Pasar al contenido principal
Texto alternativo imagen
Espacios y proyectos
04/04/2025

Una conversación sobre las luchas de las mujeres

Liderazgo, sororidad y construcción de redes han sido fundamentales en la transformación del rol de las mujeres en la sociedad. En este espacio, distintas protagonistas reflexionaron sobre los logros alcanzados y los retos pendientes.
Equidad de género

Estudiar una carrera, votar, tener hijos o casarse, e incluso trabajar es algo normal para las mujeres jóvenes de hoy. Pero antiguamente, para nuestras madres o abuelas, tomar este tipo de decisiones de manera autónoma era algo impensable.

 

Detrás de cada uno de lo que son hoy estos derechos hay una historia de lucha. Generación tras generación, las mujeres abrieron caminos, enfrentaron barreras y conquistaron espacios que en su momento encontraron una fuerte resistencia.

 

Así lo recordaron en el conversatorio Generaciones imparables: el papel de las mujeres en la transformación social, un espacio de encuentro entre mujeres de distintas edades que reflexionaron sobre los avances, desafíos y legados en la búsqueda de la equidad de género.
 

En este diálogo intergeneracional, el profesor José Fernando Serrano —profesor de la Facultad de Ciencias Sociales e investigador en políticas sexuales y de género— moderó el encuentro entre Silvia Caro, vicerrectora académica; Alicia Echeverría, representante estudiantil; María Consuelo Cárdenas, profesora de la Facultad de Administración; y Angelika Rettberg, decana de la Facultad de Ciencias Sociales.

Reviva el conversatorio: Generaciones imparables, una conversación que trasciende generaciones:

 

 

Remote video URL

Avances intergeneracionales

 

Silvia Caro, vicerrectora académica de la Universidad de los Andes, recordó que su abuela soñaba con ser profesional, pero solo le permitieron formarse como normalista. Ser profesora le dio independencia económica y la posibilidad de tomar decisiones en su época, como separarse de su esposo. “Yo era la única persona con abuelos divorciados”, contó.

 

También reflexionó sobre los cambios simbólicos que marcan la transformación social, como dejar de usar el “de” en los apellidos, un gesto que antes indicaba pertenencia al esposo.


“Hasta hace pocas décadas, las mujeres no podían votar, salir del país sin permiso del esposo o heredar tierras. ”
Silvia Caro, vicerrectora académica de Los Andes

Estos avances, subrayó, no ocurrieron de un día para otro. Son el resultado de luchas sostenidas entre generaciones.

Silvia Caro

Silvia Caro, vicerrectora académica de Los Andes

María Consuelo Cárdenas, profesora de la Facultad de Administración

Maria Consuelo Cardenas de Sanz de Santamaria.

Educación y conciencia

 

Desde una mirada histórica, María Consuelo Cárdenas, exvicerrectora de Los Andes, recordó los primeros intentos por introducir el enfoque de género en la academia. “En 1983 propusimos crear un centro de estudios de género, pero nos miraron como diciendo: ‘¿de qué están hablando?’, era una cosa muy rara”, relató. Con el tiempo se consolidaron avances importantes, como la creación de comités de género y la inclusión del tema en la mayoría de las facultades.

 

Para Cárdenas, uno de los mayores logros ha sido promover una conciencia crítica sobre lo que significa ser mujer. A través de su trabajo académico y talleres de formación, ha buscado que mujeres y hombres comprendan las diferencias estructurales que atraviesan sus experiencias.

 

Hoy, la Universidad de los Andes cuenta con una Maestría en Género, más del 60 % de los cargos directivos están ocupados por mujeres y varias estudiantes lideran colectivas feministas con convicción. 

Trabajar sin soltar el rol de madre

 

A pesar de los avances en equidad de género, aún existen situaciones complejas: mientras trabajan, lideran equipos, gestionan proyectos, las mujeres continúan cargando con la mayor parte de las responsabilidades del hogar y el cuidado de la familia. 

 

“Eligen ser madres y ejecutivas exitosas, pero deben enfrentarse a realidades difíciles: no quedarse a reuniones después del horario laboral, por ejemplo, puede afectar su futuro profesional y su lugar en las organizaciones”, explicó Angelika Rettberg, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes. 

 

El ingreso de las mujeres al mundo laboral no vino acompañado de una redistribución equitativa del trabajo doméstico. Este trabajo invisible tiene consecuencias directas: menos tiempo para descansar, para formarse, para asumir nuevos desafíos o cuidar de sí mismas. Además, influye en la percepción que muchas empresas tienen sobre la disponibilidad o “compromiso” de las mujeres en comparación con sus pares hombres, que perpetúan estereotipos y que obstaculizan su crecimiento profesional. 

Angelika Rettberg

Angelika Rettberg, decana de Ciencias Sociales.

Alicia Echeverría, representante estudiantil

Aprender entre generaciones

 

Alicia Echeverría, representante estudiantil del Comité de Casos de Maltrato, Acoso, Amenaza, Discriminación y Violencias Basadas en Género (MAAD), reflexionó sobre lo complejo que puede ser, incluso entre mujeres, abrir espacios de conversación sincera. Desde su experiencia, cuando ese diálogo se construye desde la empatía, la calma y la tolerancia, pueden surgir aprendizajes profundamente significativos.

 

Habló en particular de su relación con su madre, con quien, pese a los roces naturales, ha tenido los aprendizajes más importantes. “Con ella he desarrollado habilidades esenciales como el diálogo, la escucha activa, la tolerancia y, sobre todo, la capacidad de establecer y respetar límites”. Para Alicia, esa complementariedad entre generaciones enriquece la forma de pensar, fortalece los vínculos y amplía las posibilidades de transformación colectiva.

 

También compartió una preocupación sobre el lugar que ocupa el feminismo entre las nuevas generaciones, pues percibe que el movimiento ha perdido fuerza: “Estoy por salir de la Universidad y, como líder de los grupos No es Normal y Paca (que trabajan en contra de las violencias basadas en género), me cuesta encontrar quién quiera tomar la posta y continuar este trabajo”.

Redes que transforman

Bajo la consigna de reflexionar sobre el papel de las mujeres en disciplinas históricamente masculinizadas, se llevó a cabo un conversatorio moderado por María Rengifo, psicóloga de la Universidad de los Andes. En este espacio participaron Alicia Porras, vicedecana de Doctorados e Investigación de la Facultad de Ingeniería, y Valérie Gauthier, profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas, quienes compartieron sus experiencias en el mundo de las ciencias duras, donde las mujeres aún son minoría.

 

“Durante mi doctorado éramos tres mujeres y 31 hombres. Al inicio sentí una enorme distancia, pero encontrar una colega mujer hizo toda la diferencia. Pudimos hablarnos desde la empatía”, relató Alicia.

 

Ambas destacaron la importancia de construir redes de apoyo entre mujeres, tanto en el ámbito profesional como en el personal. “Una conversación con otra mujer puede marcar la diferencia. A veces lo que una necesita no es una solución, sino simplemente ser escuchada”, expresó Valérie.

 

El diálogo también abrió la puerta para abordar la ética del cuidado y la empatía como valores que transforman los liderazgos. Experiencias cotidianas como tomarse un café, acompañar un duelo o preocuparse por el bienestar del otro revelaron la fuerza de los vínculos femeninos para sostener comunidades más humanas y equitativas.

 

El conversatorio no solo destacó las historias de las panelistas. Desde el público, estudiantes compartieron cómo la creación de grupos entre compañeras ha sido clave para resistir el aislamiento en carreras como ingeniería mecánica, donde la representación femenina es escasa.