Semillas que germinan en medio de la virtualidad
El Semillero del Pacífico no pierde su impulso. Pese a la pandemia, sus integrantes siguen trabajando por el litoral y por los jóvenes de la región.El trabajo del Semillero del Pacífico no pierde su impulso. Sin importar las dificultades que ha supuesto la pandemia, sigue trabajando para visibilizar las necesidades del Pacífico colombiano y ayudando a los estudiantes de la región.
“Meterle más Pacífico a Los Andes y más Andes al Pacífico”, es el lema del Semillero. En un periodo que ha implicado retos para analizar y seguir las dinámicas sociales, alteradas por la llegada del COVID-19 y los problemas propios de la región, el 2020 dejó un buen balance para este grupo de investigación interdisciplinar liderado por Juan Camilo Cárdenas, profesor de la Facultad de Economía.
Presentes desde lo digital
Con la participación de invitados de diferentes disciplinas, el Semillero efectuó en 2020 varias charlas virtuales que permitieron enriquecer las investigaciones desarrolladas por esta iniciativa y contar con una perspectiva externa sobre lo que viene sucediendo en el Pacífico colombiano.
El debate sobre la construcción de un puerto de aguas profundas en Tribugá fue el conversatorio más destacado. En ese encuentro virtual, Catalina Ortiz, representante a la Cámara por Valle del Cauca, y Kelly Rojas, vocera de la Fundación MarViva, compartieron sus puntos de vista sobre el impacto de esta obra para los habitantes de Tribugá, frente a la necesidad que existe de sacar los productos que se producen esta zona del Pacífico.
Comprensiones locales de Río Atrato fue otra de las más destacadas. En ella, María Paula Barón Aristizábal, profesora del Departamento de Arquitectura, compartió un proyecto que viene adelantando junto con estudiantes de la región y de Los Andes, en el que se exploran relatos sobre la concepción de ciudad sobre este afluente y su recuperación.
‘Agua y objetivos de desarrollo sostenible en el Pacífico’, ‘Desigualdades educativas para los jóvenes afrodescendientes’, y ‘Prácticas sostenibles en los territorios colectivos de comunidades negras’ completaron la serie de conversatorios que enriquecieron la investigación y el debate al incluir las visiones de las comunidades de la región.
Un apoyo para los becarios
En 2020, el Semillero recibió a 15 nuevos estudiantes beneficiarios del programa de becas Pa'lante Pacífico, de la Dirección de Filantropía de Los Andes. Dentro de su acompañamiento encontraron que era clave construir una red de apoyo para los jóvenes del litoral que llegaban con algunos vacíos académicos.
Luego de hacer un llamado a través de redes sociales, lograron consolidar un equipo de 11 tutores para acompañar a estos estudiantes en la nivelación de campos como inglés, física, química y matemáticas.
Pero ese acompañamiento además tiene un componente emocional que les ha permitido enfrentarse de la mejor manera a los nuevos retos sociales y académicos. A esta red de tutores, inicialmente de la Universidad de los Andes, también se sumaron profesionales de otras universidades y personas que se habían graduado en el Pacífico y que vinieron a Bogotá a estudiar en otras instituciones educativas.
Gracias a la red, los becarios tienen contacto con estudiantes de su misma región, en los que se apoyan no solo para temas académicos, sino para cosas tan prácticas como compartir fuera del contexto académico: restaurantes, sitios para la diversión y el esparcimiento, o incluso, lugares en donde pueden encontrar alimentos propios. como el queso de su región que tanto extrañan.
Altruismo por las causas del Pacífico
Inquietos siempre por contribuir con acciones a las necesidades de la región, el Semillero no se quedó quieto en una temporada marcada por las restricciones que trajo coronavirus. Puso a disposición su conocimiento y canales de comunicación para amplificar el llamado a importantes causas.
Una de ellas fue la campaña del Barco Hospital San Raffaele, para entregar 200 kits de partería en el Pacífico Colombiano. En estos tiempos de pandemia, el papel de la partería es vital en la región, ya que se trata de una labor de atención a madres gestantes y recién nacidos en las zonas rurales dispersas con difícil acceso a puestos de salud.
El Semillero también apoyó los esfuerzos de la fundación Miguel Alejandro Rodríguez para aliviar la tragedia invernal en Chocó. Jugó un papel importante en la difusión para recolectar donaciones de ropa y alimento y facilitando un centro de acopio.
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