Trabajar en la construcción de caminos mediante placa huella, mantener el espacio público o participar en el Programa de Alimentación Escolar pueden ser salidas al desempleo de mujeres y personas menores de 28 años, que fueron las poblaciones más afectadas en ocupación durante la pandemia por el COVID-19.

Más aún cuando en el primer trimestre de 2020, el desempleo aumentó de manera alarmante en ciudades como Neiva (con una tasa de 37,4 %), Ibagué (35,5 %) o Popayán (33,3 %), entre otras regiones. “Con esta propuesta se quiere incentivar la participación ciudadana en la toma de decisiones frente a obras que se realizarán y generar un control ciudadano en el manejo de los recursos y la ejecución de infraestructura”, argumentan los expertos en el documento Colombia, Palancas: la revolución de las pequeñas cosas.

Un proyecto que arrancó justo antes de la pandemia y que busca impulsar una red de personas con distintas procedencias para que trabajen en la creación de microrreformas y cambios concretos para mejorar la vida de las personas en el país.

La Escuela de Gobierno, de la Universidad de los Andes, la Fundación Felipe González y Bancolombia se unieron para este reto del cual han salido 35 “palancas”, alrededor de temáticas como el envejecimiento de la población, las economías ilegales, la educación para la inclusión, la economía circular y la creación de capital social, entre otras. “La gente quiere ser sujeto de participación política y uno de estos canales, sin duda, son las palancas”, explica María Margarita Zuleta, directora de la Escuela de Gobierno.

En el capítulo Ciudades amables, Darío Hidalgo, investigador, docente y consultor de movilidad sostenible, explica que se recomienda reactivar espacios de juego y aumentar el espacio público efectivo por persona en la escala barrial. Para eso se requiere un trabajo articulado entre las instituciones públicas, estudiantes de colegios y el sector privado.
 
No partimos de ideologías previas, partimos del aporte de ideas para conformar una propuesta - Felipe González, expresidente de España.


“Debemos usar el juego como excusa para mejorar la salud mental y física”, agrega Hidalgo, quien junto a un equipo de expertos evaluaron espacios en Bogotá donde se pueden crear conexiones de parques y senderos verdes para el aprovechamiento del espacio público.

Otra de las palancas propuestas pretende reducir la entrada diaria de 6.368 toneladas de desechos al relleno de Doña Juana, cuyo 55 % corresponde a residuos orgánicos. Tres ingenieros de la Universidad de los Andes proponen la instalación de biodigestores en parques y sitios comunales con cercanías a conjuntos residenciales y gran flujo de transeúntes.

Los biodigestores son dispositivos que aprovechan el proceso de descomposición de residuos orgánicos para generar abono y gas metano. Así es posible obtener energía, combustible o gas de uso doméstico, como ya ocurre a gran escala en Alemania y Reino Unido.

Con esta iniciativa se pueden reducir los olores y la presencia de vectores que afectan a los vecinos del relleno, generar conciencia en el manejo de residuos orgánicos y la posibilidad de proveer gas doméstico a cientos de familias que aún no tienen acceso.

En el evento de cierre, la Paca Zuleta afirma que la suma de estas pequeñas acciones lleva a alcanzar grandes metas y que, precisamente, la gran bondad de estos proyectos son esos acuerdos, lejos de cualquier tipo de ideología política.
 

Evento de presentación del proyecto "Palancas"