudades dormitorio y reducirá los tiempos de desplazamiento, que actualmente pueden ser de hasta dos horas.
Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá.
Impacto económico de una Bogotá-Región desconectada
La falta de infraestructura adecuada también afecta a la región como motor productivo.
Cundinamarca es una región clave para el sector agroindustrial y logístico del país. Según Juan Pablo Bocarejo, Ph. D. en Transporte de la Universidad de París, cerca de 2 millones de viajes de carga atraviesan anualmente los corredores que conectan Bogotá con la región, donde se mueven más de 18 mil toneladas de mercancías, con costos logísticos que pueden alcanzar los 2'3 billones de pesos. Sin embargo, el mal estado de las vías, los trancones y los proyectos de infraestructura retrasados generan gastos adicionales. “Solo en el tramo final de 15 kilómetros hacia Bogotá, estas ineficiencias podrían ocasionar sobrecostos de hasta 6 millones de dólares anuales”, resaltó durante el Foro.
Desde una perspectiva financiera, los desafíos son igualmente significativos. Los recortes presupuestales y la reducción del espacio fiscal para proyectos de gran envergadura han generado una alerta. Por ello, es urgente explorar nuevas formas de financiamiento. “Se necesita establecer un sistema de financiación cruzada entre peajes que facilite la cooperación entre distintos corredores. Este sistema permitiría que los ingresos excedentes de un peaje ayuden a cubrir déficits en otros corredores”, señaló el Gobernador de Cundinamarca.
Problemas de movilidad: El caos en los accesos a Bogotá
Juan Pablo Bocarejo destacó la grave crisis de saturación en el sistema de transporte en los accesos a Bogotá, ejemplificada por la autopista Norte. Según el director del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, en hora pico, esta vía llega a transportar a más de 100 mil personas, 60 % son niños. Esta saturación afecta la productividad, la salud mental de los ciudadanos y es un desafío crítico para el desarrollo eficiente y sostenible de la región.
“En el corredor de la Autopista Norte, en la hora pico de la mañana, podemos llegar a perder hasta 69 millones de dólares al año”, señaló Bocarejo.
Un futuro ambiental responsable para la Bogotá-Región:
El futuro de la Bogotá-Región depende en gran medida de la capacidad de los actores involucrados para encontrar un equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad. Los desafíos son grandes: la necesidad de vivienda, infraestructura y empleo contrasta con la urgencia de proteger los ecosistemas que garantizan la viabilidad a largo plazo de la región.
Los humedales como el de Torca han sido el centro de muchas discusiones. Según Galán, la construcción de grandes proyectos de urbanización como Lagos de Torca o la ampliación de la Autopista Norte podrían convertirse en una oportunidad para preservar y mejorar estos ecosistemas sin detener el desarrollo.
Un punto crítico que emergió del foro fue la necesidad de mayor transparencia en los trámites de licencias ambientales. María Carolina Castillo, presidenta de ProBogotá Región, destacó la importancia de que la sociedad tenga acceso a la información sobre estos trámites. “La comunidad debe estar informada y participar en la toma de decisiones”, afirmó Castillo, haciendo un llamado a un balance más equitativo entre los intereses privados y los comunitarios.
Por su parte, María Fernanda Zuluaga, directora operativa jurídica ambiental de la CAR, subrayó que la exclusión de la participación ciudadana en la planificación de proyectos ha generado tensiones. “La falta de inclusión en procesos estructurales ha llevado a que colectivos ambientales se opongan a proyectos clave, como la ampliación de la Avenida Boyacá, que pese a contar con licencia, enfrenta recursos de petición que han frenado su avance”, agregó.
Pronunciamiento de los alcaldes:
Los alcaldes de Soacha, Chía y Tenjo abordaron las problemáticas que enfrentan en el desarrollo de proyectos.
- Leonardo Donoso, alcalde de Chía, destacó que, en muchas ocasiones, las diferentes autoridades ambientales no coinciden en sus requisitos. “Hace falta una unificación de criterios en materia de sostenibilidad”, señaló.
- Iván David Nemocón, alcalde de Tenjo, señaló que uno de los principales problemas es que los gobernantes plantean nuevos proyectos sin haber ejecutado previamente los que fueron planificados por la administración anterior
- El alcalde de Soacha, Víctor Julián Sánchez Acosta, enfatizó la necesidad de actualizar los Planes de Ordenamiento Territorial (POT). “Ciudad Verde fue construida en la Vereda Usatama y aún paga impuestos como si fuera una zona rural, a pesar de contar con 52 mil apartamentos. Esto se debe a que el POT se creó en el 2000 y, 24 años después, no ha sido actualizado”, señaló.
En video, el Foro: Una década de Bogotá desconectada