El video dejó atónitos a los colombianos. Era 13 de junio de 2023 y un impactante caso de corrupción tuvo lugar en el municipio de Soacha, Cundinamarca.

En medio de su desesperación por no ser arrestado, un policía se metió a la boca 500 mil pesos, en billetes, producto de una extorsión. Este lamentable suceso puso en entredicho la integridad de aquellos encargados de velar por la seguridad.

Y es que la Policía Nacional ha enfrentado a lo largo de su historia numerosas crisis de credibilidad, relacionadas con maltrato verbal, casos de soborno y abuso de poder, según el estudio ¿Cómo mejorar la relación entre la policía y la ciudadanía?, del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed)

“Siento que no todos los policías son malos, pero casos como el del policía que se comió el dinero mancha a toda la institución y no ayudan a que uno confíe en ellos”, señala Carlos Martínez, comerciante bogotano, sobre el polémico caso.

Aunque en el Paro Nacional de 2021, la institución tuvo cifra récord de 56 % de desaprobación por parte de la población, según Human Rights Watch, la reconocida firma encuestadora Invamer reveló dos años después, en mayo de 2023, que dicha cifra de desaprobación se redujo a 35 %, no obstante los investigadores del estudio consideran que sigue siendo alta.

Para Michael Weintraub, director del Área de Seguridad y Violencia del Cesed, estas problemáticas también se observan en otros países del continente como México, Ecuador, Estados Unidos, entre otros.

El investigador destaca que los ciudadanos tienen una interacción más frecuente con la policía en comparación con otros funcionarios estatales, lo que opaca la percepción que se puede tener del Estado en general. En este sentido, una relación negativa genera desconfianza hacia la democracia del país. Lo grave, además, es que la falta de credibilidad en las autoridades podría llevar a que la gente haga justicia por su propia cuenta. 

“Cabe resaltar que la policía se diferencia de otros funcionarios estatales por el porte de armas y por ejercer autoridad hacia los ciudadanos, lo que, a veces, abre la puerta a abusos y a la colaboración con el crimen organizado”, afirma Weintraub.

 

¿Qué acciones se pueden realizar para mejorar la relación entre la policía y la ciudadanía? 


En el documento: ¿Cómo mejorar la relación entre la policía y la ciudadanía?, los investigadores proponen diversas intervenciones que ayudarían optimizar dicha relación. 

Una de las medidas recomendadas es la implementación de cámaras corporales en los agentes de policía. Esto funciona como un elemento disuasorio contra el abuso y la discriminación. Esta tecnología ayuda a recopilar pruebas y evidencias sobre las acciones de policías y ciudadanos. Se ha observado un éxito destacado en países en vías de desarrollo como Uruguay y Brasil, donde estas medidas han mejorado significativamente la percepción de la ciudadanía hacia las autoridades. 

Otra estrategia efectiva es establecer comisiones civiles de monitoreo, una metodología que ya se ejecuta en el 80 % de las grandes ciudades de Estados Unidos y que permite a los miembros de la comunidad evaluar las acciones de los agentes del orden. Esta forma de supervisión fomenta la rendición de cuentas, promueve la transparencia y facilita la participación activa de los ciudadanos en busca de una actuación policial más ética.

Además, es fundamental capacitar a los policías en habilidades blandas y liderazgo, así como en la interacción con la ciudadanía. Este tipo de formación promueve una actuación policial más empática, justa y confiable. Al desarrollar una mayor capacidad de empatía y comprensión, facilitando una comunicación efectiva y un manejo adecuado en cada situación. Fortalecer las competencias de los agentes también ayuda a eliminar sesgos hacia personas de diferentes orígenes socioeconómicos o étnicos.

Según Weintraub, experto en gobierno y Ph.D. de la Universidad de Georgetown, las redes sociales han contribuido a la creencia errónea de que todos los policías desempeñan su trabajo de manera deficiente. A nivel cognitivo, resulta difícil comprender que estos casos son excepcionales y no se debe generalizar.

“Mejorar la relación entre la policía y la ciudadanía es de vital importancia, ya que una relación positiva fomenta la cooperación ciudadana, la prevención del delito y la resolución pacífica de conflictos. Además, evita que los ciudadanos tomen justicia por su propia mano, agravando la problemática”, concluye el investigador. 

Escrito por:

Johanna Ortiz Rocha

Periodista