Repensar las universidades
Las universidades han tenido un prestigio histórico, pero como el resto de sectores se debe transformar para mantener su pertinencia ¿Qué caminos tomar? Expertos responden.La educación debe transformarse. Es la conclusión a la que muchas instituciones de educación superior han llegado, pero pocas se han puesto realmente a la tarea.
En el evento "Desafiando paradigmas en educación superior" se dio un profundo debate sobre la urgencia de transformar las universidades para enfrentar los desafíos actuales y futuros.
Rectores, académicos y expertos en innovación discutieron cómo la educación superior debe reinventarse para seguir siendo relevante en un mundo de acelerados cambios en las profesiones y oficios, especialmente en términos tecnológicos, sociales y culturales.
La tecnología como habilitadora, no como reemplazo
Uno de los temas centrales es el papel de la tecnología en la educación universitaria. La digitalización y las plataformas tecnológicas han irrumpido en todos los sectores, y la educación no es una excepción.
Hugo Pardo Kuklinski, experto en innovación educativa, advirtió que "la tecnología debe ser un facilitador de la educación, no un sustituto del pensamiento crítico y la creatividad". Esa reflexión plantea un desafío para las instituciones que tienen que nivelar entre el uso de herramientas y la guía de un profesor. Algo que no solo los expertos recomiendan, sino que también los estudiantes piden.
Aunque las herramientas tecnológicas pueden ampliar el acceso y mejorar la eficiencia en el aprendizaje, es fundamental que no desplacen lo esencial del proceso educativo, que es la capacidad de reflexionar, analizar y crear.
Jaime Galviz, vicepresidente de enterprise, Microsoft Latinoamérica, también dejó presente esta dicotomía en su utilización. Por un lado, ve que "el aprendizaje tendrá embebida toda la tecnología que permitirá adaptarlo a las necesidades individuales". Sin embargo, ve la necesidad de ir más allá de las habilidades técnicas, "lo más perdurable es la parte humanística, cómo aprendemos a ser resilientes y creativos en escenarios inciertos".
El fin del paradigma de la universidad juvenil
Raquel Bernal, rectora de la Universidad de los Andes, fue una de las voces que se unió para desafiar el paradigma de que la educación superior está limitada a los jóvenes entre 17 y 25 años.
Su visión se enfoca en una universidad abierta a todas las edades, donde personas en diferentes etapas de la vida pueden aprender y contribuir. "Me imagino un campus poblado de niños, adolescentes, jóvenes y también de adultos y adultos mayores", dijo Bernal.
Esta idea responde a una realidad cada vez más palpable, que el aprendizaje ya no puede ser visto como algo estático que sucede en una etapa limitada de la vida. La constante evolución del mercado laboral y las exigencias de un mundo en rápido cambio requieren que las personas se formen y se adapten de manera continua.
Varios panelistas expertos hicieron un llamado a no ver programas como los de educación continua como de segunda clase, pues estos tienen una importancia significativa para la constante actualización requerida hoy.
Del profesor transmisor al profesor facilitador
Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, destacó que la educación no puede ser vertical, con un profesor que entrega simplemente el contenido, sino que debe ser un docente que ofrece temas para analizar. Esto lleva a un enfoque más participativo, en el que el estudiante no es solo un receptor de información, sino un actor activo que colabora en la construcción del conocimiento.
El reto, según Sánchez, es enseñar a pensar más allá de transmitir conocimientos cerrados. "Tenemos que enseñar a pensar, a razonar", subrayó.
Esto sugiere que, en un contexto donde la información está fácilmente disponible en internet, el valor de la universidad reside en su capacidad para desarrollar habilidades de pensamiento crítico, análisis y resolución de problemas, habilidades que serán esenciales para los profesionales del futuro.
Diversidad e inclusión como valores clave
Otro aspecto crucial discutido fue la diversidad y la inclusión en las universidades. Para Sánchez "una universidad más diversa es una mejor universidad". La inclusión de estudiantes de distintas procedencias, culturas y trayectorias de vida no solo enriquece el ambiente académico, sino que también prepara a los estudiantes para enfrentar un mundo globalizado y plural.
La búsqueda activa de la diversidad se ha convertido en una prioridad para las instituciones educativas que aspiran a formar ciudadanos capaces de comprender y actuar en un entorno multicultural.
Innovación y alianzas estratégicas para el futuro
José Escamilla, director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación del TEC de Monterrey, subrayó la importancia de la innovación no solo como un fin, sino como un proceso colaborativo que involucra a todos los actores dentro de la universidad.
"Tenemos que ir construyendo ese cambio de manera que nos vamos adueñando de él todos los que participamos en este proceso", afirmó.
Esta perspectiva refuerza la idea de que las universidades deben ser espacios dinámicos y flexibles, donde el cambio no es impuesto, sino cocreado por la comunidad académica.
Además, Escamilla sugirió que las universidades deben inspirarse en la iniciativa privada para acelerar su transformación. Alianzas estratégicas con empresas y plataformas tecnológicas, como Platzi, pueden ser claves para actualizar los contenidos académicos y adaptarlos a las necesidades del mercado laboral.
Precisamente, Nicole Chapaval, CBO de Platzi, explicó que, en esta empresa de cursos en línea para crear su oferta escuchan la voz tanto al estudiante como a las empresas, y están atentos a las tendencias emergentes en tecnología. "Si tenemos en cuenta esas tres cosas por igual, podemos plantear un roadmap de cursos relevante", afirmó, en referencia a la necesidad de un enfoque integral que combine las demandas del mercado, las necesidades de los estudiantes y las innovaciones tecnológicas.
El evento dejó claro que la transformación educativa es ineludible. Como señaló Hugo Pardo Kuklinski, "las universidades que no se adapten a los nuevos paradigmas corren el riesgo de volverse irrelevantes".
Las universidades enfrentan el reto de romper con estructuras tradicionales, integrar tecnología de manera efectiva, fomentar la inclusión y la diversidad, y apostar por un aprendizaje continuo a lo largo de la vida. Solo así podrán seguir siendo relevantes y cumplir su función como motores de cambio social, económico y cultural. La transformación no es opcional, es un imperativo para la supervivencia y el éxito en el futuro.
Elisa Guerra destacó el poder transformador de la educación. Charla completa.