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“No se debe asumir que la inteligencia artificial lo puede hacer todo"

Las instituciones son claves en la implementación y evolución de la IA centrada en el ser humano y el desarrollo de programas educativos transformadores.

Sin pensamiento crítico, creatividad y competencias básicas, la inteligencia artifical no sirve para nada”, asevera Raquel Bernal, rectora de la Universidad de los Andes.

Y es que en la era de la inteligencia artificial (IA), las universidades y las instituciones educativas se enfrentan a múltiples desafíos para integrar y adoptar esta tecnología de manera ética y centrada en el ser humano. Pero, ¿cómo preparar a las futuras generaciones pensando en un mundo cada vez más digitalizado?

Esa idea que ronda en el imaginario de la gente: ‘los jóvenes ya no quieren estudiar’, parece diluirse. La Rectora indica que 88 % de ellos reportaron, no solo el deseo de estudiar, sino también el de seguir una trayectoria académica que incluya pregrados y posgrados. Asimismo, resalta que son los propios jóvenes quienes enfatizan que el profesor sigue siendo un factor primordial en el proceso de aprendizaje, aunque el avance de la inteligencia artificial sea vertiginoso.

Esto plantea otras inquietudes: ¿cómo deben adaptarse los profesores en la era de la IA para maximizar las oportunidades que estas nuevas tecnologías ofrecen a los estudiantes?

Juan David Gutiérrez, profesor de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, destaca que la tecnología puede tener impactos positivos y negativos. Desde la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de Los Andes se publicaron lineamientos para guiar a profesores y estudiantes en el uso adecuado de herramientas tecnológicas, basados en principios fundamentales como: informarse sobre el funcionamiento y riesgos de la IA; fomentar la transparencia por parte de los estudiantes en su uso para la realización de los trabajos académicos y, de esta manera, perder el temor emplearlas en las aulas de clase. “No se debe asumir que la IA puede hacer todo; debe ser un recurso complementario en el proceso educativo” agrega el experto en inteligencia artificial y su aplicación en el sector público.

“Nos ha permitido optimizar muchas tareas cotidianas, como la creación de instrucciones, materiales de clase, matrices de evaluación y plantillas para retroalimentación. Antes, estas tareas nos llevaban horas de trabajo, pero ahora podemos reducir significativamente ese tiempo, hasta un 50 %”, complementa Isabel Tejada, profesora de la Facultad de Educación.

Según Tejada, certificada en Prompt Engineering y líder de espacios de formación y reflexión sobre la IA en la educación, el tiempo ganado se puede aprovechar para priorizar el bienestar, pero también el ejercicio pedagógico y el conocimiento disciplinario. Evoca a su colega Fabiola Torres en una institución en Estados Unidos, y cuenta que tomó su plan de estudios y lo introdujo en un chatbot. Este sistema ahora responde a las preguntas frecuentes de los estudiantes sobre el curso, el estilo de enseñanza y el método de evaluación de manera dinámica e interactiva, lo que les proporciona información de manera rápida y accesible.

Para la enseñanza de idiomas, por ejemplo, ChatGPT en su versión de interacción en vivo, se convierte en un aliado esencial, de acuerdo con la profesora Tejada: “Se trata de una aliada invaluable para los profesores de idiomas y para cualquier persona que se sienta intimidada al practicar un idioma que está aprendiendo, ya que ahora cuenta con una herramienta que no la juzga”.

En los procesos administrativos de educación se están utilizando herramientas de inteligencia artificial, especialmente Machine Learning, para mejorar la predicción del rendimiento estudiantil y prevenir el abandono académico. Olga Mariño, profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y computación, comparte que "en la Universidad de los Andes, se han realizado entrenamientos con datos de estudiantes de diversas disciplinas, logrando una predicción exitosa del abandono”. Además, se está trabajando en la predicción del desempeño académico mediante la combinación de Machine Learning y tecnologías de web semántica, lo que permite identificar áreas de mejora en el diseño curricular y brindar intervenciones personalizadas para los estudiantes.

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Marcela Sánchez, directora Nacional de Investigación y Laboratorios de la Universidad Nacional de Colombia.

Por su parte, Marcela Sánchez, del Departamento de Ingeniería de Sistemas e Industrial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia, resalta: “Para el desarrollo de un ecosistema de IA son necesarios los datos, puesto que todas las aplicaciones de inteligencia artificial dependen de ellos. Sin embargo, los datos contextualizados son escasos en el sur global”.

Igualmente, es vital contar con la infraestructura necesaria, que incluye la conexión a Internet, capacidad de almacenamiento en la nube y servidores potentes para analizar los algoritmos. Otro elemento crucial es el talento humano necesario para desarrollar y utilizar estos sistemas, y por último, mejorar la capacidad institucional del Estado para garantizar que todas las tecnologías, independientemente de su nombre, estén disponibles y sean accesibles en todos los territorios del país.

¿Cómo se imaginan los panelistas el impacto de estas tecnologías en la educación en los próximos 20 años?

Los expertos coinciden en que, aunque no se puede predecir el futuro, es claro que cada vez serán más relevantes ciertas características netamente humanas. En ese sentido, enfatizan el papel transformador de las universidades y el sector educativo, sobre la responsabilidad y la capacidad de moldear el futuro a través de una reflexión crítica y una acción proactiva, en lugar de simplemente resignarse a un futuro predefinido por la tecnología.

"El interrogante no tiene una respuesta única ni predefinida; por el contrario, requiere discutirla constantemente, recordarla y no darla por sentado”, responde el profesor Juan David Gutiérrez.

Reviva el evento: Hablemos de transformación: impacto de la IA en la educación